domingo, 30 de septiembre de 2012

Joaquín Sorolla y Soria

Se cumplen 100 años de la presencia en Soria del prolífico pintor Joaquín Sorolla y Bastida (Valencia, 27-2-1863 - Cercedilla (Madrid), 10-8-923). Aquel artista tan solicitado por su evangelio de luz la soltura de pincel y suntuosidad de colorido. Octubre de 1912. En la cumbre de su fama. La primicia la daba Aurelio Rioja (de Pablo), desde las páginas de “Noticiero de Soria” (2-X-1912, p. 2) en estos términos: “Sorolla, el gran maestro, el pintor de la luz solar, de esos sencillos y rudos tipos que trabajan o descansan bajo la ardiente caricia del astro rey, estaba para llegar de un momento a otro”. Era el día 1, víspera de las fiestas de San Saturio. Vino de Madrid, en coche, con su discípulo José Benlliure, y se hospedó en el Hotel Comercio (Pza. Aguirre, 3).
El cronista Rioja -fotógrafo, que lo captó en varias instantáneas, una de ellas pintando en un gran lienzo, en el Mirón, a cinco “Tipos de Soria”- nos daba todas las claves. Se preguntaba por el motivo del viaje y se respondía: “¡Acaso lo detendrá este rinconcillo de Castilla, donde lloran y cantan su grandeza campos, ruinas y ásperas vestiduras!” “Sorolla -añadía- viene a por nuestros campesinos a pintar sus capas, sus dalmáticas, sus andarinas, nuestro terruño, a visitar nuestros claustros, nuestro Museo Numantino, nuestras añosas joyas que le interesan ya por referencia, antes de haberlas visitado”.
Hasta 1910, Sorolla pintó paisajes y escenas costumbristas por puro capricho. Luego recibió encargo de Archer Milton Huntington para decorar la Hispanic Society of America de Nueva York, lo que le trajo hasta aquí. La edición en ese mismo año de “Campos de Castilla” de A. Machado, que había puesto a Soria (su paisaje y su paisanaje) en el mapa cultural de España, tal vez le impulsara a venir. Intelectuales y artistas hacían de la reflexión sobre la identidad nacional uno de los principales motivos de creación. Así Sorolla, dominador de su oficio, se planteó dar una visión completa y le salió una visión folklórica. Sin embargo, frente a la España negra, que otros -como Zuloaga, Solana o Romero de Torres- pintaron, Joaquín Sorolla plasma unos cuadros soleados, repletos de matices lumínicos y franca alegría humana.
josé María Martínez Laseca
(27 de septiembre de 2012)

El río de la vida

Mientras los banqueros cuentan beneficios y los políticos sus votos; el Antonino, “el Mocha” y yo conversamos desde el pensamiento crítico, tan necesario, paseando por las márgenes del Duero, que asemeja en su fluir a nuestras vidas, cual poetizó Jorge Manrique. Ahora, casi seco, muestra las vergüenzas de su vientre. Clara metáfora de la crisis actual, causada por las corrupciones del sistema capitalista. Con la avaricia en su centro, como el carro del cuadro de El Bosco, al que muchos se acercan. La avaricia es el efecto de la codicia insaciable de unos pocos, para quedárselo todo, lo que supone siempre quitárselo al prójimo.
-Estoy esperando a que me detenga la policía -soltó, irónico, “el Mocha” de sopetón- para que me lea mis derechos. A ver si todavía me queda alguno.
-Es la avaricia de los mercados todopoderosos. El capitalismo se derrumba y quieren apuntalarlo recortando las conquistas sociales -añadí yo-. En áreas de protección al paro, servicios públicos y condiciones salariales y laborales de los empleados públicos. A más, la última reforma laboral y las medidas fiscales regresivas. Bajan impuestos a los ricos y se los suben a los pobres. Sin equidad no hay justicia. Tanta austeridad genera depresión económica y desmoralización, ya que el drama radica en que se ha roto la idea de progreso, de avanzar. Hay que reaccionar y protestar por dignidad cívica.
-Si que es cierto que se observa un cierto amodorramiento ciudadano -cerró el Antonino- causado por la anestesia televisiva y el pánico paralizante de que lo peor está por llegar. Si no se puede culpar a nadie del horror actual, estos políticos son el problema y no la solución, se piensa. De ahí la desconfianza en la política, el desafecto con las autonomías y el europesimismo. Algo habrá que hacer para la regeneración democrática. Y si queremos salir del agujero en que estamos será imprescindible emprender e invertir en inventar (I+D+i+e) ya que el verdadero patrimonio de un país se encuentra en el talento de sus gentes.
(Días estos, en que mañanas y tardes se igualan como en una segunda primavera. Erizos, lirones, rosas…, confundidos, quieren ser más. Berrean los ciervos). Réquiem por Carrillo.
josé María Martínez Laseca
(20 de septiembre de 2012)

lunes, 17 de septiembre de 2012

Volvemos en septiembre

Septiembre se resiste a abandonar el cálido verano. Volvemos a la rutina cotidiana. Yo paseo, solo, por la orilla de un Duero irreconocible, de tan capitidisminuido. Toda su cuenca queda en alerta por sequía, desde el embalse de la Cuerda del Pozo, hasta la frontera de Portugal, incumpliéndose el Convenio de Albufeira de 3.500 hectómetros cúbicos anuales. En tributo a Magín Blanco, suena en mis auriculares: “Gotas de lluvia bajan por los cristales, / todas redondas y todas iguales, / gotas de lluvia vuelven a caer / sobre los campos una y otra vez.” Se agradecen los algarazos refrescantes, aunque me obliguen a abrir mi paraguas camino de San Saturio. Saltan algunas truchas a mi paso. Un pescador con sus rateles intenta capturar los cangrejos señal. Brunas babosas tiñen la zahorra del camino encharcado. Hay árboles tumbados por el viento.
Emergen los recuerdos en torno al 11-S. En Chile (1973) con el golpe de estado contra Allende: “de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”. En Nueva York (2001), por el atentado terrorista contra sus Torres Gemelas. En Japón (2011) con el tsunami y el cataclismo radiactivo. Mucho tiene de negro este septiembre, así adjetivado por el secuestro y asesinato a 11 atletas de Israel en los Juegos Olímpicos de Munich, 1972.
Converso con el hombre que siempre va conmigo. Sobre las necesidades esenciales de la vida, sobre la economía del bien común: más colaboración y compartir más, frente al egoísmo individualista y la competitividad que nos han conducido a este desastre. Comienza el curso escolar y los heraldos negros vocearán su mensaje elitista de crear grupos de excelencia en los centros ¿Por qué no se desea este tipo de educación para todos? Siempre hubo clases. Las otras, las impartiremos menos profesores, con mayor carga lectiva, y más alumnos por aula. Muchos compañeros interinos se quedan tirados en la cuneta. Habla mudito Rajoy en TVE y demuestra no conocer la realidad que él mismo gobierna. Si sabe, no contesta. A mi paso, una ardilla exhibe su agilidad circense y se pierde entre las ramas más altas de un chopo.
José María Martínez Laseca
(13 de septiembre de 2012)

Emigración juvenil

Aquella mañana de finales de agosto, el abuelo Tomás abrazó con fuerza a Rebeca -su nieta mayor, veinticincoañera e ingeniera- y la colmó de besos, deseándole lo mejor. Se había acercado a su casa para despedirse de él y de la abuela Lucía, ya que esa tarde partía hacia Alemania, junto con otros compañeros de promoción. Demostró una gran entereza durante el encuentro, pero apenas ella abandonó la sala de estar y se quedó a solas con su esposa, no pudo, por más tiempo, reprimir sus lágrimas ya que saltaron la presa de contención e inundaron torrencialmente sus mejillas.
-Está maldita crisis económica se está cebando especialmente con nuestros jóvenes -le dijo Tomás sollozando a su mujer. La mitad se encuentran desempleados, muchos de ellos condenados a sobrevivir a costa de sus padres y eso pese a que se trata de la generación mejor preparada de nuestra historia. (Del subconsciente le emergieron aquellos tristes recuerdos de los años 60 del siglo pasado -todavía con el dictador Franco al mando, y previos al desarrollismo-, cuando España y Alemania firmaron el convenio que permitió emigrar a más de medio millón de españoles hasta 1973. Cómo iba a olvidarlo si su hermano mayor, Manuel, también fue en aquella remesa, a hacer precisamente el trabajo que los alemanes no querían para sí).
-¡No les queda otro remedio! -le respondió Lucía adivinándole el pensamiento. Tienen que partir en busca de unas oportunidades que aquí se les niegan. Además la cosa esa de la recesión parece que va para largo. Allá al menos podrán validar su formación y adquirir experiencia en lo suyo. Lo duro de esta crisis está obligando a que no solo salgan los extranjeros que llegaron aquí hasta 2007 con la bonanza económica y la burbuja inmobiliaria, sino que está expulsando a lo mejorcito de lo nuestro.
-¡Quién nos lo iba a decir -incidió el abuelo- que España que había pasado a ser un país de acogida iba a volver de nuevo a las andadas! Malos cimientos tenemos cuando todo se derrumba de este modo.
-Rajoy -sentenció la abuela- está dejando en la cuneta lo mejor que tiene: la juventud. Y el porvenir de España, de Castilla y León, y de Soria, de su juventud depende.
José María Martínez Laseca
(6 de septiembre de 2012)

domingo, 2 de septiembre de 2012

Fin de fiesta y siesta

Agosto cierra un verano de fuego, sed y sudor. De jolgorio a raudales por los pueblos (juventud, divino tesoro…). Con su traca final culmina un ciclo de nuestra historia inmediata, vivido por encima de nuestras posibilidades, según dicen los especuladores de la burbuja inmobiliaria, y nos veremos por ello arrojados del paraíso del Estado de Bienestar. Señales ha habido, acaso desapercibidas para incrédulos. Citaré tres recientes. Una de calado religioso: la muerte, el día 17, de Amparo Cuevas, la "vidente" a la que supuestamente, en 1981, se le apareció la Virgen en Prado Nuevo del Escorial, y que tuvo conocidos seguidores sorianos. Otra, mediática, que ha interesado a más de 160 países: el tuneado de una pintura mural del “Ecce Homo” del santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Borja, por la voluntariosa anciana y feligresa Cecilia Giménez. Que para sí la quisieran el Patronato de Turismo Provincial con su “Soria, ni te la imaginas” o la Concejalía capitalina con su Soria: “Pura Vida”, plagiado de Costa Rica, ya que no rompen la barrera del sonido. Y la tercera de alcance político: con el parlamentario y concejal del PP de Orense, Guillermo Collarte, declarando que con sus 5.100 euros mensuales las pasa canutas -Esperanza Aguirre tampoco llega con su sueldo a fin de mes- y que el papel de diputado lleva mucho de ser bien mandado, limitándose a levantar la mano. Ya Spengler escribió “La decadencia de Occidente”, que los libros clásicos se recomiendan sin haber sido leídos como decía Oscar Wilde.
Septiembre inicia el curso político. Pende sobre nuestras cabezas la espada de Damocles de un rescate para España y la indolencia de Rajoy nos hace temer lo peor. Galicia se suma a Euskadi y adelanta elecciones al 21 de octubre. Montoro sube el IVA, la Mato suprime la tarjeta sanitaria a emigrantes tras aplicarnos el copago, Wert nos regresa al futuro de “los niños con los niños y las niñas con las niñas” y nuestra señora de Fátima cuestiona los 400 euros del Plan Prepara a los parados, dándoles lecciones de esfuerzo y de moral. Siempre pagan justos por pecadores. A los parias nos queda la protesta: sin ella no hay democracia que valga.
José María Martínez Laseca
(30 de agosto de 2012)