Con
eso de los teléfonos móviles –que ya posee todo quisqui–, resulta de uso corriente
su cámara fotográfica para hacerse un autorretrato o selfie. Acaso, más de un
modo narcisista, que para analizar en detalle sus rasgos personales. Para este
otro cometido aplicamos lo de mirarnos en el espejo. Y en tal sentido de ver
reflejado nuestro auténtico rostro y nuestra peculiar manera de ser, cabe
remitirse al meritorio trabajo, realizado por la Fundación BBVA, titulado: Estudio
Europeo de Valores 2019. Se ha elaborado en estos cinco países: Alemania, Reino
Unido, Francia, Italia y España. Y su objetivo consistió en evaluar las
actitudes de su población adulta para identificar –dado que los europeos no
somos todos iguales– lo que tenemos en común y aquello que nos diferencia.
Así, en lo concerniente a la
ideología: los españoles somos más de izquierdas, en general, que los otros
cuatro países y nos interesan mucho más las cuestiones internacionales,
económicas, la ciencia, la medicina y la salud que la política, por la que se
da una fuerte desafección social. Aquí, políticos, banqueros, curas y
empresarios son, por este orden, los que menos confianza nos inspiran. De los
políticos se dice que “van a lo suyo”. Tampoco los periodistas salen bien
parados, ya que figuran a continuación de los subgrupos profesionales citados.
Empero, preferimos los medios de comunicación convencionales (radio, prensa y
televisión) frente a las redes sociales, a la hora de informarnos de forma
veraz y objetiva. Máxime, en estos tiempos que corren de bulos y mentiras.
Respecto a la situación económica,
nosotros somos más pesimistas (y se anuncian nubarrones). Únicamente el 20 % la
ve bien, frente al 38 % de la media. Somos poco dados al asociacionismo y a la
implicación en la esfera pública. No confiamos especialmente en los otros y
participamos mucho más en huelgas y manifestaciones. Pensamos que aún hay tiempo para revertir el desafío
del cambio climático y somos el país más
solidario a la hora de acoger a emigrantes y refugiados si hay trabajo. Y
creemos que es el Estado quien debe garantizar el bienestar de los ciudadanos,
sobre todo en lo concerniente a la salud y las pensiones, aunque mostramos
nuestras dudas de que controle los precios, los salarios y los beneficios de
las empresas.
José
María Martínez Laseca
(19
de septiembre de 2019)
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