“Anda jaleo, jaleo…, que ahora
vendrán los politicastros y nos prometerán el paraíso terrenal”, hablaba “el
Chismoso” en voz alta, justo en el instante en que yo entraba en el bar “El Cielo. “Todavía
falta bastante tiempo para las próximas Elecciones Municipales y Autonómicas
del 24 de mayo y, sin embargo, bien se puede decir que ya ha comenzado la
campaña electoral a todos los efectos. Los representantes de los diferentes
partidos políticos irán de pueblo en pueblo, como Santa Teresa de Jesús de
fundación en fundación, estrecharán cuantas manos se pongan a su alcance, mostrarán
un rostro angelical y lucirán su mejor sonrisa; como nunca antes habían hecho
durante estos 4 años pasados, y todo ello porque ahora es tiempo de promesas y
recolección de votos”, añadió “el Espabilao”.
“Además tendrán que recabar
acólitos para presentar listas electorales con sus siglas en los diferentes
municipios, puesto que junto con la elección de los alcaldes, del montante de
votos conseguidos, en los tres partidos judiciales existentes, se conformará el
pleno de la Diputación Provincial
y por añadidura saldrá elegido su Presidente. Ya veis que ahora que Antonio
Pardo no se vuelve a presentar ya están los del PP utilizando la vacante como moneda
de cambio para conseguir adeptos a su causa, tal y como, al parecer, ha
ocurrido con el ofrecimiento de la plaza hecho al actual alcalde de Golmayo. De lo que se deduce que está complicado el
panorama, dado el cansancio y hartazgo de muchos ciudadanos”, les añadí yo,
incorporándome al debate.
“No me negaréis ninguno de los
dos -prosiguió “el Chismoso”- que, sin acabarse tan poético alboroto, ha
empezado ya el prosaico tiroteo cruzado. Así, sin ir más lejos, el portavoz del
PP en el Ayuntamiento le ha espetado al Alcalde del PSOE que por mucha apariencia
y rueda de prensa que dé, en estos 8 años de gobierno, ha sido incapaz de traer
a Soria una gran empresa”. “Bueno, la
cárcel -le apunté yo- que iba a generar hasta 500 nuevos empleos”. “Sí, ahora
que ha salido el Gobierno diciendo que
no hay delincuentes para tanta cárcel. Con la de corruptos que andan sueltos. Esto -concluyó “el Espabilao”-,
me recuerda el cuento de la lechera, con su leche derramada por el suelo”.
José María Martínez Laseca
(12 de febrero de 2015)
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