viernes, 28 de diciembre de 2018

Ante la incertidumbre

Volviendo la vista atrás en el tiempo, recordaremos como allá por los años noventa reinaba el optimismo entre nosotros. Había caído el Muro de Berlín, estaba finiquitándose el régimen del Apartheid en Sudáfrica, y hasta se había derrumbado el sistema comunista de la antigua URSS. Era un momento en el que parecía que la democracia se imponía alrededor de un mundo sin fronteras. Corrían los primeros años de la globalización, cuando Internet iba dando sus pasos iniciales y creíamos que su puesta en marcha nos ofrecía un enorme potencial de libertad. También eran años de sostenido crecimiento económico, de certezas y de confianza en el futuro.
       Ahora, sin embargo, veinticinco años después de todo aquello, este mundo en el que vivimos se ha convertido en un territorio hostil, cargado de incertidumbres, en el que estamos soportando la cara oscura de la globalización y de Internet, con muchas más fronteras, sin que cese la segregación y donde la democracia se ve claramente amenazada. Es evidente que en las últimas décadas hemos vivido una profunda crisis de las grandes estructuras sociales tradicionales como las de la familia, el trabajo y la religión. Que gran parte del poder requerido para actuar con eficacia del que disponía el Estado moderno se ve desplazado al políticamente incontrolable espacio global. Tal y como avanzó hace once años el sociólogo Zygmunt Bauman, en su obra “Tiempos líquidos” (2007), en este espacio global se devalúa la democracia y pierden calidad la sanidad, la educación y los derechos sociales. 
       Llama la atención, en plena era de Internet y las redes sociales, que, indudablemente, tienen muchos aspectos positivos, que el ser humano se sienta más sólo y tenga miedo al futuro. Esa preocupación con los muchos interrogantes que se abren hace que la gente necesite espacios compartidos para la reflexión y un mejor discernimiento. Estamos viendo como las redes sociales han contribuido a desgranar el espacio compartido y a crear grupúsculos de personas que se retroalimentan entre ellas y que lo que hacen realmente es confirmar opiniones en lugar de abrir sus mentes a opiniones contrarias. Pues como dijo Albert Camus: La fuerza de la democracia está en la duda. De aquí la imperiosa necesidad de potenciar la educación y la cultura, dado que ambas comparten el objetivo común de formar ciudadanos mucho más libres y críticos. 
José María Martínez Laseca
(27 de diciembre de 2018)

jueves, 20 de diciembre de 2018

La lotería

Llega el 22-D. Una fecha especial en el calendario, ya a punto de cumplirse otro año más. Porque se realiza el tradicional sorteo extraordinario de la lotería de Navidad. Sin duda, el más popular de cuantos se celebran en España. Su origen se remonta al 18 de diciembre de 1812 cuando se hizo en Cádiz por primera vez, en plena guerra por la invasión francesa de las tropas de Napoleón. Después pasaría a Madrid y, desde 2012, su escenario es el Teatro Real. Entraña todo un ritual prenavideño, que se anticipa a los villancicos, a las comilonas familiares y a los actos religiosos del niño-dios hecho hombre en un establo de Belén, junto a una mula y un buey. Claro que le ha precedido el encendido de miles de lucecitas que alumbran y dan calor al corazón de la ciudad. Así como el decorado de los escaparates de las tiendas, porque también este tiempo de excepción es propicio para hacer regalos y un mayor consumo. Para la explosión de la alegría y los deseos de paz y de felicidad. El anuncio de la Lotería de este año, con el título “22, otra vez”, se plasma en un corto protagonizado por un hombre al que siempre le toca el Gordo y que, harto de ello, se percata de que el objetivo de la lotería de Navidad es compartirla. Sin duda, porque compartir es uno de los mejores valores que tiene el ser humano, ya que nos hace pensar en los demás, a la vez que equilibra nuestro propio ego.
       Es evidente que estas fiestas navideñas no serían lo mismo sin su lotería, ya que quien más y quien menos juega algún décimo o participación y aspira a llevarse un pellizco de los 2.380 millones que pone en este sorteo Loterías y Apuestas del Estado. El 70 % de lo recaudado, porque Hacienda siempre gana. Año tras año, nuestra provincia de Soria sobrepasa la media nacional de gasto por persona. Acaso porque compran aquí gentes de fuera al llevar la suerte implícita en su nombre. Como ocurre con Sort (Lérida) y La Bruja de Oro. Aunque es la administración de doña Manolita, en la Puerta del Sol de Madrid, donde se forma la cola más larga. En fin, juego de azar. Con dos bombos que giran (uno con las bolas de los números y el otro con la de los premios), acompasando el canto monótono de los niños de San Ildefonso. En una mañana mágica, para soñar. Porque al día siguiente, la cruda realidad pondrá a cada uno en su lugar. Con más descalabrados que favorecidos. 
José María Martínez Laseca
(20 de diciembre de 2018)

viernes, 14 de diciembre de 2018

Sin mujeres

Tenía miga el titular del reportaje: “TVE deja un pueblo sin mujeres”. Intrigado, apenas lo leí me precipité a devorar su letra pequeña para enterarme bien de qué iba aquello. Supe que se trataba de la grabación de un “reality” o formato televisivo que quiere mostrarnos esos sucesos reales que le pasan a la gente común en un determinado marco. Aquí partía de pagar una semana de vacaciones en un hotel con “spa” (balneario) a 50 vecinas del pueblo El Real de San Vicente, en la provincia de Toledo, para ver cómo se las apañaban sus parejas masculinas sin ellas, cargando con las tareas domésticas.
       Cierto es que no suponía algo original, puesto que esta suerte de “experimento social a gran escala” ya lo había llevado a efecto la BBC3 inglesa el año 2005, en Hardisty (Canadá). Sí sorprendió la aprobación de la directora de RTVE Rosa María Mateo que unos días antes había declarado que en la cadena pública no habría “realitis”. No obstante, yo me interesé por las reacciones de los implicados. Así, Jorge Luís, el alcalde del lugar, valoró positivamente el programa por la publicidad gratuita que suponía para su pueblo atrayendo turistas, máxime al estar este tocado por la despoblación y el progresivo envejecimiento de sus vecinos. Por desgracia para él su esposa fue la primera en apuntarse en cuanto la productora Big Bang Media abrió la selección y cuyo cupo de voluntarias se cubrió inmediatamente. Los hombres, en tanto que directamente afectados, reaccionaron de forma desigual. Unos pensaban que la semana se les hará muy larga, ya que no son capaces ni de encender la vitrocerámica, mientras que otros lo tomaban por un tiempo de liberación y sin reproches por sus horas en el bar o frente al televisor viendo el fútbol. 
       Me llamó la atención que el Instituto de la Mujer de Castilla La Mancha no censurara la decisión televisiva, dado que perpetúa la imagen tópica del ama de casa. Que, por contra, la aprovechara para poner en valor la aportación que hace a toda la familia y a la sociedad en general. Además su directora Araceli Martínez, la relacionó con la huelga feminista de los años 70 en Finlandia, que inspiró nuestra huelga feminista del pasado 8 de marzo. Pronto lo veremos, ya que será en enero de 2019 cuando se emita el programa por TVE. Va de mujeres. De esas personas que trabajan el doble para demostrar que valen lo mismo que los hombres. 
José María Martínez Laseca
(13 de diciembre de 2018)

domingo, 9 de diciembre de 2018

Nueva Numancia

Antes muerta, debió de pensar para sí al tomar tan irreparable decisión. Leí, días atrás, en la primera página de mi diario a diario, aquel titular de incuestionable impacto emocional: “Una mujer de 65 años se suicida en Madrid cuando iba a ser desahuciada”. Y, de inmediato, afloró a mi mente la imagen de los últimos habitantes de la mítica ciudad celtíbera de Numancia, entregándose voluntariamente a la muerte, tras resistir hasta el final al despiadado asedio al que la sometieron las legiones de la todopoderosa Roma. Esa mujer se llamaba Alicia, estaba divorciada y tenía un hijo. Ya llevaba seis años residiendo sola en ese estudio, sito en el quinto piso de un bloque de apartamentos de la calle Ramiro II en el barrio de Chamberí. El cronista de sucesos pormenorizaba el desarrollo de tan trágico acontecimiento. Decía que la víctima se encontraba en su casa sobre las once de la mañana. En el mismo momento en que los funcionarios del juzgado, que iban acompañados por agentes de la Policía Municipal, llamaron al timbre para ejecutar la sentencia judicial, consecuencia directa de la denuncia efectuada por el propietario del inmueble, dado que llevaba varios meses sin pagar la renta mensual del alquiler. Pero, Alicia, sabiendo a lo que venían, no les abrió la puerta. Y optó por precipitarse desde una ventana al vacío, estrellando su cuerpo contra el techo de una furgoneta aparcada en la calle, y acabando en la acera, frente a una peluquería. Quién la encontró tendida sobre el suelo, creyó, en un primer momento, que se había desmayado. Nada pudieron hacer por ella los técnicos de emergencias del Samur, que fueron alertados.
       Poco después se supo que, en el pasado mes de mayo, Alicia había acudido a las oficinas de los servicios sociales de su barrio para solicitar información, si bien fuentes del Ayuntamiento no supieron precisar de qué tipo. Al parecer se le comunicó que, previo a cualquier trámite, debía estar empadronada en el distrito. Lo cierto es que ella ya nunca regresó. Y la carcoma de la soledad fue socavando su cabeza. Cuento este caso el mismo día en que nuestra vigente Constitución de 1978 cumple 40 años. Y recuerdo su art. 1º que reza: “España se constituye como un Estado social y democrático de derecho,...” ¿Protegiéndonos a todos por igual?
José María Martínez Laseca
(6 de diciembre de 2018)

viernes, 30 de noviembre de 2018

Oratoria

Según el Diccionario de la RAE, oratoria es “el arte de hablar con elocuencia”. Y vemos que se concreta en diferentes formas, como el discurso, la disertación, el debate, la conferencia, el sermón, etc. Tiene por objetivo persuadir o conmover a la audiencia y, por ello, se diferencia claramente de la didáctica, que pretende enseñar y transmitir conocimientos y de la poética, que busca deleitar por medio de la estética. A la hora de ponerse ante un auditorio hay que cuidar múltiples aspectos, como el tono de voz, el lenguaje no verbal, hacer uso de ejemplos y formular preguntas para captar su atención y mantenerlo alerta en todo momento. Por supuesto que siempre hay que preparar a fondo el tema que se va a tratar, establecer cuáles son las ideas importantes que se quieren resaltar y ensayar mucho. Porque hay que sobreponerse a dos terribles enemigos: los nervios y el pánico escénico. Lástima que en nuestro sistema educativo, con marcado predominio de la expresión escrita, no se le dedique su debido tiempo a la práctica de la oratoria. Algo que ya hicieron los griegos, que la elevaron como instrumento de prestigio y de poder. Después los romanos la perfeccionaron. En consecuencia, nuestros clásicos entendían que es del contraste de pareceres de donde brota la luz de la verdad.
       Así debiera ocurrir en el ámbito de la política, dentro del juego parlamentario. Pongamos que hablo del Congreso de los Diputados de España, el que tendría que ser un espejo donde mirarnos por su revalorización de la palabra. Sin embargo, estamos viendo como, cada miércoles, la sesión de control al Gobierno, por parte de la oposición, parece haberse convertido en un mal club de la comedia. Con acritud, donde algunos tratan de ser ingeniosos compitiendo en decir el mayor disparate, en su desesperado intento de conseguir un titular en los medios de comunicación o un meme en las redes sociales. Con expresiones radicales y simplistas. Lo pudimos comprobar en la interpelación de Gabriel Rufián al ministro Josep Borrell y que acabó con la expulsión del primero. Y es que cuando los exabruptos y los excesos verbales reemplazan a los argumentos en el debate o la conversación democrática se está perdiendo lo más elemental que es el respeto a las personas. Mas, no me vale nunca la cobarde generalización del “todos son iguales”. Puesto que el sabio distingue y confunde el vulgar.
José María Martínez Laseca
(29 de noviembre de 2018)

martes, 27 de noviembre de 2018

Visita al acebal de Garagüeta

Por estas fechas otoñales, en que el sol va perdiendo su pasión para mutar en compasiva la luz de sus rayos, y en las que los fríos son más madrugadores, yo tengo por costumbre, ejecutada como un ritual, dirigirme a “La Sierra” soriana por antonomasia, con la intención decidida de recorrer ese espacio natural único que es el acebal de Garagüeta. Otrora propiedad de Mortero (despoblado) y ahora bien patrimonial del municipio de Arévalo de la Sierra. Cierto que en esta ocasión mi deseo se vio convertido en realidad gracias a la convocatoria que nos hizo la Asociación Cultural “Vega del Merdancho” de Almajano, a la que pertenezco.
       Quedamos emplazados en la mañana del día 11-N, a las 10 h., en el pueblo de Torrearévalo. Cuando llegamos, un milano, que planeaba por el cielo grisáceo, barruntando una lluvia que no llegó, nos dio la bienvenida. Se había concertado una visita guiada, que corrió a cargo de Cristina Martínez Narro, ingeniera agrícola natural del lugar. Tras ella, avanzamos, a pie, por la ladera de los Montes Claros, donde pastaban algunas yeguas con sus crías, y contemplamos el porte piramidal de varios acebos sueltos, hasta que nos adentrarnos en la masa pura de Ilex aquifolium. En verdad que este año el acebal luce sus mejores galas. Con el fruto de sus pequeñas bayas rojas multiplicadas y apretadas en racimos, relucientes entre las verdes hojas ovaladas y perennes de bordes espinosos, para su defensa. Cristina nos fue contando su relato explicativo. De las 480 hectáreas de dehesa boyal son 180 las que constituyen el bosque de acebo. Uno de los más extensos y cuidados de Europa. El buen uso y el aprovechamiento sostenible que tradicionalmente han hecho sus vecinos ha permitido que llegara tan vigoroso hasta nuestros días. Cristina nos habló de sus variopintos pobladores: aves, mamíferos y reptiles; de los canchales o ríos de piedra de origen glacial y nos mostró el chozo para refugio de pastores, bello ejemplar de arquitectura popular. 
       Por colofón, acudimos a la casa interpretativa del parque, sita en Arévalo. Comprobamos que “El Acebarillo” es un certero emprendimiento rural para rentabilizar este recurso endógeno, fijando población en la sierra, donde nació Julián Sanz del Río (Torrearévalo, 1814-Madrid, 1869). Aquel hombre, según Ortega, que salía embozado en su capa y se ponía a pensar. “Uno de los pocos españoles que lo hacía”.
José María Martínez Laseca
(22 de noviembre de 2018)

martes, 20 de noviembre de 2018

Despoblación: leyenda y mito

La reconquista de la península ibérica, para expulsar a los árabes, que se habían adueñado de ella al vencer a Don Rodrigo, el último rey visigodo, en la batalla del río Guadalete (año 711 d. C.), fue lenta y laboriosa. Hasta culminarla con la toma de Granada (1492). Se inició con don Pelayo, en la batalla de Covadonga (722), y continuó con los reyes de León, de Navarra, de Aragón y de Castilla. Al par que avanzaban fijaban población en el territorio. Los parroquianos construían su iglesia y alrededor el caserío. A estos les daban tierras de cultivo (minifundios), con lo que se fundaba el nuevo pueblo o aldea. Hasta el extremo del Duero, costó lo suyo. Después, al llegar a tierras meridionales se aceleró el ritmo, lo que supuso surgieran los latifundios, en manos de unos pocos. Ello justificaría la existencia de más poblaciones en el norte que en el sur de España. Estas gentes repobladoras, dotadas de fueros y privilegios, se dedicaban a la agricultura y a la ganadería para poder sobrevivir. Así que en el transcurso del tiempo esa dureza de subsistencia fue ocasionando un importante número de abandonos o despoblados. Y a partir de los años 50, la industrialización de Madrid, Bilbao y Barcelona reclamó la mano de obra que sobraba en el medio rural y que aspiraba a una vida mejor. De inmediato, el proceso de mecanización del campo, siguió expulsando a gente hacia las grandes ciudades. Sus consecuencias ya las conocemos todos, máxime en nuestra provincia, que es el paradigma de la despoblación. Somos muy pocos, envejecidos y dispersos en 513 núcleos.
       Pero, a la hora de explicar las causas de dicho éxodo, siempre está el mito como entrada secreta a lo asombroso, al misterio. Y fundamentará su relato en argumento tan llamativo como el del envenenamiento de las aguas. Así, una coplilla popular afirma: “Por una salamanquesa / se ha despoblado Mortero. / Ojalá se despoblasen / Cerveriza y Gallinero”. Recogida por Vicente García de Diego, la leyenda cuenta como a la boda entre los hijos de dos ricas familias de Mortero acudió invitado todo el pueblo, menos una vieja que hubo de ocuparse del ganado, por lo que al beber todos agua del pozo donde vivía la salamandra (que no salamanquesa) murieron contagiados. Muy parecida es la del fantasma de Masegoso. Siempre contamos la misma historia de forma variable y, sin embargo, maravillosamente inmutable. 
José María Martínez Laseca
(15 de noviembre de 2018)

martes, 13 de noviembre de 2018

Noviembre, dichoso mes

Noviembre: dichoso mes, que empieza por Todos los Santos (1de noviembre) y acaba por San Andrés (30 de noviembre). En otoño. Caracterizado por su languidez festiva, en lógica con el decaimiento de la misma naturaleza, y en claro contraste con el verano, definido por el etnólogo Julio Caro Baroja como “la estación del amor”, por más dionisiaco, luminoso y placentero, ya que comporta un derroche de vitalidad y de culto al cuerpo. Es un hecho que nos pasamos la vida negando la presencia de la muerte. En tanto que tema tabú. Antes el sexo era privado y la muerte pública. Ahora, al revés. Pues escondemos la muerte, hasta hacerla clandestina.
      Fiesta de guardar, en honor de los mártires del cristianismo, como onomástica de su “nacimiento”, de su victoria es El Día de Todos los Santos. Le sigue el 2 de noviembre, de los Fieles Difuntos, o Día de Muertos, cuyo objetivo es rezar por los finados, especialmente por aquellos que se hallan todavía penando, purificándose, en el purgatorio (lo connota el tradicional rito nocturno de las ánimas de Tajueco). A veces se confunde un día con el otro. Se trata del culto a los muertos, una costumbre universal presente en todas las culturas. Que, excepto en el Occidente moderno, no ha tenido nunca un carácter triste ni fúnebre. 
      Y es que este mes de noviembre, el noveno del calendario romano, abre un tiempo de hierofanía, de excepción o sagrado, permitiendo el contacto entre el mundo invisible (cielo) y el mundo real (tierra). Se creía que, junto con los antepasados, también los espíritus malignos podían entremezclarse con los vivos. Una sensación controvertida de miedo o terror que se busca causar con los disfraces de la fiesta importada del Halloween yanqui, tan introducida en nuestras escuelas como criticada por su marcada inspiración comercial. 
      Recién, ha surgido la moda de servir nuevos ceremoniales en odres viejos. Meritorios, en tanto que participativos de actores y espectadores, pero de nueva planta. Espectáculo y no tradición. En el origen de todos ellos está el Samaín o “año nuevo celta”, momento propicio para que los espíritus de los antepasados se paseasen por la tierra. Sincretizado por el cristianismo, que compara a sus santos con los granos de trigo sembrados en otoño y que renacerán como plantas en primavera.
José María Martínez Laseca
(8 de noviembre de 2018) 

Por la Grecia clásica

De Soria a Villanubla en autobús y desde aquí a Atenas en avión. Con Jesús Fernández. Viaje cultural, de piedras y museos, dijo Adolfo. Visita panorámica de la ciudad, al llegar. De noche, callejeamos por el barrio antiguo de Plaka, el de los dioses, lleno de animación. Al día siguiente, subimos a la Acrópolis o ciudad alta con una doble función: defensiva y sede de los principales santuarios de culto. Como el Partenón o templo de Atenea y el Erecteion con su tribuna de 6 cariátides. Bajamos al museo, a sus pies. Reconstruido en 2009, con esculturas de piedra y de bronce y otros restos procedentes de la colina. Después, al templo de Poseidón (en Cabo Sunion). El tercer día vemos el Canal de Corintio (1881-1893), de más de 6 km., que abre la navegación entre el Golfo de Corintio y el mar Egeo. Tras ello, al teatro de Epidauro (s. IV a. C.), modélico, con su graderío sobre el cerro, honrando al dios médico Asclepios. 
      En la Acrópolis de Micenas, excavada por el arqueólogo alemán H. Schliemann, nos impacta la Puerta de los Leones, y, extramuros, la sepultura de Agamenón o “Tesoro de Atreo”. El cuarto día, recorremos el impresionante recinto arqueológico de Olympia. Según la leyenda, Zeus instauró aquí los juegos al haber luchado contra su padre Cronos. Su museo reúne un rico patrimonio escultórico hallado en las excavaciones del s. XIX. En Patras, accedemos a la imponente catedral bizantina de San Andrés Apóstol. A Delfos, en el monte Parnaso, acudimos el quinto día. Reverenciado en el mundo griego como centro del universo. Con su famoso oráculo. En su museo los restos de su templo hallados en diversas excavaciones. Nos detendremos junto al monumento en honor a Leónidas y sus 300 espartanos que lucharon contra los persas en Las Termópilas hasta morir. 
      La sexta jornada visitamos dos de los monasterios bizantinos de Meteora. Sitios de retiro y rezo. Construidos sobre la cumbre de enormes masas rocosas talladas por la erosión. El penúltimo día realizamos un crucero por las islas Sarónicas de Hydra, Poros y Aegina (con el templo de Afaya), en la costa del Peloponeso. Por la mañana, el último día vamos al Museo Arqueológico Nacional de Atenas (1891), que cobija diferentes colecciones: prehistóricas, de escultura, cerámica, bronce y de Oriente próximo; desde el quinto milenio a. C. hasta la conquista romana. Melina, la guía local, nos contó viejos mitos y nos hizo comprensible todo el recorrido. Y regresamos. ¡Valió la pena!
José María Martínez Laseca
(1 de noviembre de 2018) 

miércoles, 31 de octubre de 2018

De nuestros gigantes y cabezudos

Al ser costumbre arraigada en muchos países, me he interesado por saber algo más sobre gigantes y cabezudos. Se trata de arquetipos populares, figuras históricas o de relevancia local modeladas en cartón con engrudo, pintadas y ataviadas con ropajes. Hay quien vincula su origen con el Camino de Santiago y la Edad Media, siendo el reino de Navarra pionero y modelo con tres gigantes que representaban a un leñador, una aldeana y a un judío. Otros lo remiten al siglo XV, en que Alfonso V de Aragón los importó desde tierras italianas. Unos y otros formaban comparsa y salían en procesiones o pasacalles bailando los nobles gigantes por parejas (gigante y giganta) a los sones de bandas de música o charangas, mientras que los perversos cabezudos, armados con sus trallas de vejigas hinchadas, espantan a golpes a la canallesca, que les dificulta el paso.
       Yendo a lo nuestro, deduzco de El Avisador Numantino (1-10-1910, p. 2), donde se dice “Como copiamos de Zaragoza lo de los gigantes y cabezudos…”, que estos nos llegaron a la ciudad a inicios del siglo XX, para recorrer “las calles luciendo su elevada talla o su monstruosa cabeza”. El día 1 de octubre, a mediodía, comenzaban las fiestas de San Saturio con su salida, portados por funcionarios municipales, desde la puerta del Peso, acompasados bien por la Banda Provincial o por dulzaina y tamboril. Si 4 eran los gigantes que desfilaban en el Pilar de Zaragoza, en 1841, con 4 cabezudos; aquí ocurriría otro tanto en las fiestas de nuestro patrón. Eran un blanco, un chino, un negro y un piel roja, Representaban a cuatro continentes: Europa, África, Asia y América, dado que el delegado de Oceanía no figuraba. En 1912, el “mocillo americano” sufrió una caída y no pudo salir. En 1935, con la Segunda República (El Avisador Numantino, 18-10, p. 3), se anunciaba que “este año saldrán nuevos gigantes y cabezudos” ya que el Ayuntamiento “ha adquirido una nueva colección”. Y pedía a los jóvenes que no les lanzaran piedras y castañas. Otros que se incorporaron fueron don Quijote y su Dulcinea o los cuatro reyes de la baraja. Entre los cabezudos: el diablo, el lobo, el cerdito, el payaso y el negrito. Este mismo año 2018 el Ayuntamiento ha actualizado la comparsa con nuevos personajes. Con saltones ojos de insecto. 
       Pese a todo, gigantes y cabezudos siempre constituyen el festejo oficial de los chicos. 
José María Martínez Laseca
(25 de octubre de 2018)

martes, 23 de octubre de 2018

Robo del patrimonio rural

Esto del patrimonio histórico-artístico tiene su corteza y su mucha miga. Es memoria de un tiempo pasado y riqueza heredada de nuestros ascendientes, además de una seña de identidad inequívoca ya que nos remonta a nuestros orígenes. Como consecuencia de todo ello, su importancia es considerable; aunque parece, por desgracia, que únicamente lo valoramos en su justa medida cuando lo hemos perdido para siempre. Además, en tanto que legado, no nos pertenece a nosotros, sino a las generaciones venideras. Ya en 1983 las competencias en la materia fueron transferidas del Estado a la Comunidad de Castilla y León, por lo que corresponde a la Junta el mantenimiento y cuidado de su extenso conjunto. Y ello, sin menoscabo de las responsabilidades que afectan también a sus particulares propietarios.
      Recientemente, las páginas de sucesos de la prensa local rotulaban titulares en negro para informar de los robos perpetrados en iglesias o ermitas de cinco pueblos de nuestro medio rural: las de Castilruiz, Masegoso, Mercadera, Boos y Valdegrulla. Bien es cierto que con una diferencia esencial entre los mismos, ya que, en el caso de los dos primeros, los ladrones se hicieron con diferentes objetos de valor que podían vender en el mercado negro, mientras que, en lo que se refiere a los tres últimos, se trataba de un expolio propiamente dicho, puesto que arrancaron piedras de sillería de sus inmuebles con la intención de reutilizarlas posteriormente. Por lo que cabría suponer que los robos se cometieron por encargo. 
       El común denominador de todos estos lugares afectados es el de la despoblación, ya que se trata de despoblados o de sitios con escasos vecinos, en su mayoría envejecidos, lo que facilita los movimientos impunes de los delincuentes. Tampoco la guardia civil dispone de efectivos humanos y materiales suficientes para poder vigilar bien los 513 núcleos de población de toda la provincia. No sé por qué a mi mente ha asomado el recuerdo de Erik el Belga, el mayor depredador del patrimonio español en los años 60, muchas veces en connivencia con la propia iglesia. La misma que ha registrado con avaricia bienes culturales que eran cosa de todos. Y pienso que, ante tanta desidia, que es el más claro anticipo de toda ruina, la protección del patrimonio histórico-artístico soriano, además de recursos bien empleados, necesita una de una mayor sensibilidad.
José María Martínez Laseca
(18 de octubre de 2018)

Frutos rojos del bosque


Estamos ya en otoño, que es tiempo de vendimia por nuestra ribera del Duero (1.250 hectáreas de viñedo), principiándose con ella el ritual prodigioso de trocar su agua en vino muy apreciado. Además, es la estación del año con mayor floración de setas y de hongos, siempre que las tormentas hayan sido propicias. Y, al llegar estas fechas, maduran, asimismo, de manera silvestre, unos pequeños frutos de color carmín, que por eso se agrupan bajo el nombre genérico de frutos rojos del bosque. Sobresalen entre ellos: moras y arándanos y, ya en otra época, frambuesas y grosellas, que, debido a su intenso color, poseen unas excelentes propiedades nutritivas, al ser ricos en vitaminas y con poderes antioxidantes muy saludables. Por todas esas características les sirven de sabrosa despensa a muchos animales que habitan en zonas de montaña. De ahí que se nos indique a las personas que no seamos avarientos en su cogida.
       Hoy en día, estos frutos silvestres pueden plantarse y producirse en abundancia. Y al ser cada vez más deseados, tanto dentro como fuera de España, algunos emprendedores se han interesado en conocer las posibilidades que ofrecen sus diferentes variedades. Como alternativa a los cultivos tradicionales. Favoreciendo este objetivo, la Diputación Provincial de Zamora, por ejemplo, organizó, meses atrás, unas jornadas de formación, contando con la aportación de expertos en la materia.
       Aquí en Soria, la iniciativa para cultivar frutos rojos del bosque surgió, hace ya un par de años, de siete familias emprendedoras vinculadas a la localidad de El Royo, que vieron en este cultivo novedoso un potencial de negocio e invirtieron 100.000 euros cada una de ellas en la apuesta. En este caso, el asesoramiento técnico les vino de la Asociación Forestal de Soria (ASFOSO). Por diversos motivos, este propósito se ha visto retrasado en su puesta en marcha. Y es muy de lamentar que ello ocurra con un proyecto tan ilusionante. Por estar vinculado a la industria agroalimentaria (cultivo, transformación y comercialización) resulta muy adecuado para generar nuevos puestos de trabajo y fijar a la gente en el medio rural. Puesto que la innovación como motor de desarrollo y competitividad es la mejor manera de luchar contra la despoblación. Ideas e inversiones productivas tan necesarias para que Soria tenga futuro. 
José María Martínez Laseca
(11 de octubre de 2018)

viernes, 5 de octubre de 2018

Ludopatía

Uno pasea por las calles de su ciudad para vivirla y como una forma de auscultar los latidos de su corazón. Y, frente a muchas cosas que me pasan desapercibidas, me percato, no obstante, de algunas otras que considero significativas y por eso las traigo aquí a cuento. Por ejemplo: que hay muchos locales comerciales vacíos, llamativamente en su parte más céntrica. Y ello como consecuencia de políticas municipales erróneas que a lo largo de los años han apostado por llevarse casi todo a los extrarradios y por urbanizaciones satélites e hipermercados, despoblando su casco histórico. Alguien me dirá que además la crisis económica que arrancó en 2008 ha tenido efectos muy nocivos y que tampoco hay relevo generacional en el pequeño comercio tradicional. Pero este asunto no se acaba ahí.
      Paradójicamente, de poco tiempo a esta parte, he podido observar cómo se han abierto al público nuevos locales. Son salones de juego y apuestas. Situados en lugares estratégicos para mejor atraer a sus potenciales clientes. Así, uno de apuestas deportivas se encuentra cercano al campo de fútbol de Los Pajaritos, para que los hinchas que acuden a ver jugar al Numancia puedan disfrutar de sus triunfos con mayor intensidad. La inauguración, en su día, quedó plasmada en nota de prensa, al modo de una crónica de sociedad, cual si de la puesta de largo de una señorita se tratara. Entre los concurrentes –se decía–, además de empresarios locales y autoridades se encontraba una representación del citado Club, desde jugadores a directivos. Asistentes de lujo fueron una concejala y un diputado provincial, que, eso sí, mostraron su interés por el empleo creado. 
      Pues bien, la Ley 6/ 2017, de 20 de octubre de medidas de reducción de cargas administrativas para la dinamización empresarial, que modifica, entre otras, a la Ley de 1998 reguladora del juego y de las apuestas en Castilla y León, abonaba el terreno para la eclosión del sector. Y ya se encienden las alarmas, dado que en las redes del juego pueden caer menores y personas con problemas que exigen una mayor protección. Porque esa enfermedad o impulso irreprimible por el juego sin importar las consecuencias se llama ludopatía. “Tres cosas nos quita el juego: tiempo, conciencia y dinero”, reza sabio el refrán. Por eso mi acompañante al reparar en ellos exclamó: ¡van a traer la desgracia a muchas familias!
José María Martínez Laseca
(4 de octubre de 2018)

miércoles, 3 de octubre de 2018

¡Hágase la luz!

¡Hágase la luz!, dijo Dios -léase el Génesis-, en la creación del mundo, al separar las tinieblas de los días, como nos marca el sol. Pero al homo sapiens no le pareció suficiente y, más adelante, domesticó el fuego, que le aportaba también luz y calor. Largo camino tuvo que girar la rueda de la historia para que los humanos pudieran hacer realidad el uso práctico de la electricidad, mediante la aplicación de la corriente alterna, que iría llegando, poco a poco, a los hogares, igual que lo hizo el agua corriente, en tanto que recursos básicos. Claro que pagándola a quien nos la sirve: las compañías eléctricas, que nos pasan una factura que nadie entiende. Con el Kw/h cada vez más caro. Estos días, la subida del recibo de la luz ha batido todos los récords en nuestro país, sembrando la inquietud entre la gente. Ello se achaca a la deficiente regulación del mercado eléctrico. Y ante tal exceso, el Gobierno ha anunciado medidas para una luz más barata, como la supresión del impuesto del 7% de la generación eléctrica y la de ampliar la cobertura del bono social eléctrico y crear ayudas a la calefacción, tratando de reducir la pobreza energética entre las rentas más bajas. Sin embargo, no son suficientes, porque los costes de la luz inciden directamente en la competitividad general de nuestra economía.
      En fechas recientes, los medios de comunicación han sacado a la luz el ambicioso plan de alumbrado que tiene previsto el alcalde de Vigo para estas próximas Navidades en su ciudad. “Serán las Navidades `top´ de este planeta”, les declaró a los periodistas. “¡Esto es el no va más!”, se entusiasmó: 1478 guirnaldas 1000 arcos de iluminación, bolas de 12 metros de diámetro, 325 árboles..., que ya ha empezado a instalar. Como reacción, su homólogo, el alcalde de Cangas, al otro lado de la ría, ha invocado la presencia de una niebla espesa para evitar que les deslumbre tanto juego de luces.
      No para aquí la cosa, ya que también el alcalde de Soria anunció no hace tanto que adelantaría al 30 de noviembre el encendido de la luminaria navideña. Renovando lo ya visto con más lucecitas Led y extendiéndola a más calles. Algo más humilde que su mentor de Vigo, pero tirando como él la casa por la ventana al subir el anterior presupuesto de 60.000 euros hasta los 169.400 de ahora. ¡Que no se diga luego que tenemos alcaldes de pocas luces!
José María Martínez Laseca
(27 de septiembre de 2018)   

sábado, 22 de septiembre de 2018

La Casa de los Poetas

Me llegó, días atrás, por wasap (aunque el remitente no está en mi lista de contactos), la convocatoria de un autodenominado “Sindicato de poetas” para que acudiera, esta misma tarde a las 7 h., en el Casino Círculo Amistad-Numancia al acto de su presentación en Soria. Chocante me resultó, de entrada, la tendencia a agruparse por parte de estos creadores que, en un sentido romántico, casi siempre han tendido a moverse más a gusto por los márgenes. Así que me quedé expectante y medró mi curiosidad en aras a despejar esa incógnita. Se ve que los líricos hacen buen maridaje con el viejo Casino de la Amistad-Numancia. Lo corrobora el hecho de que tres de sus grandes tenores: Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado y Gerardo Diego, lo frecuentaran en vida. De ahí que sean los protagonistas principales del espacio museístico que se abrió al público el 5 de abril de 2012 en sus dependencias. Concretamente, aprovechando los casi trescientos metros cuadrados de su desván para ofrecernos un recorrido por las vidas y obras de los susodichos vates, a cuyo glorioso panteón se incorporaron además algunos otros cantores de Soria. 
      Ello supuso en aquel momento una apuesta por incrementar la oferta turística y cultural de la capital soriana, centrándola en una de sus señas de identidad cual lo demuestra el ser una ciudad celebrada por los poetas. Para que los visitantes sintieran la poesía y disfrutaran de este interesante patrimonio inmaterial. Buena era la intención, pero al evaluar sus resultados seis años después de su puesta en marcha se advierte que su reclamo resulta ineficiente, y su rentabilidad deficitaria. Sin duda que la apertura de la Casa de los Poetas respondió en su día a la frustración por el derribo que otrora se hizo por intereses especulativos de la vivienda que alojó al matrimonio Antonio Machado y Leonor Izquierdo. Y siendo este gran poeta, como lo es, nuestro principal embajador de cara al exterior, era en él en exclusiva en quien debería haberse centrado dicha casa-museo. Tal se realizó en Segovia, recuperando su humilde pensión, que resulta más exitosa en número de visitas. Por otra parte, es evidente que en la Casa de los Poetas son muy escasas las reliquias que se exponen de nuestros tres tenores. Falta, pues, el atractivo de la autenticidad a lo que se añade, también, el problema de una adecuada accesibilidad. 
José María Martínez Laseca
(20 de septiembre de 2018)

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Los móviles en el aula

En la muy recomendable novela policiaca que estoy leyendo ahora, “La desaparición de Stephanie Mailer” (un asesinato múltiple resuelto en su día de forma errónea) de Joël Dicker, hay un momento en que Jerry (un padre) le dice a Dakota (su hija) : “– ¡Qué maldición, la generación está obsesionada con los teléfonos y las redes sociales! Ya no leéis, solo os interesa hacerle una foto a lo que estáis comiendo. ¡Qué tiempos!” Y extraigo esta cita a cuento de la actualidad que con cada inicio del curso escolar vuelve a cobrar la irrupción de los móviles en las aulas para entretenimiento y distracción de los alumnos en cuanto al proceso de enseñanza-aprendizaje se refiere, ya que con su uso inadecuado estos no están en lo que se celebra: aprender ciencia que enseña el valor del pensamiento racional; sino ajenos a ello navegando por espacios siderales con el consiguiente cabreo de sus profesores policías, que habrán de requisárselos en cuanto detectan su presencia maléfica para depositarlos luego en jefatura de estudios, hasta que sus padres autoricen la devolución. Algo que ocurre prácticamente de inmediato, al avisarles su querido hijo, desde el móvil prestado por un compañero. De este modo, las medidas recogidas, en su caso, en el reglamento interno del centro resultan ineficaces a todas luces.
     Esta adicción a la tecnología Wifi por parte de los chavales, en tanto que fenómeno de preocupación universal, ha provocado que en Francia el nuevo curso comience con la prohibición del uso del móvil en los centros de educación infantil, primaria y secundaria, si bien en los institutos la decisión es potestativa de cada centro. Y ello mediante Ley aprobada por su Asamblea Nacional. Y no solo en las clases, sino que se extiende además al patio y a las actividades extraescolares. Pero la controversia por oponerse al uso de una herramienta de progreso ha sido bastante fuerte.
      Aquí, en nuestro país, siempre más indecisos, se nos dice que se está reflexionando sobre el tema y que, dadas las opiniones encontradas al respecto, se va a hablar con expertos en la materia. Algunos de ellos advierten que nuestras aulas son del pasado mientras que los estudiantes viven en el futuro. Que la educación actual es aburrida e irrelevante, y que desean cambiarla mediante ideas tecnológicas más innovadoras. Y para ello, ven necesario introducir los móviles en el aula.
José María Martínez Laseca
(13 de septiembre de 2018)

Del ocio como negocio

Entra septiembre, mes que supone en esta sociedad nuestra del espectáculo y del consumo el regreso a la rutina cotidiana, al recogimiento y a la cavilación. El retorno al orden establecido, simbolizado por la vuelta al cole (que antes, curiosamente, acontecía en octubre, tras las fiestas del patrón San Saturio, por estos pagos capitalinos). Y atrás se queda agosto, el mes más luminoso, en que el sol más calienta y en el que la inmensa mayoría de la gente hace una tregua en su trabajo habitual para irse de vacaciones buscando nuevas experiencias. De aquí que pueda representarse por el ajetreo de esas maletas viajeras. Maletas grandes y pequeñas, sofisticadas y normales, de todo tipo y condición, ya que denotan la posición social de sus portadores.
      Y es por esta jungla por la que yo voy a adentrarme, tratando de abrir vereda a mi reflexión en torno al ocio, en tanto que derecho a la inacción y al entretenimiento y que ha derivado en un negocio tan significativo y rentable como es la denominada industria del turismo. Va para once décadas que el semanario “Blanco y Negro” publicaba en sus páginas una ilustración con un nutrido grupo de personas en la playa de Biarritz. Plasmaba así la incipiente moda de las familias acomodadas de veranear junto al mar. Después fueron las clases medias, con el auge de las poblaciones urbanas, las que comenzaron a disfrutar de esa cultura del ocio que alteraba su quehacer cotidiano y llenaba de nuevos contenidos su comportamiento y su mentalidad. En consecuencia, expresaron nuevas demandas de bienestar cultural. Todavía los sectores populares estaban alejados de ellas, ya que se centraban en sus reivindicaciones sociales de mejorar en las condiciones laborales, horarios de trabajo, seguros de paro o de accidente que eran prioritarias para ellos. Esto cambiaría a partir de los años veinte. Así, la necesidad de ocio se fue extendiendo como un fenómeno coherente con el desarrollo económico. 
      En esta progresión democrática del ocio, un salto cualitativo lo supuso, sin duda, la medida adoptada por la Ministra de Asuntos Sociales (1988-1993) Matilde Fernández, bajo la Presidencia del Gobierno de Felipe González, con la implantación de las vacaciones sociales del IMSERSO para los jubilados. Lo que imitó la Junta de Castilla y León con el llamado “Club de los 60”. Una generosa oferta de primavera y otoño. 
José María Martínez Laseca
(6 de septiembre de 2018)

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Las mil y una maravillas

Hay un tiempo para todo, según reza el Eclesiastés. Así que hubo un momento en el que muchas de nuestras villas y pueblos, incluida la propia ciudad, pusieron de moda los mercados medievales a los que se sumaron también los tenidos por tradicionales. Para ello, con el dinero público, se hacía el encargo a una empresa especializada en la materia y era esta la que se ocupaba de todo el montaje. Y los vecinos del lugar y los visitantes seducidos por su reclamo se limitaban a ocupar un papel de meros espectadores. Excepciones a esta regla, sin menoscabo de lo antedicho se dan. Tales son los casos de San Esteban de Gormaz y de San Pedro Manrique e inclusive el de Almarza, en los que los lugareños asumen un cometido más participativo, implicándose como actores en la representación. Ahora, el de San Esteban de Gormaz ha cumplido sus 20 años. Yo lo celebro reproduciendo aquí mi romance, ganador del concurso, “Las mil y una maravillas”, que leí allí el 17 de agosto de 2006. Esto dice: Ribereños, forasteros: / conteneos y escuchad / a este juglar, pregonero / del mercado medieval, / que convoca en estas fechas / San Esteban de Gormaz. // Cabeza de Villa y Tierra, / notoria en honra, leal, / rica en historia y románico, / renombrada en el yantar, / con exquisitos corderos / muy buen vino y pan candeal. // La puerta de San Gregorio / se ha abierto de par en par. // Hombres, mujeres, chavales: / pasad y participad, / porque no falte detalle / y sea orgullo de propios / y pasmo de visitantes. // Que engalanen las ventanas / estandartes y pendones. / Traje, aderezos y afeites / muten a tus moradores. // Transiten libres las calles / gentes plebeyas y nobles, / juntos moros y cristianos, / cual convivieron entonces. // Suenen dulzainas, tambores, / y a sus ritmos brote el baile. // Y que el grupo teatral / caldee las emociones / para que todos disfruten / las mayores sensaciones. // Se vendan mercaderías / y objetos artesanales… / Y se exhiban los trabajos / y oficios tradicionales. // No es un mercado cualquiera, / que no hay en toda Castilla / evento que más asombre: / las mil y una maravillas. // Ni conviene que lo narre. / Que vuestros ojos lo vean, / que vuestras manos lo palpen, / resuene en vuestras orejas, / lo deguste vuestra lengua. // Permitidme que así acabe: / ¡Disfrutad de esta ventura / mágica e inolvidable! 
José María Martínez Laseca
(30 de agosto de 2018)

Salvemos el paseo de San Saturio

La ermita barroca de San Saturio, de comienzos del siglo XVIII, colgada de los peñascales cual nido de golondrina, es uno de los centros principales de peregrinación, ya no tanto por los devotos del santo, que obró los milagros suficientes para su canonización y nombramiento como patrón de la ciudad, cuanto por los numerosos turistas que, curiosos, hasta ella se acercan andando. Con los Arcos de San Juan de Duero, a los pies del Monte de las Ánimas, según las estadísticas, son nuestros dos monumentos arquitectónicos más visitados. Ambos en la margen izquierda del río Duero, que, a partir de la construcción de la presa de Los Rábanos (31-12-1963) remansa sus aguas en llamativa tabla, formando, con los álamos que escoltan su andadura, uno de los más bellos paisajes de España. Es el meandro o curva de ballesta cantada por Antonio Machado y el escenario mágico de dos leyendas del visionario Bécquer. Por sus características naturales: el campo agreste de sierras y encinares está a las mismas puertas de la ciudad, debiera ser tenido por un “locus amoenus” o lugar idílico en consonancia con el tópico literario, alejado del mundanal ruido, bucólico y pastoril –dada la presencia de algunas cabras sueltas– y, por ende, garante de seguridad y de tranquilidad.
      Pero, por desgracia esto no es así y de ahí mi queja ante lo que considero una falta de sensibilidad hacia el medio ambiente de todo este paraje, sin duda bien de interés cultural, que requiere de una mayor atención, cuidado y mantenimiento, evitándose su manifiesto deterioro. Así, resulta inadecuado el uso de zahorra para abrir el acceso de vehículos a la pradera de Las Bailas, cuando ya se cuenta con otro de menor impacto más arriba. Debería restringirse a lo imprescindible la circulación de coches por este paseo, y evitar estacionamientos indebidos, puesto que dispone de aparcamiento a su entrada y muy amplio en la margen derecha. Y hacer algo con el puente de hierro, otrora peatonal. Y atender más al arbolado y a la limpieza. 
      Tenemos que asumir un firme compromiso cívico con su conservación. Ahora que tanto se nos recomienda salir al campo por balsámico. Pasear, se nos dice, es saludable física, emocional e intelectualmente, como ya propugnara la Institución Libre de Enseñanza. Porque el paisaje educa mejor que el más hábil de los pedagogos, aseveró Ortega y Gasset.
José María Martínez Laseca
(23 de agosto de 2018)

Historia en la villa de Gómara

Al atardecer, los días 10 y 13 de agosto voy, con José Antonio del Campo, hasta Gómara, que dista 31,5 km. de la capital. Por la carretera de Soria hacia Calatayud, con desvío en Almenar. Campo inmenso y pajizo de cereal decapitado, sin apenas un árbol. El motivo no es otro que el de asistir a sendas conferencias impartidas por los colegas profesores del IES “Antonio Machado” de Soria, José María Incausa Moros (“¿Hubo democracia en el siglo XIX en España?”) y Antonio Ruiz López (“Gómara en el siglo XIX. Estructura demográfica.”), dentro del 7º ciclo de conferencias “Francisco López de Gómara” bajo el denominador común de “España, 1815-1874. Crisis bélica y complicada travesía política, social e institucional”, que organizan el Ayuntamiento y la Asociación cultural “La Cerca”, con la colaboración de la Diputación Provincial. Y coordinadas por el licenciado Luis González Uriel. Dos notas a lo antedicho: 1.-López de Gómara, ilustre hijo local del s. XVI (estatuado en la fachada de la Diputación), fue historiador de indias y capellán de Hernán Cortés hasta su muerte; 2.-Si como reza el refrán: “más vale un diente que un diamante”, otro tanto cabe señalarse de estas asociaciones culturales de los pueblos por dinamizar su vida social y romper la modorra, frente a corporaciones municipales meramente burocráticas.
      Gómara, sobre un cerro, con su castillo frontero derruido. Villa del Condado de los Ríos y Salcedos, como atestiguan algunos escudos y edificios históricos. Capital de la comarca. Llegó a contar 1035 habitantes en 1940, que luego ha ido perdiendo en caída libre, vaciándose de gente, hasta los 385 actualmente censados. Y eso que agrega los pueblos de Abión, Paredesroyas, Ledesma y Torralba de Arciel. Recorro sus calles y siento el escalofrío del paso del tiempo. Su devastación. Comercio, mesón, taberna, gasolinera y muchas casas cerrados. Aún abierta su escuela, si bien con pocos chicos. Ecos de las leyendas de Bécquer, del bullicio los sábados de mercado. La torre de la iglesia sigue implorando expectativas a los cielos. Veo a conocidos: Mª Ángeles, José María… Saludo al organista Adalberto Martínez Solaesa. En el bar de la plaza charlo con Gregorio Bartolomé, casado aquí.
     Hay instantes en Soria en los que parece que uno estuviera en Marte o en la cara oculta de la Luna. Y se pregunta: ¿Quedará vida inteligente por aquí?
José María Martínez Laseca
(16 de agosto de 2018)

Viaje a Croacia

Fin de julio. Viajamos a Croacia, en la península balcánica a orillas del mar Adriático. Incorporada a la UE desde 2013, si bien con moneda propia (1€ = 7 kunas), formó parte de la antigua Yugoslavia, junto con Bosnia-Herzegovina, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. Tras la muerte de Tito (1980) y la crisis económica, las tensiones y el ascenso de los nacionalistas al poder en Serbia ocasionaron (del 25-6-1991 al 5-6-2006) una sangrienta guerra que condujo a la disolución y a la formación de seis nuevas repúblicas soberanas. El 21-J aterrizamos en Zagreb, la capital, aún latente su éxito en el mundial de fútbol como subcampeona. Cuenta un millón de habitantes y tiene el encanto especial de haber sumado dos ciudades medievales. Transitamos por sus calles y vemos su catedral y el mercado Dolac. Admiramos sus edificios de sabor austrohúngaro, su Teatro Nacional y su iglesia Sveti Marko. Después vamos a Varazdín, antigua capital, entre 1756 y 1776, “donde duermen los ángeles”. En la mañana del 23-J y con abundante lluvia, recorremos el parque nacional de Plitvice, donde sus 16 lagos están comunicados por 32 cataratas y cascadas, verdecido por bosques de hayas, sobre todo. Por la tarde cambiamos a la soleada línea de costa. Entramos en Zadar, ciudad viva y palpitante. Vemos su puerto, su foro romano, la iglesia de San Donato y la catedral de Santa Anastasia, su puerta y las singulares instalaciones de sonido y luz Órgano del Mar y Saludo al Sol, de Nikola Basic. Con bella puesta de sol, según Hitchcock. El 24-J, visitamos Sibenik, junto a la desembocadura del río Krka, con su catedral de San Jacobo. Después Trogir, la “ciudad museo” situada en un islote, cuyo casco antiguo remite a un pasado medieval. Y seguido, Split, con su ciudad antigua construida en torno al palacio romano edificado por el emperador Diocleciano en el siglo IV. El 25-J cruzamos a Bosnia-Herzegovina, hasta Mostar, con sus mezquitas y su zoco y su puente emblemático, que sangró en 1993. Y tras ello llegamos a Dubrovnik, “la perla del Adriático”. El día 26-J la repasamos despacio desde el mar y pisando sus calles de mármol. Contemplamos sus bonitas murallas de “Juego de tronos” y sus edificios barrocos. El 27-J pasamos a Montenegro adentrándonos en la bahía de Kotor y disfrutamos de la preciosa Budva. Un eclipse total puso roja a la luna en la última noche. 
José María Martínez Laseca
(9 de agosto de 2018)

martes, 7 de agosto de 2018

Atraer turistas

Es el turismo un fenómeno social que se basa en ese desplazamiento transitorio que realizan las personas desde sus sitios habituales de residencia y de trabajo hacia otros lugares, con el fin de disfrutar en ellos de sus vacaciones o bien de conseguir algún otro tipo de satisfacción. En nuestro país ese cuantioso trasiego de gentes venidas de fuera se ha visto polarizado, desde los años cincuenta, en torno al denominado turismo de sol y playa por toda la costa mediterránea fundamentalmente. No obstante, en los últimos años se ha producido una clara evolución de ese turismo de masas hacia una diversificación en sus demandas. Y surge, en consecuencia, el denominado turismo interior con sus ofertas de reclamo basadas en el patrimonio histórico-artístico, el medio ambiente, la gastronomía, lo cultural, etc. En este caso, nuestra comunidad de Castilla y León ha adquirido un papel destacado. Ni que decir tiene que el turismo es una actividad económica que genera flujos de renta importantes y empleo. Y por eso una provincia como la nuestra de Soria se promociona desde sus instituciones en ferias y eventos nacionales e internacionales para vender sus mejores encantos y conseguir, de ese modo, atraer a una parte de tan inquietos nómadas hasta nuestra tierra como lugar de destino apetecible. Se entiende así al turismo como un motor de desarrollo muy a tener en cuenta.
      Hacer que esos turistas nos visiten resulta, pues, muy necesario, pero ello no es suficiente. Hay que saber tratarlos en la debida forma, proporcionándoles unos servicios de calidad durante su estancia entre nosotros. De ahí que se precise una mejor preparación profesional por parte de los empresarios y trabajadores del sector hotelero, de restauración, recepción, guía y traslado.
    Asimismo, dado que es el medio urbano y natural el que sirve de marco físico al turismo deberemos reivindicar y poner en valor también nuestro paisaje, entendiendo como tal tanto a la naturaleza en estado puro cuanto al paisaje urbano, considerando dentro de él su arquitectura histórica y contemporánea. Para ser competitivos y rentabilizarlo deberemos ofrecer a esos turistas que pretendemos, más educados y con mayor conciencia ecológica, la “excelencia” que nos solicitan. Y para ello no basta con estar en política, hay que hacer política con objetivos y con estrategias. 
José María Martínez Laseca
(2 de agosto de 2018)

Tierra de nadie

En 1835, el escritor y periodista Mariano José Larra y Sánchez de Castro (Madrid, 1809-1837) cruza media España y no ve más que un “desierto arenal”, una “inmensa extensión” de “desnudo horizonte”, tres días rodando “por el vacío”. Pasados 70 años, por esos mismos lugares, más o menos, donde Larra no vio nada, Antonio Machado ve “carros, jinetes y arrieros”, “rudos caminantes”, “viajeros que cabalgan / en pardos borriquillos”, “pastores que conducen sus hordas de merinos”, “decrépitas ciudades”, “dispersos caseríos”, “el mesón al campo abierto”, “el hogar donde la leña humea”, “roídos encinares”, “cerros cenicientos” y “montes de violeta”. Estas citas corresponden a su poemario “Campos de Castilla”, de 1912, que puso a Soria en el mapa cultural del país. Vio los “pinos del amanecer / entre Almazán y Qintana!” en “Otro viaje” en tren (y lo recordó desde Baeza). Curiosamente, Antonio Machado nos enseñó a mirar un paisaje que nadie veía, ni tan siquiera los mismos sorianos. De ahí que esta provincia, por invisible, haya sido relegada, cual Cenicienta, por los sucesivos gobiernos de España, y hasta ignorada también por la mayoría de los viajeros extranjeros. Bien sabido es que lo que no se visibiliza no existe.
      Viajaba con frecuencia Machado en tren a Madrid, donde residía su madre. En su vagón de tercera recorría el trayecto desde la entonces estación de San Francisco de Soria (hoy del Cañuelo) hasta la del Mediodía de Madrid (hoy Atocha). Con trasbordo en Torralba del Moral. De ahí que se le apode “El Torralbilla” a este tren. Una vía de 94 km. que se inauguró el 1 de julio de 1892, cien años antes del primer AVE Madrid-Sevilla. “El Torralbilla” cumplía su cometido de transporte de viajeros con parada en todas las estaciones. Pero ahora, en pleno siglo XXI, su funcionamiento deja mucho que desear. No hay día en que no se produzca avería o retraso. Soria, más cerca de Madrid que Barcelona, Sevilla o Zaragoza, está, sin embargo, mucho más lejos en tiempos de acceso por tren. La línea en cuestión se ha convertido en una auténtica metáfora del porvenir provincial. “Coger el tren” o “perder el tren” se aduce aplicado a su futuro incierto. Y los políticos juegan con el tren al “tiquitaca”. Soria, por invisible, no existe. Porque tierra de nadie es su nombre. Como la más oscura de los muertos.
José María Martínez Laseca
(26 de julio de 2018)

jueves, 19 de julio de 2018

Comercio en la Soria rural

De crío, mi pueblo de Almajano, sito en la vega del río Merdancho, en una encrucijada de caminos, se me antojaba un universo entero. Debido a su economía agroganadera, de autosuficiencia, giraba, concéntrico, en torno a sí mismo. Aún no había comenzado el gran éxodo de jóvenes a las grandes ciudades. Por lo que cobijaba más gente que hoy en sus casas. Con una escuela de chicas y otra de chicos y su pirámide de población equilibrada, escalonada en grupos por edades. Varios funcionarios residían en el pueblo: el médico, la boticaria, el secretario, el maestro y la maestra… y, algo después, se abrió un cuartelillo de la guardia civil. Los mozos se encargaban de alegrar el ambiente. Contaba también con dos establecimientos de comercio abiertos al público en la plaza, donde paraba el coche de línea que hacía la ruta de Soria a Aguilar del Río Alhama.
Eran el de la Crescencia y el del Marino. El primero tenía el salón del café con sus mesas de juego en la planta superior y la tienda en la de abajo con su puerta orientada al sur. Los viejos del lugar se sentaban a la solana en los poyos, a derecha e izquierda, para matar el rato, conversar y fumarse sus cigarros liados con el tabaco picado de cuarterón. El otro se ubicaba en la casa que hace esquina en la carretera de salida hacia Los Villares y Cirujales del Río. El local, con ventana al este, ocupaba la planta baja. El largo mostrador separaba a tenderos de clientes. Yo lo rememoré en un largo poema que decía: “Esto es estanco, cantina / y tienda de ultramarinos. / Aquí vendemos barato, / casi a la altura del trigo.” Porque cumplían todos esos cometidos a la vez más el de centro social, pese a que las mujeres solo acudían allí a comprar cuanto necesitaban. Allí se vendía de todo: alpargatas, chicles y caramelos, conservas, galletas, legumbres, sardinas arenques, etc. Mucho de ello a granel, que se pesaba en  una llamativa báscula.
Los dos cerraron hace tiempo. Ahora el estudio de la Diputación sobre la situación del comercio en Soria ha venido a levantar acta de defunción de casi todos ellos. También fruteros –como el amigo Sergio del Rincón– y pescateros recorrían los pueblos cumpliendo un servicio social con su venta ambulante. Lo que recién ha innovado “La exclusiva” para atender a la demanda a las personas mayores y solas, dispersas por nuestro extenso medio rural.
José María Martínez Laseca
(19 de julio de 2018)

Entre Unamuno y José Tudela


En la Navidad 2000/2001 recibí una postal de felicitación de Inés Tudela, en la que recordaba nuestra visita a la casa natal de Julián Sanz del Río en Torrearévalo de la Sirerra, a la que tuvimos que acceder saltando tapias. Dentro del mismo sobre me adjuntaba fotocopia de la carta manuscrita de Miguel de Unamuno (29, IX, 1864-31, XII, 1936) en respuesta a la que, previamente, le había remitido su padre –toda una personalidad de la cultura soriana– José Tudela (17, IV,1890 -7, IX, 1973). Con esta transcripción: “A D. José Tudela de la Orden. Calle del Prado. Ateneo. Madrid. // Bien venidas sean bergaminadas como la última si ellas me valen cartas como la de usted y nos mueven a unirnos contra la beocia caciquil de los matriculados de la política picaresca. // Mi delito mayor fue permanecer becerro orejano, negándome a afiliarme en las partidas de vividores. Pero esto redobla mi actividad y ha servido para darme conciencia más clara de mi posición y mis deberes. Y celebro que a la vez me haya permitido conocerle. Como amigo le saluda // MIGUEL DE UNAMUNO // Salamanca 25-IX-14”.
Démosle contexto. En el año 1914 –con la I Guerra Mundial en marcha– José Tudela se licencia en Derecho y Letras por la Universidad de Madrid. Ya Miguel de Unamuno, catedrático de Lengua Griega en la Universidad de Salamanca, ocupa el cargo de Rector. En marzo, Unamuno se suma a la Liga de Educación Política instaurada por Ortega y Gasset. Y, en verano, critica a las instituciones religiosas por “apatriotas” y responsables de la despoblación y miseria del campo, obligando a los jóvenes a emigrar. Se mete con los terratenientes “esa indecorosa ralea”, “que no distingue el trigo de la cebada ni acaso la cabra de la oveja y que a las veces ni conocen las tierras de que son dueños”. Y aduce que los diputados son de la misma casta. Sus discrepancias con el ministro de Instrucción Publica Francisco Bergamín García provocan la arbitrariedad de su destitución como rector. (Gaceta de Madrid de 30-VIII-1914). De ahí que sea conocida como “la bergaminada”. “Mi delito –escribió a José Mª de Sucre– el mantenerme becerro orejano, rehuyendo tierra o marca de ganadería política y velar porque el claustro universitario no se convirtiese en abyecto colegio electoral”.  Recibió numerosas adhesiones. Una de ellas la de José Tudela.
José María Martínez Laseca
(12 de julio de 2018)

miércoles, 11 de julio de 2018

El otro José María Palacio


Vi una esquela de José Mª Palacio (ABC 19-8-1993, p. 80). Pero no era la  del “buen amigo” de A. Machado, José Mª Palacio Girón, a quien le dedicó aquel bellísimo poema desde Baeza, pidiéndole llevara flores a la tumba de Leonor en El Espino, sino del hijo de este y Heliodora Acebes Maza, casados en la iglesia del Salvador de Soria el 21-10-1907. Tuvieron 6 vástagos. Dos fallecieron pronto: Carmen, con 2 días, el 17-9-1909 y Rosario, con 4 años y medio, el 3-4-1915. Sobrevivieron: Pilar, Antonieta, Ángeles y José Mª. A este, nacido en 1923, remitía la esquela: “Don José María Palacio Acebes, falleció en Santa Olalla (Toledo) el día 16 de agosto de 1993, a los sesenta y nueve años de edad. D. E. P. Su apenada esposa, Rocío; hijo José María, padre político Jesús, hermanos y demás familia, ruegan una oración por su alma”. ¿En qué destacó en vida? En la posguerra surgió “Arte Nuevo” (1945), dirigida por José Cordón, con Alfonso Paso, Alfonso Sastre, Carlos José Costas, el actor Enrique Cerro y Menardo Fraile. Y José  Mª Palacio, ya con su novela “La vida que no fue de Julio Algarabel”, “de alegría rota y gran personalidad”, se incorporó al grupo. Estos jóvenes pretendían la renovación total del teatro burgués del momento. Con el Benavente póstumo, el melodrama galaico-plorante de Torrado, las barbaridades del posastracán, los espectáculos seudofolklóricos, y las débiles supervivencias del teatro versificado (Marquina). Participó en el ciclo de conferencias “El teatro como preocupación universal” en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, del 16-N al 3-D de 1945.
            El 31-1-1946, en el Teatro Infanta Beatriz, actuó la “Compañía de Teatro Moderno”. En su programa, con 3 piezas de un solo acto, figuraba la farsa  “Armando y Julieta” de José Mª Palacio Acebes. En otra sesión del 21 de junio presentaría su obra “Tres variaciones sobre una frase de amor”. Aparece en el libro “Teatro de Vanguardia. 15 obras de Arte Nuevo” (Madrid, 1949) con: “Armando y Julieta y tres variaciones sobre una frase de amor”. Formado en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), participó mucho en el cine franquista desde 1955 como guionista, sobre todo con Pedro Lazaga. Como director solo realizó un film, en 1982, “Si las mujeres mandaran (o mandasen)”. La saga aún continúa con un tercer José Mª Palacio.
José María Martínez Laseca
(5 de julio de 2018)

domingo, 1 de julio de 2018

Sentido de La Saca

Las fiestas populares de la provincia de Soria han girado, en torno a los sectores característicos de su economía de subsistencia: la agricultura, la ganadería y la selvicultura. No es de extrañar, por ello, que en su suelo se manifieste el culto al toro, con toda una variada gama de juegos y rituales festivos. Sin duda, las hoy conocidas como “Fiestas de San Juan o de la Madre de Dios” de la capital suponen su máxima expresión; toda vez que el noble animal, aquí considerado como tótem, irá mojonando cuatro de los 5 días, del calendario sanjuanero propiamente dicho: Jueves La Saca, Viernes de Toros, Sábado Agés y Domingo de Calderas. Pues el 5º, Lunes las Bailas, su colofón ya sin toro, es una romería, o ritual de fecundidad, a la orillita del Duero. (El Miércoles del Pregón data de 1956). Así el ceremonial que se sigue constata la pasión y muerte redentora del dios hecho toro en un ritual gastronómico-sexual de fecundidad que garantice la permanencia de la especie soriana en el  devenir del tiempo. Lo justifica el “entrar en fiestas”, ya que ello permite a los vecinos que así lo hacen acceder a “la tajada” o parte alícuota del toro de su Cuadrilla, que posibilita la eucaristía o comunión en el cuerpo y la sangre (sustituida por el vino) del toro. Y ya se sabe: “Quien come de este cuerpo y bebe de esta sangre, cobrará vida eterna”.
        Lo antedicho explica que el Jueves La Saca cobre su pleno sentido dentro de la secuenciación del desarrollo festivo y no de forma aislada.  O sea, que La Saca separada del conjunto sería como ver tan solo un trozo de la película. Y discrepo, asimismo, de quienes consideran este día como el más emblemático o representativo, puesto que tal consideración, en justicia argumentativa, le corresponde al Viernes de toros, en tanto que ritual de sacrificio de los 12 toros de las 12 cuadrillas. Otra cosa es hablar de su vistosidad. Sin duda, el Jueves La Saca o traída de esos 12 toros desde los corrales de Cañada Honda hasta los chiqueros de la plaza de toros de Soria, cobra un encanto especial. Porque, los 12 toros bravos que llegan a la ciudad, cuestionan nuestra civilización urbanita, decadente y en crisis. La ciudad de Soria precisa de su purificación y de los valores otrora aprendidos de la ética del campo. De ahí la necesidad de reencuentro con la naturaleza. Del retorno masivo al monte de Valonsadero.
José María Martínez Laseca
(28 de junio de 2018)

Nines Isla


¿Te inspiras en Miró? Le pregunta de sopetón un espectador al acceder al salón Gerardo Diego del Casino Amistad-Numancia, donde Nines Isla (ilustradora, pintora y diseñadora) expone 14 obras en formato grande, más otras 2 pequeñas. Yo, que presencio la escena, no creo que eso sea así. Muy por el contrario, pienso que Nines Isla ha ido depurando su quehacer creativo hasta conseguir un estilo definido, una personalidad propia y presentarnos esta suerte de sincera y sentida poética de la feminidad, que es denominador común del conjunto. Sin duda, reivindicativa, en pro de la igualdad deseada entre hombres y mujeres, en esta sociedad, todavía patriarcal y machista. Desde su absoluta libertad de pensamiento y expresión.
Pero ella, en vez de contrariar al osado muchacho, le va explicando sus pictogramas con suma paciencia. Esta colección es toda de mujeres. Si ya la línea de la vida define nuestro destino, aquí, también, el trazo de la línea configura cada uno de los cuadros, para contarte una historia. Así, cada obra es una vida distinta. Es una sola línea, de trazado continuo, ininterrumpido, la que va perfilando las curvas del dibujo, como acompasadas por un ritmo de vals. Lo que se complementa con colores acrílicos, incluso con pequeñas cargas de arena para hacer las texturas. Siguiendo las agujas del reloj, vemos tres chicas que se abrazan; una mujer desnuda, con su melena suelta; la madre que comparte corazón con su hija; mujer tocando el arpa; otra mujer lectora; dos mujeres con pamelas; la niña que acaricia una cordera; mujer que cabalga; mujer nadando en el mar con peces; mujer con bikini en la playa; bailarina con su tutú; mujer tumbada; mujer en la jungla y estudiante con su profesora. Y es lástima, que muchos se perdieran el acto inaugural con una “performance” o representación escénica envolvente, de seis actrices, vestidas de negro con pelirrojas pelucas postizas, cual clones de la artista. No faltaba detalle. Las sillas dispuestas a modo de galería, un aperitivo y buena música seleccionada por un pinchadiscos. Lo por aquí nunca visto.
Que esto viene de lejos. De cuando Nines Isla estudió, en el Instituto Castilla y en la Escuela de Artes de Soria, bachillerato artístico. Después fue a Barcelona, para especializarse en la Escuela Universitaria Elisava de diseño. De ahí que su talento como artista global ahora resplandezca.
José María Martínez Laseca
(21 de junio de 2018)

domingo, 17 de junio de 2018

Va de perros

Es un lugar muy común habar del perro como el mejor amigo del hombre. Lo cual no implica necesariamente una reciprocidad equivalente por parte de este. Acaso porque el gato, que le seguiría de inmediato en esa afectividad, resulta un tanto huraño, como si todavía ofreciera alguna resistencia a su domesticación inicial. Ambas especies se encuentran por ello entre las más populares dentro de una larga lista –en la que no faltarían los bichos más  exóticos– a la hora de que las gentes elijan a sus mascotas. En muchos casos como animales de compañía que llenan ese vacío que provoca la carcoma de la soledad, en otros respondiendo a los deseos caprichosos de los inquilinos más pequeños de la casa.
Responda a una u otra causa, la verdad es que no es difícil percatarse de que ha ido aumentando el censo canino municipal. Y excluyo aquí a los perros de caza que exigen a su tenedor la licencia correspondiente y que se ubican en determinadas parcelas para su control. Me refiero a esas mascotas que inciden en el discurrir cotidiano. Puesto que  gustan sus amos de pasearlos por calles, plazas y parques para lucir su pedigrí. Y aquí es donde puede surgir un problema de falta de higiene y de deterioro de convivencia por el enfrentamiento entre vecinos. Ello es debido a que los perros, en tanto que animales irracionales, no controlan sus instintos y en su tránsito a cuatro patas, aprovechan para miccionar allí donde les pete ya sea esquina de edificio, puerta de casa o jardín de recreo, marcando así su territorio. Y lo que es peor, de cuando en cuando, haciendo su deposición fecal por las aceras, para desagrado de los peatones.
¿Qué se puede hacer? Desarrollar una campaña de concienciación cívica dirigida a los dueños  de los susodichos animales. Ya hace tiempo que en algunas ciudades se dispusieron pinzas con las que los implicados recogieran las heces de sus perros, las introdujeran en una bolsita y la depositaran en la basura. Y ello previo a la imposición de sanciones a los infractores. Bueno es también recordar que los perros deberán circular por la vía pública sujetos con correa y collar y provistos de bozal en caso de peligrosidad.
De este modo, la imagen que nuestra ciudad ofrezca tanto a los propios sorianos como a todos aquellos que nos visitan, sea un fiel reflejo del grado de civilidad y buenas costumbres de sus habitantes.
José María Martínez Laseca
(14 de junio de 2018)

martes, 12 de junio de 2018

Praderita


Siempre hay quien aprovecha la ocasión, ahora que se está celebrando la Feria del Libro en el parque del Retiro de Madrid, para recomendarnos algún sabroso título. Pongo por caso “¿Qué me estás cantando?”, el ensayo de Fidel Moreno que recorre la historia cantada del pasado siglo XX hasta 1976 y que reúne a tres generaciones en torno a la música. Con tonadas tan significativas como “La vaca lechera”, que nos trae el recuerdo del hambre de la posguerra; “Tatuaje” o “La Bien Pagá”, que nos remiten al represivo corsé del nacionalcatolicismo; “Ay, Carmela” o el “Cara al sol”, que guardan los sentimientos encontrados de las dos Españas enfrentadas durante la Guerra Civil. En cierta sintonía con lo antedicho se alza la figura de María Dolores Fernández Pradera, artísticamente conocida como María Dolores Pradera. Y reconocida como La gran Señora de la Canción, que acaba de fallecer días atrás. De belleza trigueña, a lo Lauren Bacall, trabajó como actriz de cine en los años 40 para poder comer. En 1945 se casó con Fernando Fernán Gómez, con quien tuvo dos hijos, pero, traicionada, se sintió como un pájaro herido y se separó de él. También fue actriz de teatro y actuó en obras de Lorca, Chejov, Shakespeare, etc. Pero, al final, se inclinó por la canción. “He hecho –decía– las cosas que yo pensaba que sabía hacer”. Para ella, las canciones eran como una obra de teatro, cortita en tiempo, que se pueden sentir y pueden expresar mucho.
       Así, se convirtió en toda una estilista del trovar, popularizando en nuestro país una parte importante del repertorio hispanoamericano, con éxitos de Chabuca Granda, Atahualpa Yupanqui, Cuco Sánchez o José Alfredo Jiménez. Preguntada una vez por un periodista por la situación en España, le respondió: “Yo viví la guerra en Madrid y luego la posguerra. Pero no recuerdo nada tan tremendo como lo de ahora. Y es por la cantidad de gente. Nunca había visto tanta sin rumbo ni trabajo”. El cantautor Carlos Cano la retrató “Praderita”: “Con esa delicadeza propia de una golondrina, / ahí viene la flor más fina, la rosa más perfumada. / Del jardín de la ilusión, donde la cultiva el alma, / entre cantos de habanera, huecas, milongas y sambas, / que tiene en el corazón una espinita clavada.” Nos ha dejado María Dolores Pradera con una niebla de tristeza en el alma, que solo encuentra remedio si escuchamos de nuevo sus canciones.
José María Martínez Laseca
(7 de junio de 2018)   


Mayo del 68

Puesto que sucedió en mayo de 1968 se nombra así a aquella revolución que tuvo su epicentro en París y cuyos efectos se dejaron notar en otras latitudes de Europa, e incluso al otro lado del Atlántico. Se cumplen, ahora, 50 años de lo que algunos filósofos etiquetaron como “el gran susto” al poder establecido. Cierto es que, pasada la década feliz de los 50, el 68 resultó un año muy convulso en el mundo occidental. Porque, tras la primavera de Praga, acallada por los tanques soviéticos, se produjeron los asesinatos de Martin Luther King y del senador Robert Kennedy, en un contexto de lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, junto a las manifestaciones en las universidades estadounidenses contra la guerra de Vietnam. En Alemania atentaron contra el líder carismático estudiantil Rudi Dutschke y en México las protestas de los estudiantes acabaron en la masacre de Tlatelolco. Sobre todos esos sucesos, el Mayo del 68 francés se ha implantado en la memoria colectiva. Acaso porque la actual revolución conservadora amenaza con llevarse por delante a todas las conquistas civilizatorias de nuestro tiempo.
Todo empezó el 22 de marzo, con incidentes estudiantiles en la Universidad de Nanterre, oponiéndose a la reforma universitaria del año anterior. El 3 de mayo los universitarios, se trasladaron desde esa barriada hasta la Sorbona, para protestar por el cierre de sus facultades. Los lideraban los Ocho de Nanterre, entre ellos el franco-alemán, Daniel Cohn-Bendit. Pero, la policía entró en ese recinto, tenido por un santuario del saber y el debate. Los enfrentamientos prendieron el 10 de mayo en el barrio latino, que se convirtió en el lugar de las reivindicaciones. Esta no era una revuelta más del proletariado, sino que la protagonizaron los estudiantes por primera vez. Tampoco primaban los motivos económicos, sino los culturales. Los obreros se sumaron más tarde. El 27 de mayo los sindicatos firmaron los acuerdos de Grenelle con el gobierno, que permitió aumentar el salario mínimo, otras mejoras laborales y más días de vacaciones. El 30 de mayo, el presidente De Gaulle disolvió la Asamblea General y convocó elecciones. Y ganó el pulso.
Pese a ello, Mayo del 68 esparció su semilla. Y simboliza el inconformismo, la insurgencia. La esperanza humana en un mundo mejor. No nos cambió el mundo, pero sí la vida. Y de ahí su añoranza.
José María Martínez Laseca
(31 de mayo de 2018)


martes, 29 de mayo de 2018

Leer a Leonor

“Queridísima mamá: / Después de cuanto Leonor te dice nada tengo que contaros. Yo estoy más tranquilo porque Leonor mejora. Pronto terminará el plazo de los veinte días de medicación y te enviaré detallada relación para el doctor Hausser quien supongo cambiará la medicación. / Escribiré a Manuel enviándole el cuentecillo. / Dadme cuenta de la marcha de todos y con mil abrazos para todos recibe tú mil besos de tu hijo. / Antonio”. Esta es la misiva, inédita hasta ahora, que forma parte del lote de 4.750 documentos de Manuel y Antonio Machado, recién adquiridos (16-5-2018) por la Fundación Unicaja a sus siete sobrinos herederos. Un primer lote de escritos de ambos hermanos ya lo había obtenido esta entidad en noviembre de 2003.
Démosle contexto. En 1911, cuando Leonor acompañaba a su esposo becado por la Junta de Ampliación de Estudios en París, el 14 de julio, fiesta nacional de Francia, sufrió una hemoptisis brutal, síntoma de la tuberculosis. Ingresada de urgencia en un sanatorio, permaneció allí 55 días, para regresar a Soria, el 16 de septiembre, en busca de un clima más favorable para sus pulmones. Ya aquí, fue atendida por el médico Mariano Iñiguez Ortiz. A mitad de abril de 1912 sale a la luz “Campos de Castilla”, elogiado por todos. En julio, Antonio contesta a otro mensaje de su madre: “Queridísima mamá: / Acabo de recibir tu carta por conducto de Don Vicente. Leonor se encuentra un poco repuesta de la última crisis. Yo he llegado a concebir esperanzas de que si se acentuara un poco su mejoría y cobrase alguna fuerza, pudiéramos ir a Madrid para que Hausser y algún especialista la tratase. Excuso decirte cuanto placer sería para mí tenerte aquí. (…)”.
En esta correspondencia con su madre Ana (preocupados por la salud de Leonor) encaja nuestra carta. Como se deduce, ya habían contactado con el doctor Hausse (en realidad Philip M. Hauser y Kobler (1883-1925) médico e investigador, amigo del abuelo Antonio Machado Núñez). Mas, la engañosa mejoría devino en la muerte de Leonor Izquierdo el 1 de agosto de 1912.
Frente al gran hallazgo de la obra teatral “La diosa razón” de los hermanos Machado, para nosotros cobra un especial interés desvelar el contenido sentimental de esa carta aludida. La que Leonor escribe a su suegra Ana Ruiz. Quedamos, pues, en expectativa de poder leer, por vez primera, a Leonor en su propia letra. 
José María Martínez Laseca 
(24 de mayo de 2018) 

Entre luces

Trae, Carmen Pérez Aznar, para exponerla en la plaza pública, la última cosecha de su obra plástica, elaborada con tesón en su Estudio. Concretamente, en el Centro Cultural Palacio de la Audiencia de Soria, a lo largo de este mes de mayo. Se ha hecho bastante de rogar, por deseada, quien aparece en la fotografía retrospectiva del catálogo como una joven inquieta. La que fuera integrante-fundadora del mítico Grupo SAAS, en aquella Galería de Antonio Ruiz, ante la especial comparecencia del crítico de arte Juan Antonio Gaya Nuño y su esposa la poeta Concha de Marco. Se la ve allí, escoltada por sus compañeros Marcos Molinero –autor del prólogo– y Ulises Blanco, a quien tanto apreciaba y al que rinde homenaje. Cuelga un total de 42 cuadros, con un mayor formato los de la parte superior de la sala. Pintados al óleo los más –junto a algunos acrílicos–, sobre tabla, lienzo y papel. Agrupados en diferentes colecciones por las temáticas tratadas. Con sus cuartos de atrás entre luces y sombras. Sus bodegones, acaso más expresionistas. Figuras de personas corrientes, misteriosas y anónimas, porque no dan la cara y las vemos de espaldas o de perfil, visitando el museo. Y paisajes variopintos.
Siente, Carmen Pérez Aznar, predilección por los tonos oscuros de su cromática paleta. Como el negro y los grises, que combina con el blanco, y que luego ilumina con gracia en sus cuadros, alejándolos así del frío tenebrismo. Se aprecia en todos ellos una especie de adivinación poética instintiva. Al modo del realismo mágico que nombrara Franz Roh para describir aquel tipo de pintura que mostraba una realidad alterada. Porque, Carmen Pérez Aznar es capaz, a través de su juego con la luz y las sombras, partiendo de la ubicación y época del año, según las estaciones, de dirigir la mirada del espectador, al igual que un gran director de cine, hacia aquellas zonas de la imagen que son realmente importantes, dentro de esa historia recóndita que nos quiere contar.
Obra de madurez, sin duda. De quien lleva ya mucho tiempo articulando el lenguaje de la pintura. Viviéndola con pasión. Tendiendo con su pincelada cada vez más suelta hacia la abstracción. Pero, por mucho que les cuente biografías, no les voy a transmitir yo las emociones que Carmen Pérez Aznar experimentó al pintar estos cuadros. Lo mejor es que se acerquen a mirarlos.
José María Martínez Laseca
(17 de mayo de 2018)

El cosmos de Bastida

Estos primeros días de mayo de 2018 –50 años después de aquella revuelta estudiantil y obrera de Mayo del 68 francés, que reclamaba un mundo diferente desde su conocido lema “ser realistas, pedid lo imposible”–, nos convoca la muestra pictórica, que realiza en la galería porticada del IES “Antonio Machado”, el amigo de muchos y compañero de tareas docentes Enrique Bastida. Desde la Asociación de Amigos del Machado que, pese a su reciente constitución, viene desarrollando una serie de actividades culturales abiertas a todos los públicos. Este es el caso de las exposiciones pictóricas, que inició el pasado año con la realizada por el buen amigo, inesperadamente fallecido, Fidel Llorente, pintada con la boca.
Por darle continuidad pensamos en Enrique Bastida. Y pudimos convencerle para que sacara los cuadros apilados en su estudio y los regalara a la mirada del curioso espectador. Y ahí los tienen ustedes, colgados de la pared, delante de sus ojos. Más de 50 obras realizadas estos dos últimos años, con diferentes tamaños y aplicando técnicas diversas. Así, se cuentan óleos, los más, aunque también hay acrílicos, acuarelas y lápices de colores. Conforma de este modo su particular universo. “Lo primero, señor, es tener un cosmos propio”, decía Eugenio D´Ors. Todo un mundo de impresiones personales. Si de extraer un denominador común al mismo se tratara, este no sería otro que su toque iconoclasta, ya que se posiciona frente a aquellas imágenes que se consideran sagradas en la historia de la pintura, como pudieran ser “El Guernica” de Picasso, “El papa Inocencio X” de Velázquez, “Viejas comiendo la sopa” de Goya, etc., junto a otros del pop art, para interpretarlos y conformarlos a su antojo.
Es, en consecuencia, esta manera de posicionarse frente al arte de la pintura, desde una filosofía lúdica, divirtiéndose en la manufactura de cada cuadro, lo que los lienzos rezuman por sus poros. Dada su afición por el cómic. No es ajena a ello su larga dedicación de viñetista, ejercida durante mucho tiempo en las páginas del “Diario de Soria”, con la firma de Quique. En nuestra Soria, la primavera tarda, como estamos comprobando especialmente en este año de prolongado invierno, pero es muy tierna y dulce cuando llega. Enrique Bastida nos la consagra aquí con esta explosión de formas y colores que alegran sus pinceles.
José María Martínez Laseca
(10 de mayo de 2018)

sábado, 5 de mayo de 2018

Entrentenimiento

Enseguida mi avezado lector me dirá que me he equivocado, que sobra una n. Que tenía que haber escrito entretenimiento, nombre, que según el diccionario de la RAE, respondería a las siguientes acepciones: 1. Acción y efecto de entretener o entretenerse, 2. Cosa que sirve para entretener o divertirse, 3. Mantenimiento o conservación de alguien o algo, y 4. Ayuda de costa, pensión o gratificación pecuniaria que se daba a alguien para su mantenimiento. Pero no se trata de ningún error, ya que yo lo he hecho a posta. Al modo y manera en que Luis Piedrahita, el cómico del espectáculo “Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas”, suele jugar creando nuevos vocablos que deben responder semánticamente a realidades nuevas o cuanto menos llamativas. Así pues, entrentenimiento, forzando un tanto su análisis morfológico, sería una palabra derivada, conformada de la siguiente manera: en-tren-te-ni-miento. El prefijo en-, que significa “dentro de” o “sobre”, el lexema -tren- o sea, “vehículo constituido por varios vagones arrastrados por una locomotora, que circula sobre raíles y se utiliza para transporte de personas o de mercancías”; los interfijos -te- e -in- (también llamados infijos) que nada significan y solo sirven de pegamento entre el lexema y el sufijo, que aquí es -miento, referido al concepto de “acción” o incluso a la idea de “consecuencia”, “efecto” o “resultado”. 
      Este análisis resulta sumamente interesante, máxime si nos preocupamos del por qué de las cosas. En nuestro caso relacionado con un tren tan entrañablemente nuestro como “El Torralbilla”, que cubre la línea Soria-Torralba, y que es nuestro cordón umbilical con Madrid en pleno siglo XXI. Porque, efectivamente: 1. Es un tren de viaje entretenido en la contemplación del paisaje que atraviesa, 2. Es divertido cual el “tren chispita” infantil y con suspense, por su incierta llegada; 3. El mantenimiento o conservación de su vía lleva una aceleración de ejecución similar a su velocidad de desplazamiento, y 4. En tanto en cuanto el servicio que presta fue declarado Obligación de Servicio Público, se encuentra pensionado por el Estado, que cubre los costes de su déficit de explotación. 
      Pero hay luz a la salida del túnel: el autobús que nos conectará con el AVE en Calatayud. 
José María Martínez Laseca
(3 de mayo de 2018)