domingo, 29 de diciembre de 2013

El círculo 99

Había una vez, en un lejano reino, un monarca triste, que tenía un asistente feliz. Este, cada mañana, le servía el desayuno en su recámara. –¿A qué tanto contento?, le preguntaba el rey. Y el siervo respondía: –A nada en especial, señor. No satisfecho, todavía le inquiría otra y otra vez, pese a que el criado insistía: –No veo motivo de congoja, majestad. Tengo trabajo, esposa e hijos sanos, casa, comida y ropa. Nada me falta y nada debo a nadie. Mas el rey, intrigado, recabó la opinión de su sabio mayordomo, tratando de averiguar cómo un ser tan miserable podía ser tan feliz. –Majestad, se debe a que vuestro criado no pertenece al círculo 99. Y se lo quiso demostrar, incorporándolo al mismo. –Preciso a tal fin, majestad, disponga para esta noche una bolsa con 99 monedas de oro, ni una más, ni una menos. Dicho y hecho. El mayordomo pasó a recoger al rey y juntos se encaminaron a la casa del paje, ya preparado el cebo. Así, con los rayos del alba, dejaron en su puerta la bolsa de cuero con las 99 monedas de oro y esta nota: “Es tu tesoro. El premio a tu bondad. Disfrútalo con los tuyos y nada digas a nadie de su origen”. Golpearon el picaporte y se ocultaron tras unos arbustos. Salió al oírlo el sirviente y no viendo a nadie, tomó la bolsa y volvió a entrar en casa. Esparció su contenido sobre una mesa y se quedó embelesado ante el fulgor del oro. Contó las monedas, formando pilas de a diez y comprobó en la décima que le faltaba una. “¿Cómo era posible, 99 no es un número redondo?”, pensó. Guardó el dinero en la bolsa, pero no dejaba de darle vueltas en su cabeza. Echó cuentas para saber cuánto le supondría conseguir esa moneda de oro que le faltaba para las 100. Ahorrando de su salario tardaría 12 años. Serían por tanto necesarios nuevos ingresos: los del trabajo de su mujer e, incluso, los de sus dos hijos. En días sucesivos, el rey pudo comprobar como el mal humor de su paje iba en aumento. Por eso, molesto con él, lo despidió. Sin duda, estaba ya infectado por el virus del círculo 99.
“No gozan de lo que tienen / por ansia de lo que esperan”, escribió Machado en “La tierra de Alvargonzález”. Nuestra actual sociedad de consumo y corrupción (insaciable codicia) nos ha educado en esta ideología de falsas necesidades: nada es suficiente, siempre nos faltará algo. Acaso, de aquí nuestra infelicidad.
José María Martínez Laseca
(26 de diciembre de 2013)

No hay comentarios :

Publicar un comentario