Érase un hombre a los libros apegado. Que tenía los libros por amigos y conversaba con ellos. Se llamaba José Antonio Pérez-Rioja. De ADN soriano, le nacieron en Granada en 1917. Con su amor a los libros consiguió lo quiso ser: bibliotecario y escritor.
De bibliotecario llegó aquí en 1946 y aquí permaneció fiel a su Soria, dirigiendo la biblioteca pública, hasta su jubilación en 1985. Si 20 años no es nada, 40 son toda una vida. Ya dijo Cervantes que un hombre no es más que otro si no hace más que otro. Y Pérez-Rioja no paró quieto como dinamizador cultural. Cofundó el Centro de Estudios Sorianos, con su revista Celtiberia. Impulsó el cine forum, la academia de idiomas, los encuentros de hispanistas y exposiciones y conferencias de conocidos artistas e intelectuales. Y permanentemente incentivó el acceso a la lectura.
Su gusto por las palabras lo convirtieron en un prolífico escritor. Un ingente número de libros y artículos publicados, de la más variada temática, lo corroboran. En 1985, coordinó la “Historia de Soria”. Obras suyas son la “Guía Literaria de Soria” y los “Apuntes para un diccionario biográfico de Soria” o “Sorianos en mi recuerdo”, donde hace recordatorio de paisanos. Pluma en ristre permaneció hasta la última página de su existencia, cerrada el 28 de febrero de 2011.
Yo entendí que era de bien nacidos estarle agradecidos. Y propuse al entonces Delegado, Carlos de la Casa, que el nombre del humanista José Antonio Pérez Rioja quedara grabado en la Biblioteca Pública de Soria. Para que su ejemplo y su memoria nos acompañen siempre a cuantos valoramos el sabor del saber o camino del conocimiento y el placer de la lectura.
Agradezco a la Junta de Castilla y León, a través de su actual Delegado en Soria Manuel López Represa, que captara la empatía de mi idea con el sentir de otros muchos sorianos. Gracias por hacerla hoy realidad.
José María Martínez Laseca
(Biblioteca Pública de Soria, 4 de mayo de 2012)
No hay comentarios :
Publicar un comentario