Dentro de la nueva realidad, marcada por los rebrotes o multiplicación de contagios de coronavirus en distintos lugares de España -con especial incidencia en Aragón, Navarra y Cataluña-, hubo sesión de control al Ejecutivo, este miércoles 22 de julio, en el Congreso de los Diputados. Y, al igual que pasaba en el hemiciclo durante la vieja normalidad, la primera confrontación dialéctica se produjo entre Pedro Sánchez y Pablo Casado. Solo que, en esta ocasión, acontecía, precisamente, tras el acuerdo europeo en la madrugada del pasado martes, después de cinco días de discusiones. El Presidente del Gobierno, afirmó que se había alcanzado un pacto “histórico” en Europa y recriminó al líder del PP que su aportación a ese “logro colectivo” fuese “inexistente”, puesto que en ningún momento había “arrimado el hombro”. Sin embargo, Casado le dijo que “España no está para estas ceremonias de autobombo” y quiso rebajar su euforia, alegando que se trataba de una “enmienda” a la política del Gobierno de coalición. Casi igual a lo producido en el parlamento italiano donde el Presidente del Consejo de Ministros Giuseppe Conte fue recibido entre aplausos por los grupos con una visión de Estado.
Pero no se queda ahí la cosa, ya que durante el duro proceso de negociación en la cumbre de Bruselas sobre el Fondo de Reconstrucción para la recuperación del Covid, cuando parecía que la situación la pintaban calva para nuestro país (alineado con los otros del sur), dada la frontal oposición al compromiso planteada por los denominados países frugales, encabezados por el primer ministro de Holanda Mark Rutte, apodado “la roca”, Pablo Casado reclamaba a PSOE y Podemos que dejaran de reprender a estos y criticaba al Gobierno por su “mala gestión”. Y aún añadía: el PP quiere “reformas, responsabilidad, solvencia y estabilidad” ante la “grave recesión” que se avecina. Aún fue más allá, puesto que cuando la conclusión resultó exitosa y satisfactoria para todos, Casado sentenció que ello había sido posible gracias al Grupo Popular Europeo.
A uno le viene al recuerdo aquel año de 1992 en que Felipe González se esforzaba intentando conseguir más fondos de Bruselas para España, y apareció el entonces líder de la oposición, José María Aznar (y hoy preceptor de Casado) con declaraciones públicas acusando al Presidente González de mantener actitudes mendicantes y asistir a las reuniones en Europa como un pedigüeño. ¿Puede alguien entender que se intente boicotear de esa manera al Presidente del Gobierno de tu país cuando este trata de conseguir un mejor reparto de las ayudas? Tampoco cabe olvidarse, en este mismo contexto de mala oposición política desarrollada por el PP, lo dicho por Cristobal Montoro en mayo de 2010 cuando gobernaba Rodríguez Zapatero: “Que caiga España que ya la levantaremos nosotros”. Parece que al PP, que siempre “exige duros controles a España por ayudas de la Unión Europea”, le gustasen demasiado “los hombres de negro”.
Es indudable que el actual Gobierno de España sale más reforzado después de este acuerdo entre los 27 países que conforman la Unión Europea. Las cosas han concluido bastante bien, ya que España recibirá 140.000 millones de euros y eso favorecerá, sin duda, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, que el Gobierno quiere presentar en Septiembre. E, incluso, abre la posibilidad de alargar la legislatura. Claro está que aprobar dichas cuentas públicas no va a resultar tan fácil, dada la debilidad que tiene el Gobierno para sumar esa mayoría necesaria. Una dificultad que se ha hecho evidente en la aprobación por el Congreso de los Diputados de dos de los cuatro textos presentados por la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. En concreto, las conclusiones de Sanidad y de Unión Europea, rechazando la de Políticas Sociales y quedando pendiente de nueva votación la de Políticas Económicas. Por lo que tendrá, también, que negociar muy duro.
En consecuencia, ahora de lo que se trata es de discutir y hablar largo y tendido con los diferentes Grupos para conseguir esos apoyos parlamentarios que los hagan viables. Juega a favor del Gobierno en dicha negociación el que los ciudadanos españoles no entenderían que una vez conseguida esa gran victoria en Europa, la mezquindad política o el tensar demasiado de la cuerda por parte de algunos partidos políticos para obtener réditos desmedidos, impidieran llevar a cabo esas políticas posibles e ilusionantes con ese dinero que nos va a llegar.
Para ello se requiere menos fanfarronear de patriotismo y estar más a la altura de las circunstancias. Con una mayor altura de miras. Veremos, pues, como se retrata cada cual.
José María Martínez Laseca
(23 de julio de 2020)
No hay comentarios :
Publicar un comentario