miércoles, 31 de diciembre de 2014

Pedro Marrón

Ayer, hoy y siempre hubo gentes que lucharon por la libertad. Es el caso del socialista Pedro Marrón San Pedro. Vengo a recordarlo porque se cumple el centenario de su nacimiento. Cuando murió, el 27 de diciembre de 1997, yo le dediqué un sentido poema elogiando su labor de apostolado ideológico solidario frente al sometimiento a la fuerza egoísta del gran capital. Pedro Marrón había nacido el 29 de abril de 1914. El mismo año en que el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando (28-6-1914), heredero del imperio austrohúngaro, propicia la crisis que condujo al estallido de la primera guerra mundial (1914-1918), un conflicto de trinchera, sangre y picaresca, que cambió el mundo y ante el que España se mantuvo neutral.
Era Pedro Marrón el mayor de seis hermanos de la familia formada por el matrimonio de Francisco y Guillermina. Siguiendo el ejemplo de su padre, cumplidos los 18 años, se afilió a las Juventudes Socialistas del PSOE y, dada su profesión de maestro, también a la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT. Su compromiso político le ocasionó problemas durante el bienio negro de gobierno de la derecha. Pero lo peor estaba por llegar con el golpe de los facciosos el 18 de julio, tras haber ganado las elecciones de 1936 el Frente Popular. Pedro Marrón fue detenido y preso en el cuartel de Santa Clara, yendo después a las cárceles de Soria y El Burgo de Osma. Incorporado al ejército franquista, pudo escaparse al frente republicano, donde acabó la guerra con el grado de teniente de zapadores.
Vencido, fue represaliado y condenado a 20 años de reclusión en campos de trabajo de Soria y Zaragoza, saliendo en libertad vigilada el 27 de julio de 1943. Hasta 1957 no recuperó sus derechos. Su academia particular sirvió de referente durante la clandestinidad. Él hizo de puente entre el PSOE republicano de Clemente Hernando y el hoy socialismo democrático, al liderar su refundación en Soria el 9 de junio de 1976. Ahora, que corren tiempos de impostura y falta de ideales como la lucha por la equidad y la justicia, contra la opresión y la sumisión, y de incertidumbre para la izquierda, dado que prevalece el todo por la pasta; debo decirte, Pedro Marrón, que se me agiganta tu figura.
José María Martínez Laseca
(28 diciembre 2014)       

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