miércoles, 29 de enero de 2020

Galdós y Soria


Entramos expectantes en el nuevo año 2020. Queda atrás el viejo de 2019 con sus incertidumbres. La vida se vive hacia adelante, pero se comprende hacia atrás. Conviene reflexionar sobre el pasado y tener proyectos de futuro. Porque, mantener el entusiasmo por vivir, las ganas por descubrir nuevas cosas y el deseo de aprender  supone beber en la fuente de la eterna juventud. Somos miembros, por ende, de una colectividad y tenemos una historia en común. Empero, es la pasión por la literatura lo que nos hace tan humanos, dada su capacidad de sanar y de hacernos soñar. Frente a urgencias de satisfacción inmediata con el mínimo esfuerzo, las grandes desigualdades, el trabajo indecente y el pernicioso vicio de algunos por permanecer en el poder.
            Este que estrenamos es el año Galdós. En su recordatorio. Va a hacer 100 años de aquella madrugada del 4 de enero de 1920, en que Benito Pérez Galdós (Las Palmas, 1843-Madrid, 1920) moría en su casa de la calle de Hilarión Eslava. Tenía 76 años y estaba casi ciego. Escritor realista, de producción prolífica y variada. Con sus 46 Episodios nacionales; novelas de tesis como “Doña Perfecta”; contemporáneas como “Fortunata y Jacinta” o “Miau” y espiritualistas, cual “Misericordia”. Y sobresaliente en los campos del arte dramático y del periodismo. Equiparable a los grandes narradores europeos del XIX. Nominado al Nobel varias veces. No lo ganó por envidias. Somos así. “El garbancero”, lo apodó Valle-Inclán.
            En 1909 –cuando Machado se casa con Leonor y Schulten excavaba en Numancia, Galdós publicó una curiosa novela: “El Caballero encantado”. Va de Don Carlos de Tarsis y Suárez de Almondar, marqués de Mudarra y conde de Zorita de los Canes, terrateniente y oligarca, que mantiene su tren de vida golfa gracias a la explotación de los campesinos. La Madre (Clío, España), lo transforma, en jornalero miserable, y le hace peregrinar por Castilla la Vieja, en busca de su propia purificación y de su enamorada, la maestra Cintia. Desencantado y regenerado, Carlos-Gil, junto a su amante, luchará por desencantar y regenerar al país entero. Ocurre por la provincia de Soria. En ella se dice: “Ya no hay mozas en el pueblo, que se han ido a Soria y al Burgo, a ser criadas o pior cosa” o nuestra agricultura “es y será siempre servidumbre”.  Trabajo y cultura redentores. Trabajo para realizarnos como personas. Cultura para ser. ¡Leamos a Galdós!
José María Martínez Laseca
(2 de enero de 2020)

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