miércoles, 31 de octubre de 2018

De nuestros gigantes y cabezudos

Al ser costumbre arraigada en muchos países, me he interesado por saber algo más sobre gigantes y cabezudos. Se trata de arquetipos populares, figuras históricas o de relevancia local modeladas en cartón con engrudo, pintadas y ataviadas con ropajes. Hay quien vincula su origen con el Camino de Santiago y la Edad Media, siendo el reino de Navarra pionero y modelo con tres gigantes que representaban a un leñador, una aldeana y a un judío. Otros lo remiten al siglo XV, en que Alfonso V de Aragón los importó desde tierras italianas. Unos y otros formaban comparsa y salían en procesiones o pasacalles bailando los nobles gigantes por parejas (gigante y giganta) a los sones de bandas de música o charangas, mientras que los perversos cabezudos, armados con sus trallas de vejigas hinchadas, espantan a golpes a la canallesca, que les dificulta el paso.
       Yendo a lo nuestro, deduzco de El Avisador Numantino (1-10-1910, p. 2), donde se dice “Como copiamos de Zaragoza lo de los gigantes y cabezudos…”, que estos nos llegaron a la ciudad a inicios del siglo XX, para recorrer “las calles luciendo su elevada talla o su monstruosa cabeza”. El día 1 de octubre, a mediodía, comenzaban las fiestas de San Saturio con su salida, portados por funcionarios municipales, desde la puerta del Peso, acompasados bien por la Banda Provincial o por dulzaina y tamboril. Si 4 eran los gigantes que desfilaban en el Pilar de Zaragoza, en 1841, con 4 cabezudos; aquí ocurriría otro tanto en las fiestas de nuestro patrón. Eran un blanco, un chino, un negro y un piel roja, Representaban a cuatro continentes: Europa, África, Asia y América, dado que el delegado de Oceanía no figuraba. En 1912, el “mocillo americano” sufrió una caída y no pudo salir. En 1935, con la Segunda República (El Avisador Numantino, 18-10, p. 3), se anunciaba que “este año saldrán nuevos gigantes y cabezudos” ya que el Ayuntamiento “ha adquirido una nueva colección”. Y pedía a los jóvenes que no les lanzaran piedras y castañas. Otros que se incorporaron fueron don Quijote y su Dulcinea o los cuatro reyes de la baraja. Entre los cabezudos: el diablo, el lobo, el cerdito, el payaso y el negrito. Este mismo año 2018 el Ayuntamiento ha actualizado la comparsa con nuevos personajes. Con saltones ojos de insecto. 
       Pese a todo, gigantes y cabezudos siempre constituyen el festejo oficial de los chicos. 
José María Martínez Laseca
(25 de octubre de 2018)

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