Margarita
Xirgu (Molins de Rey, 1888-Montevideo, 1969) fue una actriz y directora que
dignificó nuestra escena teatral. Formada en compañías de aficionados, en 1906
se reveló con la interpretación de Thérèse Raquin de Zola, y pasó al Teatro
Romea de Barcelona. Después, logró grandes éxitos en el Teatro Principal con
obras de Oscar Wilde, Galdós y Guimerá. En la temporada 1914-1915 triunfó en
Madrid con un repertorio que alternaba el teatro clásico (Lope, Tirso y
Calderón) y el contemporáneo español y extranjero (Galdós, Benavente,
Pirandello, Giradoux, Shaw, etc. Además estrenó Medea (1931) de Unamuno, Divinas Palabras (1933) de
Valle Inclán, La sirena varada (1934) de Casona, Bodas de sangre (1933) y Yerma
(1935) de García Lorca. La guerra civil del 36 la sorprendió de gira por
Hispanoamérica. Allí estrenó La casa de Bernarda Alba (1945) de Lorca. Y allí
permaneció hasta su muerte.
Con su fotografía en portada, El
Porvenir Castellano (lunes, 13 de junio de 1921), anunciaba como “Novedades
Teatrales” a “la ilustre actriz Margarita Xirgu que el miércoles próximo hará
su debut en el Teatro Principal”. Era la Xirgu, después de María Guerrero, la
mejor actriz española. Trágica excepcional, supo abordar también brillantemente
la comedia. Con su compañía, se hospedó en el Hotel Comercio y permaneció en la
ciudad durante ocho días, antes de trasladarse a Burgos. El debut de la Xirgu
tuvo lugar en el Teatro Principal y la obra elegida fue “Fedora”, el famoso
drama de V. Sardón. Duro y cruel, que deja siempre una impresión de dolor. La
Xirgu triunfó en toda regla. El público siguió con gran interés los ademanes,
los gestos y las palabras de la eximia artista para no perderse detalle. Y al
final de cada uno de los tres actos estalló en aplausos. También representó en otros
días el drama Alimañas de E. Marquina y una adaptación teatral de la novela Marianela
de B. Pérez Galdós, etc. El Avisador Numantino del día 18, pág. 2, se quejaba
del prohibitivo precio de las entradas para las clases media y trabajadora y
pedía una función popular. Al periodista R. Sanz de este mismo medio la
Margarita Xirgu turista le confesó: “En mi corta estancia en Soria quiero
olvidar que soy artista; dedicaré mi tiempo a visitar sus edificios interesantes,
su Museo, la Colegiata… y las ruinas de Numancia. Quiero gozar de este clima
magnífico, aspirar este aire puro…”.
José
María Martínez Laseca
(1
de agosto de 2019)
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