Hace 50 años de aquel hito
cultural en Soria, con repercusión nacional e internacional. Fue el I Salón del
Toro, original exposición celebrada en agosto-septiembre de 1966 en el Palacio
de los Condes de Gómara. Con el toro por epicentro. Pero no cualquier toro,
sino el “toro-taúrico”, según el crítico de arte Venancio Sánchez Marín,
diferenciándolo así del de significación “taurina” o toro de lidia. En
concreto, el toro mítico, al cual el arte continuaba rodeando de sentido
reverencial como si fuera el toro milenario de Iberia y que guardaba
misteriosas conexiones con los de Altamira y Guisando. Y conviene recordarse
que, ya en 1948, la llamada Escuela de Altamira, con el alemán Mathias Goeritz,
intuyó la idea de una modernidad mágica, oscura y primigenia, que resonaría
también en grupos como, Pórtico (Zaragoza), Ladac (Canarias) y Dau al Set
(Barcelona) entre surrealista y dadaísta. En 1948 se celebró el Primer Salón de
Octubre en las Galerías Layetanas de Barcelona, con J. A. Gaya Nuño al frente, para
dar cauce a las manifestaciones plásticas de vanguardia.
José
Tudela justificaba que fuera Soria, corazón de la antigua Celtiberia, tan rica
en ancestrales supervivencias de ritos taúricos de indudable ascendencia magicista
y de religiones primigenias, la ciudad convocante. Ahí estaban sus singulares
Fiestas del Toro de San Juan o de la
Madre de Dios. Fue idea del ceramista Antonio Ruiz Ruiz,
fundador del Grupo SAAS (Sociedad de Artistas Actuales Sorianos); quien, para
prestigiarlo, otorgó la
Presidencia al académico Camilo José Cela. Se programaron
muchas actividades: conferencias, cine, teatro, fotografía, poesía… La muestra
del Salón reunió a 78 artistas y 150 0bras. En ella cooperaron miembros del
Grupo SAAS como Antonio Ruiz, Marcos Molinero, Ulises Blanco, José Mª Sainz
Ruiz, Carmen Pérez Aznar, Juan Chuliá, Agustín Ruiz, Antonio Cruz, E. Molinero,
Mª Paz García, Gabriel Ortiz, Ezequiel Villanueva y Miguel García; con los
extranjeros Nadia Werba y Will Faber. El pintor Pancho Cossío fue su invitado
de honor. Lástima que el pretendido “Museo del Toro” resultara fallido. Pero
aquella iniciativa cultural, haciendo de la tradición virtud, supuso la
conjunción de esfuerzos en pos de un fin común. Algo infrecuente aquí: “que las
gentes se unan para hacer algo; si se trata de deshacer, ya es más posible”.
José María Martínez Laseca
(21 de julio de 2016)
No hay comentarios :
Publicar un comentario