Sí,
yo soy uno de los “abajofirmantes” del manifiesto “¡Ahora salario digno y
empleo con derechos” de los sindicatos UGT y CCOO en Castilla y León. Y lo he
hecho en plan reivindicativo. Ya decía Elías Canetti que quien se queja expresa
de forma indirecta que merece más o mejores cosas. Sobran motivos y razones. Con la inaugurarse por el Gobierno de
la Nación del Portal
de Transparencia, salieron a relucir los sueldos de los altos cargos públicos
y, al parecer, para algunos el mayor problema consistía en que el Presidente
Rajoy, aún disponiendo de un buen sueldo, cobrara menos que algunos de los que
allí figuraban y a los que, en más de un caso, su cara no era siquiera
conocida. Y digo esto último porque cuando algún político, al ser reconocido,
recibe en carne propia insultos o vilipendios se acostumbra a decirle: ¡eso va incluido
en tu sueldo! Son sueldos públicos austeros, sentenció Jesús Posada, Presidente
del Congreso de los Diputados.
Montoro, Ministro de Hacienda, había dicho en el Parlamento:
los sueldos no han bajado en España, sino subido moderadamente. También en
términos despectivos se pronunció la patronal alegando que: ningún parado
tendría que cobrar ninguna percepción si había rechazado una oferta de trabajo,
aunque fuera en Laponia. “Que todos deberemos trabajar más y cobrar menos”,
profetizó Díaz Ferrán. Lo cierto es que el 34% de los trabajadores españoles
-5,7 millones- cobran menos de 645,30 € mensuales, con lo que la degradación
del mercado laboral ha abierto el abanico de la desigualdad entre salarios
altos y bajos. Es, pues, imprescindible el acuerdo, porque la situación resulta
insostenible. Para subir el SMI e implantar un Salario Social Básico.
Nos vamos a cargar al narrador –escuché en una obra
de teatro–, al mismo prenda que nos dijo que trabajando y ahorrando durante el
invierno podríamos disfrutar del verano. ¡Esa sí que es buena! Porque un puesto
de trabajo no garantiza el salir del umbral de la pobreza. Este es el grave
problema. Hay que subir, en consecuencia, los salarios, tanto a trabajadores
como en los nuevos contratos. Así que si pedimos salarios más dignos es para
que la gente pueda vivir, que no solo es comer.
José María Martínez Laseca
(23 de diciembre de 2014)
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