martes, 29 de mayo de 2018

Leer a Leonor

“Queridísima mamá: / Después de cuanto Leonor te dice nada tengo que contaros. Yo estoy más tranquilo porque Leonor mejora. Pronto terminará el plazo de los veinte días de medicación y te enviaré detallada relación para el doctor Hausser quien supongo cambiará la medicación. / Escribiré a Manuel enviándole el cuentecillo. / Dadme cuenta de la marcha de todos y con mil abrazos para todos recibe tú mil besos de tu hijo. / Antonio”. Esta es la misiva, inédita hasta ahora, que forma parte del lote de 4.750 documentos de Manuel y Antonio Machado, recién adquiridos (16-5-2018) por la Fundación Unicaja a sus siete sobrinos herederos. Un primer lote de escritos de ambos hermanos ya lo había obtenido esta entidad en noviembre de 2003.
Démosle contexto. En 1911, cuando Leonor acompañaba a su esposo becado por la Junta de Ampliación de Estudios en París, el 14 de julio, fiesta nacional de Francia, sufrió una hemoptisis brutal, síntoma de la tuberculosis. Ingresada de urgencia en un sanatorio, permaneció allí 55 días, para regresar a Soria, el 16 de septiembre, en busca de un clima más favorable para sus pulmones. Ya aquí, fue atendida por el médico Mariano Iñiguez Ortiz. A mitad de abril de 1912 sale a la luz “Campos de Castilla”, elogiado por todos. En julio, Antonio contesta a otro mensaje de su madre: “Queridísima mamá: / Acabo de recibir tu carta por conducto de Don Vicente. Leonor se encuentra un poco repuesta de la última crisis. Yo he llegado a concebir esperanzas de que si se acentuara un poco su mejoría y cobrase alguna fuerza, pudiéramos ir a Madrid para que Hausser y algún especialista la tratase. Excuso decirte cuanto placer sería para mí tenerte aquí. (…)”.
En esta correspondencia con su madre Ana (preocupados por la salud de Leonor) encaja nuestra carta. Como se deduce, ya habían contactado con el doctor Hausse (en realidad Philip M. Hauser y Kobler (1883-1925) médico e investigador, amigo del abuelo Antonio Machado Núñez). Mas, la engañosa mejoría devino en la muerte de Leonor Izquierdo el 1 de agosto de 1912.
Frente al gran hallazgo de la obra teatral “La diosa razón” de los hermanos Machado, para nosotros cobra un especial interés desvelar el contenido sentimental de esa carta aludida. La que Leonor escribe a su suegra Ana Ruiz. Quedamos, pues, en expectativa de poder leer, por vez primera, a Leonor en su propia letra. 
José María Martínez Laseca 
(24 de mayo de 2018) 

Entre luces

Trae, Carmen Pérez Aznar, para exponerla en la plaza pública, la última cosecha de su obra plástica, elaborada con tesón en su Estudio. Concretamente, en el Centro Cultural Palacio de la Audiencia de Soria, a lo largo de este mes de mayo. Se ha hecho bastante de rogar, por deseada, quien aparece en la fotografía retrospectiva del catálogo como una joven inquieta. La que fuera integrante-fundadora del mítico Grupo SAAS, en aquella Galería de Antonio Ruiz, ante la especial comparecencia del crítico de arte Juan Antonio Gaya Nuño y su esposa la poeta Concha de Marco. Se la ve allí, escoltada por sus compañeros Marcos Molinero –autor del prólogo– y Ulises Blanco, a quien tanto apreciaba y al que rinde homenaje. Cuelga un total de 42 cuadros, con un mayor formato los de la parte superior de la sala. Pintados al óleo los más –junto a algunos acrílicos–, sobre tabla, lienzo y papel. Agrupados en diferentes colecciones por las temáticas tratadas. Con sus cuartos de atrás entre luces y sombras. Sus bodegones, acaso más expresionistas. Figuras de personas corrientes, misteriosas y anónimas, porque no dan la cara y las vemos de espaldas o de perfil, visitando el museo. Y paisajes variopintos.
Siente, Carmen Pérez Aznar, predilección por los tonos oscuros de su cromática paleta. Como el negro y los grises, que combina con el blanco, y que luego ilumina con gracia en sus cuadros, alejándolos así del frío tenebrismo. Se aprecia en todos ellos una especie de adivinación poética instintiva. Al modo del realismo mágico que nombrara Franz Roh para describir aquel tipo de pintura que mostraba una realidad alterada. Porque, Carmen Pérez Aznar es capaz, a través de su juego con la luz y las sombras, partiendo de la ubicación y época del año, según las estaciones, de dirigir la mirada del espectador, al igual que un gran director de cine, hacia aquellas zonas de la imagen que son realmente importantes, dentro de esa historia recóndita que nos quiere contar.
Obra de madurez, sin duda. De quien lleva ya mucho tiempo articulando el lenguaje de la pintura. Viviéndola con pasión. Tendiendo con su pincelada cada vez más suelta hacia la abstracción. Pero, por mucho que les cuente biografías, no les voy a transmitir yo las emociones que Carmen Pérez Aznar experimentó al pintar estos cuadros. Lo mejor es que se acerquen a mirarlos.
José María Martínez Laseca
(17 de mayo de 2018)

El cosmos de Bastida

Estos primeros días de mayo de 2018 –50 años después de aquella revuelta estudiantil y obrera de Mayo del 68 francés, que reclamaba un mundo diferente desde su conocido lema “ser realistas, pedid lo imposible”–, nos convoca la muestra pictórica, que realiza en la galería porticada del IES “Antonio Machado”, el amigo de muchos y compañero de tareas docentes Enrique Bastida. Desde la Asociación de Amigos del Machado que, pese a su reciente constitución, viene desarrollando una serie de actividades culturales abiertas a todos los públicos. Este es el caso de las exposiciones pictóricas, que inició el pasado año con la realizada por el buen amigo, inesperadamente fallecido, Fidel Llorente, pintada con la boca.
Por darle continuidad pensamos en Enrique Bastida. Y pudimos convencerle para que sacara los cuadros apilados en su estudio y los regalara a la mirada del curioso espectador. Y ahí los tienen ustedes, colgados de la pared, delante de sus ojos. Más de 50 obras realizadas estos dos últimos años, con diferentes tamaños y aplicando técnicas diversas. Así, se cuentan óleos, los más, aunque también hay acrílicos, acuarelas y lápices de colores. Conforma de este modo su particular universo. “Lo primero, señor, es tener un cosmos propio”, decía Eugenio D´Ors. Todo un mundo de impresiones personales. Si de extraer un denominador común al mismo se tratara, este no sería otro que su toque iconoclasta, ya que se posiciona frente a aquellas imágenes que se consideran sagradas en la historia de la pintura, como pudieran ser “El Guernica” de Picasso, “El papa Inocencio X” de Velázquez, “Viejas comiendo la sopa” de Goya, etc., junto a otros del pop art, para interpretarlos y conformarlos a su antojo.
Es, en consecuencia, esta manera de posicionarse frente al arte de la pintura, desde una filosofía lúdica, divirtiéndose en la manufactura de cada cuadro, lo que los lienzos rezuman por sus poros. Dada su afición por el cómic. No es ajena a ello su larga dedicación de viñetista, ejercida durante mucho tiempo en las páginas del “Diario de Soria”, con la firma de Quique. En nuestra Soria, la primavera tarda, como estamos comprobando especialmente en este año de prolongado invierno, pero es muy tierna y dulce cuando llega. Enrique Bastida nos la consagra aquí con esta explosión de formas y colores que alegran sus pinceles.
José María Martínez Laseca
(10 de mayo de 2018)

sábado, 5 de mayo de 2018

Entrentenimiento

Enseguida mi avezado lector me dirá que me he equivocado, que sobra una n. Que tenía que haber escrito entretenimiento, nombre, que según el diccionario de la RAE, respondería a las siguientes acepciones: 1. Acción y efecto de entretener o entretenerse, 2. Cosa que sirve para entretener o divertirse, 3. Mantenimiento o conservación de alguien o algo, y 4. Ayuda de costa, pensión o gratificación pecuniaria que se daba a alguien para su mantenimiento. Pero no se trata de ningún error, ya que yo lo he hecho a posta. Al modo y manera en que Luis Piedrahita, el cómico del espectáculo “Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas”, suele jugar creando nuevos vocablos que deben responder semánticamente a realidades nuevas o cuanto menos llamativas. Así pues, entrentenimiento, forzando un tanto su análisis morfológico, sería una palabra derivada, conformada de la siguiente manera: en-tren-te-ni-miento. El prefijo en-, que significa “dentro de” o “sobre”, el lexema -tren- o sea, “vehículo constituido por varios vagones arrastrados por una locomotora, que circula sobre raíles y se utiliza para transporte de personas o de mercancías”; los interfijos -te- e -in- (también llamados infijos) que nada significan y solo sirven de pegamento entre el lexema y el sufijo, que aquí es -miento, referido al concepto de “acción” o incluso a la idea de “consecuencia”, “efecto” o “resultado”. 
      Este análisis resulta sumamente interesante, máxime si nos preocupamos del por qué de las cosas. En nuestro caso relacionado con un tren tan entrañablemente nuestro como “El Torralbilla”, que cubre la línea Soria-Torralba, y que es nuestro cordón umbilical con Madrid en pleno siglo XXI. Porque, efectivamente: 1. Es un tren de viaje entretenido en la contemplación del paisaje que atraviesa, 2. Es divertido cual el “tren chispita” infantil y con suspense, por su incierta llegada; 3. El mantenimiento o conservación de su vía lleva una aceleración de ejecución similar a su velocidad de desplazamiento, y 4. En tanto en cuanto el servicio que presta fue declarado Obligación de Servicio Público, se encuentra pensionado por el Estado, que cubre los costes de su déficit de explotación. 
      Pero hay luz a la salida del túnel: el autobús que nos conectará con el AVE en Calatayud. 
José María Martínez Laseca
(3 de mayo de 2018)