Se llamaba Elisa, joven, con carrera universitaria y un masters caro, que no le habían servido de nada para despejar su futuro. Vivía con sus padres, sus ingresos, de las pocas clases particulares que daba, eran nimios, ya que pagaban más por fregar portales. Imaginaba el desguace como metáfora de su vida. Empero, soñadora, entendía que luchar era sinónimo de vivir. Le alegró que al nicaragüense Ernesto Cardenal le dieran el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Era de sus favoritos, por ser poeta de la Teología de la Liberación, la de los pobres, acostumbrado a remar contracorriente. No olvidaba sus palabras: “También es delincuente quien a sabiendas miente, porque roba la verdad a las palabras”.
Idus de mayo. Pensó que la áspera realidad que vivía le estaba obligando a revisar el pasado. Siempre la misma historia. Zapatero había salido, sin honores, del Gobierno para que entrara Rajoy, el deseado, pronto convertido en indeseable. Valiente con los humildes y con los poderosos cobarde. No dio prioridad al saneamiento financiero, prefirió la reforma laboral y reducir el déficit público. Tijeretazos en sanidad, educación, pensiones, dependencia… Dime dónde recortas y te diré quien eres. Con la banca rota, por sobreexposición al ladrillo y a la politización, cae en picado el mismísimo Rato (BanKia), tan venerado como hacedor del milagro económico español. Pésima gestión, pero se van de rositas, con su millonaria indemnización. Sí, se inyecta dinero público, -el que no hay para garantizar los derechos sociales- pero éste tampoco fluye estimulando el crecimiento. Hacía dos años de aquel negro 10 de mayo de 2010, en que Zp supo que ya no pintaba nada, que en España mandaban los mercados y que él debía cumplir sus órdenes. El cielo del Estado de Bienestar se resquebrajó sobre nuestras cabezas.
En mayo de 2011 llegó el 15-M, una explosión multitudinaria por las plazas de España. Aún hoy, los políticos, que prosiguen con sus reproches mutuos, les piden soluciones. ¿Para qué cobran ellos? Se ha creado cierta conciencia crítica sobre la situación política y económica. Y los políticos sin aprender nada. A lo sumo, a entrar en las redes sociales (twitter, blogs…), tan charlatanes ellos. En tiempos difíciles el talento se demuestra con hechos. Sobre todo esto reflexionaba Elisa, camino de la Plaza Mayor de Soria para refrendar un año de indignación.
José María Martínez Laseca
(17 de mayo de 2012)
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