miércoles, 1 de mayo de 2013

Tonto el que no lea


Querido diario: quien viaja mucho, aprende mucho; dice un proverbio Rom. Lo precisó Cervantes: el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. Aprovechando el finde viajo a Madrid, rompeolas de todas las Españas. No lo hago, ahora, con la frecuencia de antes; pero me gusta, de cuando en cuando, perderme por la gran ciudad, donde uno pasa desapercibido. Además, no puedo renunciar a visitar a mis amigos los libros. Siento ansiedad por verlos. Pero no acudo a librerías como las que ya tengo en Soria, sino a la Cuesta de Moyano. (En Recoletos esperan las casetas vacías para abrir la 37 la Feria del Libro Viejo de Ocasión). Rebusco entre los libros de lance y siempre encuentro unos cuantos que me interesan. Compro varios, algunos por tan sólo 0,20 euros. Así que no hay escusa económica para no leer. Y todavía existen bibliotecas públicas para que tú puedas acceder al libro que deseas. Leer mata, -reza un slogan- sí, pero la ignorancia. Y nos forja carácter frente a la adversidad.
Tampoco me suelo perder las exposiciones. Mi amigo Ignacio me recomienda ver las dos de la Fundación Mafre: Luces de Bohemia e Impresionistas y postimpresionistas. La entrada es gratis, pero me tocará esperar turno para acceder a las salas. La primera se centra en la bohemia artística, concepto que se forja a mediados del XIX, entre el Romanticismo y el Realismo. Irrumpen, como no, los gitanos, con sus leyendas y sus tópicos. Y la gitana se convierte en mito, siguiendo la estela de Cervantes con “La gitanilla”, renovada por Esmeralda de Víctor Hugo y por la Carmen de Merimée. A mí me encanta “Gitana” (1911) de Kees van Dongen, que me recuerda a Rogent por sus vivos colores. La segunda, la de los impresionistas y postimpresionistas, cuenta con los préstamos excepcionales del Museo d´Orsay de París. Por lo que me resultan algo “déjà vu”. Sin embargo, la contemplación es sumamente gozosa y reparo en trazos de luz de las obras de pintores como Monet, Renoir, Cézanne, Toulouse-Lautrec y Van Gogh, que cautivan mis ojos. Y leo: “Cada día descubro cosas que no había visto la víspera, añado y pierdo algunas cosas. En fin: busco lo imposible.”
José María Martínez Laseca
(25 de abril de 2013)

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