miércoles, 7 de agosto de 2019

El tesorillo de Quintana


En primera del periódico “La España”, del 1 de mayo de 1863, la crónica de su Corresponsal en Soria, a 27 de abril, recogía: “Una casualidad dio motivo hace pocos días, a un descubrimiento notable, destinado sin duda a ocupar el pensamiento de los hombres estudiosos. En las inmediaciones del pueblo de Quintana Redonda, estando un labrador ocupado con su yunta en levantar la tierra, tropezó con el arado en una piedra. Haciendo fuerza para alzarla, descubrió una gran porción de monedas y otros objetos. Recogidos todos cuidadosamente, resultaron: mil ciento veinte y una monedas, dos tazas y un casco”. El hallazgo tuvo lugar el día 14 de abril, en el sitio de  Las Quintanas por José Hernández. Las monedas [denarios ibéricos] eran todas de una época, de plata, del mismo busto y con igual inscripción. Tenían en el anverso cabeza sin casco y la inscripción XN (BoN); y en el reverso un guerrero a caballo con lanza y casco y debajo la inscripción siguiente XLMAN (BoLSKaN). Algunas de estas monedas muestran en el reverso la figura del anverso resellada del revés. Estas son de las que en numismática se conocen con el nombre de incusas.
 A los tres días, en que el Gobernador Civil y Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos (CPM), Eduardo Capelartegui se acercó a Quintana Redonda para adquirir dicho tesorillo y remitirlo a la Academia de la Historia, este ya se había dispersado. Las más de las monedas fueron vendidas al presbítero de Soria Tomás Celorrio, llegando en gran parte al miembro de la Real Academia de la Historia, Eduardo Saavedra. Una muestra quedó en manos del Gobernador. Por suerte, con el poncio iba Dionisio López de Cerain, vocal de la CPM, quien realizó los dibujos exactos en planta y alzado de las dos vasijas de plata: un cuenco semiesférico y una taza con asas [skyphos]. Los dibujos aún se conservan en el Archivo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y son hoy el único testimonio, así como un dibujo y un facsímil en zinc del casco de bronce del tipo montefortino. La convulsa historia de España con la revolución del 1868 de por medio contribuyó al olvido del tesorillo de Quintana. No obstante, gracias a las pesquisas de Isabel Rodríguez Casanova: “El tesoro celtibérico de Quintana Redonda (Soria): nuevos datos y materiales”, Archivo Español de Arqueología, vol. 81, 2008, hemos podido recuperar su rastro.
José María Martínez Laseca
(25 de julio de 2019)

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