La presentación de un libro debiera suponer un acontecimiento digno de celebración social, como el nacimiento de un niño, pues es algo que no ocurre todos los días, máxime por estos lares, toda vez que su alumbramiento en este caso requiere de un periodo de tiempo de gestación superior incluso al de de una criatura humana. Más gozoso, si cabe, por tratarse de una obra creativa que toca interesantes asuntos referidos tanto a nuestra historia inmediata cuanto a hechos alusivos a nuestra tierra de Soria. El título: “El sueño del spahi”. Su autor: Antonio Ruiz Vega (ARV), soriano, bien que nacido en Ibiza (1955), sobradamente conocido en estas lides literarias, tanto de índole editorial como periodística, investigadora y creativa.
Diré que ARV me parece todo un mentiroso. Y me explico. Como advertía Vladimir Nabokov en su “Curso de Literatura Europea”: “La literatura no nació el día en que un chico llegó corriendo, del valle neandertal gritando “el lobo, el lobo”, con un enorme lobo gris pisándole los talones: la literatura nació el día en que un chico llegó gritando “el lobo, el lobo”, sin que le persiguiera ningún lobo. (…).
Todo gran escritor es un gran embaucador como lo es la architramposa naturaleza. La naturaleza siempre nos engaña. Desde el engaño sencillo de la propagación de la luz a la ilusión prodigiosa y compleja de los colores y protectores de las mariposas o de los pájaros, hay en la naturaleza todo un sistema maravilloso de engaños y sortilegios. El autor literario no hace más que seguir el ejemplo de la naturaleza”.
En este caso, pienso que ARV le ha cogido gusto a esto de practicar el arte de mentir, mediante el molde literario de la narración, contándonos sus inventadas historias, en lo que Mario Vargas Llosa definió como “La verdad de las mentiras”. Porque, esta es ya la tercera de sus novelas publicadas, si bien cuenta con otras dos más inéditas.
Pero vayamos a hablar de su libro. De la invención de un mundo distinto, una realidad paralela cuya génesis es la fantasía y los deseos. En concreto, de “El sueño del spahi”, subtitulado “Un soriano en la guerra civil”. Se trata de una novela de corte histórico (Episodios Nacionales) ya que aporta una visión libertaria de la revolución y de la Guerra Civil Española, por antonomasia, la de 1936, a la que incorpora aspectos de temática Soriana. Frente a las muchas publicaciones realizadas hasta la fecha, tanto desde el lado franquista como del republicano, asistimos aquí a una original visión libertaria de la contienda
Para su análisis, me fijaré en los siete aspectos que concurren en toda novela. En primer lugar: la historia, que debe tener un único mérito: conseguir que el público lector quiera saber lo que ocurre después. Aquí, así sucede ya que se trata de un viaje en el tiempo donde se sitúa la peripecia política, militar y social del héroe o protagonista; las adversidades y fortunas, de ese spahi (o soldado indígena) soriano, que irá evolucionando, mostrándose y transformándose, a lo largo de todo el texto.
En segundo lugar: la gente. Esos personajes a los que les ocurren una serie de cosas creadas por el autor. Aquí, contamos con un personaje central que es precisamente Anselmo Pedroviejo (con apellido de raigambre soriana) al que, recién terminada su carrera de arquitectura, le sorprende el inicio de la Guerra Civil en la ciudad de Barcelona. Se tratará de un perdedor. Del mismo que se disfraza de saphi (p. 62). En Barcelona está su novia Marta Novell a quien considera una verdadera miliciana del amor. Y el padre de esta, el viudo Estevé, empresario catalán más relativista y cínico, que será su protector. También son de resaltar sus amigos de las tierras altas de Soria: Lucinda y Mauricio, junto a su medieval antepasado Maese Lucio, vinculado a instantes de delirio.
A estos personajes imaginarios, se añaden una serie de figuras históricas de aquel tiempo, que la dotan de mayor verosimilitud, como son muchos de los miembros del Gobierno de la Segunda República (Azaña, Largo Caballero…, o de la Generalitat de Cataluña (Lluis Companys, Josep Tarradellas, etc.) y, entre los que destacan los conocidos anarquistas como Juan García Oliver y Buenaventura Durruti. Sin que tampoco falte el torturador de la checa Laurencic o el oportuno comandante Soriano.
Pero es, sin duda, Anselmo Pedroviejo, que afronta las circunstancias en coherencia con su pensamiento anarquista, quien lleva todo el peso doctrinario y es el gran aglutinador, ya que toda la historia gravita en torno a él, que funciona a modo de personaje-sarta de los diferentes episodios.
En tercer lugar: el argumento, referido a elementos de causalidad, al por qué ocurren a nuestro personaje los hechos presentados en el total de 17 apartados o capítulos con un cierto desorden. Aunque el hilo conductor del desarrollo de la guerra civil nunca se pierde o rompe la serie de acontecimientos y decisiones que la desencadenaron. Una trama compleja que ARV desentraña mezclando la narración y el análisis en una estructura bastante original, donde da voz a los principales actores, tratando de diferenciar entre los supuestos factores objetivos y aquellos que se percibían desde los diferentes escenarios nacionales en los que actuaban.
José María Martínez Laseca
(2 de enero de 2015)
No hay comentarios :
Publicar un comentario