miércoles, 24 de diciembre de 2014

Salario digno

Sí, yo soy uno de los “abajofirmantes” del manifiesto “¡Ahora salario digno y empleo con derechos” de los sindicatos UGT y CCOO en Castilla y León. Y lo he hecho en plan reivindicativo. Ya decía Elías Canetti que quien se queja expresa de forma indirecta que merece más o mejores cosas. Sobran motivos y  razones. Con la inaugurarse por el Gobierno de la Nación del Portal de Transparencia, salieron a relucir los sueldos de los altos cargos públicos y, al parecer, para algunos el mayor problema consistía en que el Presidente Rajoy, aún disponiendo de un buen sueldo, cobrara menos que algunos de los que allí figuraban y a los que, en más de un caso, su cara no era siquiera conocida. Y digo esto último porque cuando algún político, al ser reconocido, recibe en carne propia insultos o vilipendios se acostumbra a decirle: ¡eso va incluido en tu sueldo! Son sueldos públicos austeros, sentenció Jesús Posada, Presidente del Congreso de los Diputados.
Montoro, Ministro de Hacienda, había dicho en el Parlamento: los sueldos no han bajado en España, sino subido moderadamente. También en términos despectivos se pronunció la patronal alegando que: ningún parado tendría que cobrar ninguna percepción si había rechazado una oferta de trabajo, aunque fuera en Laponia. “Que todos deberemos trabajar más y cobrar menos”, profetizó Díaz Ferrán. Lo cierto es que el 34% de los trabajadores españoles -5,7 millones- cobran menos de 645,30 € mensuales, con lo que la degradación del mercado laboral ha abierto el abanico de la desigualdad entre salarios altos y bajos. Es, pues, imprescindible el acuerdo, porque la situación resulta insostenible. Para subir el SMI e implantar un Salario Social Básico.
Nos vamos a cargar al narrador –escuché en una obra de teatro–, al mismo prenda que nos dijo que trabajando y ahorrando durante el invierno podríamos disfrutar del verano. ¡Esa sí que es buena! Porque un puesto de trabajo no garantiza el salir del umbral de la pobreza. Este es el grave problema. Hay que subir, en consecuencia, los salarios, tanto a trabajadores como en los nuevos contratos. Así que si pedimos salarios más dignos es para que la gente pueda vivir, que no solo es comer.
José María Martínez Laseca
(23 de diciembre de 2014)



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