Todos los días, en prensa, radio y televisión, por si todavía no te has enterado que entramos en recesión económica, a causa de esta crisis galopante, que iba a pagar muy caro el capitalismo causante -¿recordáis amigos?-, pero cuya elevada factura estamos apoquinando todos a toca teja -con altísimos intereses a los mercados usureros-, sobre todo los currantes -suben horarios y bajan salarios-, sableándonos en las nóminas. Otrosí los parados en luna creciente y los jóvenes, pero nunca los aprovechados y despilfarradores. Ítem más, se nos anuncia la subida del IVA y otros impuestos especiales, pese a que se nos prometió lo contrario. Enorme regresión en derechos sociales, dándole jaque mate a nuestro incipiente Estado del Bienestar. Los tijeretazos destrozan la educación pública y ponen precio a la salud, otrora universal y gratuita. Y todo se nos explica con eufemismos: no hay recortes, sino ajustes; no se concede una amnistía fiscal, sino una tributación de capitales ocultos; no hay mermas de plantillas, sino consolidación de puestos de trabajo. Ni copago, ni requetepago, ni doy la cara por lo que hago (Rajoy). Que son precisos esfuerzo y sacrificio como antídoto para salir de ésta. Y toda la culpa es de la IHSR (la insoportable herencia socialista recibida).
Cunde el pánico que nos paraliza y apenas sí reaccionamos levemente. Tal vez estamos esperando a que, como en el teatro clásico, aparezca un “deus ex machina” en escena y nos solucione nuestros males. ¿Acaso vendrá con el esperado triunfo del candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, ya que opina que Merkel no puede pensar por toda Europa? Las cosas podrían cambiar por contagio de la nueva revolución francesa que supone decir algo tan de sentido común como “que es necesario el crecimiento". Ello porque "incluso los expertos económicos y los mercados creen que sin medidas de estímulo no se podrán cumplir los compromisos sobre la deuda". Pero Rajoy, ra,ra,ra, se queda solo consigo mismo. Donde dije digo, digo Diego, “Yo voy a meterle la tijera a todo menos a la educación y a la sanidad”. Hemos ido aquí de “Spañistán” a la “Simiocracia” (Ver sendos vídeos en Google). El paro asciende a cotas insospechadas. Y nos sentirnos como conejos indefensos en una cacería mayor. ¿Para cuándo la ley de emprendedores? Economía sin ciudadanía, pura ideología es.
José María Martínez Laseca
(3 de mayo de 2012)
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