martes, 1 de octubre de 2019

Mirarnos en el espejo


Con eso de los teléfonos móviles –que ya posee todo quisqui–, resulta de uso corriente su cámara fotográfica para hacerse un autorretrato o selfie. Acaso, más de un modo narcisista, que para analizar en detalle sus rasgos personales. Para este otro cometido aplicamos lo de mirarnos en el espejo. Y en tal sentido de ver reflejado nuestro auténtico rostro y nuestra peculiar manera de ser, cabe remitirse al meritorio trabajo, realizado por la Fundación BBVA, titulado: Estudio Europeo de Valores 2019. Se ha elaborado en estos cinco países: Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España. Y su objetivo consistió en evaluar las actitudes de su población adulta para identificar –dado que los europeos no somos todos iguales– lo que tenemos en común y aquello que nos diferencia.  
            Así, en lo concerniente a la ideología: los españoles somos más de izquierdas, en general, que los otros cuatro países y nos interesan mucho más las cuestiones internacionales, económicas, la ciencia, la medicina y la salud que la política, por la que se da una fuerte desafección social. Aquí, políticos, banqueros, curas y empresarios son, por este orden, los que menos confianza nos inspiran. De los políticos se dice que “van a lo suyo”. Tampoco los periodistas salen bien parados, ya que figuran a continuación de los subgrupos profesionales citados. Empero, preferimos los medios de comunicación convencionales (radio, prensa y televisión) frente a las redes sociales, a la hora de informarnos de forma veraz y objetiva. Máxime, en estos tiempos que corren de bulos y mentiras.   
            Respecto a la situación económica, nosotros somos más pesimistas (y se anuncian nubarrones). Únicamente el 20 % la ve bien, frente al 38 % de la media. Somos poco dados al asociacionismo y a la implicación en la esfera pública. No confiamos especialmente en los otros y participamos mucho más en huelgas y manifestaciones.  Pensamos que aún hay tiempo para revertir el desafío del cambio climático  y somos el país más solidario a la hora de acoger a emigrantes y refugiados si hay trabajo. Y creemos que es el Estado quien debe garantizar el bienestar de los ciudadanos, sobre todo en lo concerniente a la salud y las pensiones, aunque mostramos nuestras dudas de que controle los precios, los salarios y los beneficios de las empresas.
José María Martínez Laseca
(19 de septiembre de 2019)

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