El
paso del tiempo es circular. Así, año significa anillo, cual serpiente que se
muerde la cola, simbolizando el mito del eterno retorno. Se nos ha ido el dionisiaco verano, de sol
radiante y culto al cuerpo, y viene el otoño, de mayor recogimiento interior y,
por ende, más proclive a la meditación. Es la nueva estación, que da en teñir
el paisaje que contemplan nuestros ojos con su paleta de llamativos colores. De
un oro amarillo, como se advierte en las hojas caducas de los árboles, del ocre
terroso por las geometrías que dibujan los extensos labrantíos y de un rojo vivo
en el puntillismo de las bayas de algunas frutas del bosque: fresas, moras,
frambuesas, endrinas, grosellas y majuelos. El otoño nos trae también sus aromas
y sabrosos sabores gastronómicos. Con un amplio surtido de hongos y de setas,
integrantes del reino Fungi, que animan los rituales gastronómicos por bares y
restaurantes. Y es tiempo de vendimiar los racimos de uvas de los viñedos para obtener el vino generoso que regará las
bocas.
Llega la época de berrea. Cuando los
ciervos y los corzos braman, reclamando a las hembras en periodo de celo y
disputándoselas entre los machos pretendientes. Y cuando las aves migratorias
parten hacia las zonas más templadas donde pasar el invierno. El cambio
climático ha difuminado las lindes de las cuatro estaciones. De ello traen
causa muchas migraciones o huida de personas que se desplazan hacia el norte.
Precisamente, Naciones Unidas ha
celebrado en Nueva York la cumbre del clima, donde cerca de 70 países se han
comprometido a recortar sus emisiones. Aunque deberían pasar sus pactos a
leyes. Si bien, algunos de los más importantes, como Estados Unidos, China e
India, se llaman a andana. Por eso, la sueca Greta Thunberg, junto con otros
activistas juveniles, les echa en cara tanta irresponsabilidad y dejación.
Otoño, calentito, con las nuevas
Elecciones Generales del 10-N. No se sabe qué impacto electoral –de convertir
los votos en escaños en las 52 circunscripciones– tendrá la irrupción de nuevos
actores o coaliciones. ¿Quién se los va a quitar a quién? El fracaso de un
acuerdo PSOE-Podemos ha generado cierta desilusión. Y el PP tan afectado por la
corrupción (a la que tilda eufemísticamente de falta de ejemplaridad pública)
pretende sumar con Cs y Vox. Hay quien dice, con razón, que el otoño es un estado de ánimo. Un tiempo
de emociones.
José
María Martínez Laseca
(26
de septiembre de 2019)
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