martes, 14 de mayo de 2013

También tañen por ti

En Soria. “De mayo el primer domingo, / sus sones al viento dan, / las campanas anunciando / se celebra el catapán”. Por desgracia, las campanas también tocaban por Mercedes de la Merced. Por la radio me entero de su óbito, a los 52 años de edad, tras larga enfermedad. Finiquitó el rodaje de la película de su vida -un cortometraje- y, ahora, solo nos resta rebobinar la cinta y proyectar algunas imágenes que nos dejó en la banda magnética de nuestra memoria.
Yo, sobrevenido, desde Almajano a la capital y de ideología socialista sé, sin embargo, que nació en Soria el 31 de octubre de 1960. La entreveo paseando junto a sus padres -Luis y Mercedes- por el barrio de San Pedro, ya que entonces vivían en la calle Real. Estudió en las monjas del Sagrado Corazón. Y después, en el CUS, Geografía e Historia que concluyó en Zaragoza. Pronto entró en política. Con apenas 16 años (entre 1976-1982) fue secretaría provincial de las juventudes de la UCD de Gabi Cisneros. Estando de Procurador en las Cortes de Castilla y León la vi por sus pasillos. A partir de ahí -ya como funcionaria del Cuerpo Superior de la Administración- ý tras ejercer cargos de relevancia en diferentes Consejerías, su carrera política resultó fulminante, José María Aznar la reclamó a Madrid a donde él se había ido, abandonando la Presidencia de la Junta, para presentarse a la jefatura del Gobierno de la Nación en 1989. De este modo, en los años 90, perteneció al Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular como secretaria nacional de Política Municipal y Autonómica del PP. En 1991 salió concejala del Ayuntamiento de Madrid y ganó fama por su mano de hierro al cerrar bares en el distrito de Chamberí. Fue primer teniente alcalde de Álvarez del Manzano. Además de presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad. Diputada nacional, eurodiputada y miembro del Consejo de Administración de Caja Madrid en su última etapa.
La cuento entre las valientes que osaron romper con el tabú de la mujer relegada a las tareas domésticas para adentrarse en el noble arte de la política. En este lunes, de cielo azul y sol, regresará a su tierra de Soria. En su viaje postrero hacía el alto Espino. Que la tierra le sea ligera.
José María Martínez Laseca
(6 de mayo de 2013)

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