Reclamó
mi atención en cuanto llegó a mis oídos, acaso por las ondas de la radio, la
noticia. Prostitución es la actividad u ocupación de la persona que tiene
relaciones sexuales a cambio de dinero. Mujeres y hombres. Gaya Nuño hablaba en
“El Santero de San Saturio” (1953) de “las de allá arriba”, por encontrarse
entonces los prostíbulos ubicados en la calle Marmullete, parte alta de la
ciudad de Soria. Después, esos establecimientos donde se ejercía formaron parte
de una Guía provincial no tan secreta. Claro que en este caso se trata de una
obra teatral así titulada, porque se centra en un tema cercano al que tan
hipócritamente se le hace la vista gorda. Y se
corresponde con el denominado teatro documental por ser consecuencia
directa de una investigación previa, hecha sobre el terreno para conocer el
estado de la cuestión. Con la aportación cruda y dura de algunas trabajadoras
del sexo. Así, representar nuestra historia, el mundo de la prostitución, considerado espejo de
nosotros mismos
supone la voluntad de conocernos mejor, toda vez que nuestra sociedad de hoy es
el resultado de lo que construimos o destruimos ayer. Por ello, cualquier
parecido de lo creado sobre las tablas con la realidad no es una mera
coincidencia.
Las cifras oficiales conocidas
hablan por sí solas. Hay en España cien mil prostitutas, a las que se añaden
otras cuarenta mil mujeres atrapadas en redes. Y la prostitución mueve más de cinco millones de euros
al día. Empero,
más allá del problema económico y social, se da una dificultad política
referida a su abolición o a su regularización. Ambas posturas tienen sus
correspondientes partidarios y detractores. También llama la atención la estigmatización
de las mujeres que ejercen el denominado oficio más viejo del mundo, si bien lo
que clama al cielo es que en la España del siglo XXI exista la esclavitud.
Dentro de todo el sistema están el patriarcado, el machismo y la violación como
hechos fundacionales.
Su director, Andrés Lima, con ayuda
de su habitual colaborador Albert Boronat, ha elaborado, pues, una compleja
dramaturgia, protagonizada por las actrices Carmen Machi, Nathalie Poza y
Carolina Yuste. Durante estos días se representa en el Teatro Español de
Madrid. Sin duda, una función llena de debate. Que pretende mover y remover al
espectador, hacerle un montón de preguntas para que después, en su vida
cotidiana, le alimente. ¡Para verla!
José María Martínez Laseca
(23 de enero de 2020)
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