martes, 28 de mayo de 2013

Contra el “fracking”

Querido diario: en estos tiempos de crisis, de desesperación, cristiana resignación y de pertinaz recaudación pese a las ruinas, se busca una salida inmediata a la desesperada. Así se apuesta todo, sin el menor sosiego, al corto plazo. Este parece ser el caso del denominado “fracking” o fractura hidráulica, en el que se ha creído encontrar un filón mágico, milagroso. Consiste en la extracción de gas natural no convencional acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas, generalmente arcillosas o margosas, cuya escasa permeabilidad impide la migración del metano a grandes bolsas de hidrocarburos. Han de hacerse cientos de pozos –perforando hasta a 5.000 m-, ocupando una gran extensión de territorio, para inyectar en ellos ingentes cantidades de agua cargada con un cóctel químico tóxico, que es lo que posibilita la extracción de tan preciado gas. Esta técnica -antes inviable por sus elevados costes-, ahora, dada la ansiosa demanda de combustibles fósiles, se presenta como muy rentable en términos económicos. Hasta el punto de que ya existen denuncias por especulación al estar creándose una nueva burbuja con la que hacer negocio. Se arrase lo que se arrase.
El Congreso de los Diputados lo autorizó en febrero y la Comunidad de Cantabria reaccionó declarándose libre de “fracking” el pasado 8 de abril, pese a que el Ministerio de Industria está otorgando permisos a las empresas interesadas. Aquí en Castilla y León la Junta juega a nadar y guardar la ropa. El norte de la provincia de Burgos es ambicionado por su gran potencial y en Soria se han concedido ya dos permisos de investigación para el sur y pinares. Sus valedores dicen que es una opción segura para conseguir energía barata con garantía probada en Canadá y Estados Unidos, donde se lleva practicando desde hace tiempo. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) advierte del riesgo de que los líquidos inyectados y no recuperados contaminen los acuíferos de agua potable. Además del impacto medioambiental. En España no existe regulación. Ante tal carrera especulativa, mis buenas gentes de Tierras Altas han patentizado su unión, su rebeldía. Contra el imperio invasor.
José María Martínez Laseca
(23 de mayo de 2013)

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