“Que son cinco días / de ruido y
bullanga. / De monte y de toros. / De bombo y charanga.” Tal dice la canción
sanjuanera de 1989, con letra de Jesús Hernández de la Iglesia y música de
Francisco García Muñoz. Cinco, cual los dedos de una mano. Pero, se advierte
que, desde 1956, esos 5 días pasaron a ser 6, por incorporarse al inicio de la
secuencia de Jueves la Saca ,
Viernes de Toros, Sábado Agés, Domingo de Calderas y Lunes Las Bailas, el
Miércoles El Pregón o voceado a los vientos de la fiesta. El primero en
lanzarlo desde el balcón de la Casa
Consistorial fue Víctor Higes Cuevas, que lo redactó a modo
de bando con alusiones al “invito Caudillo”. Luego, el pregón se fue requiriendo
a conocidos periodistas de la prensa local del movimiento y a otras
personalidades, hasta 1979 en que pasó a pronunciarse por los Jurados de
Cuadrilla.
Entre
los 22 nombres propios, despunta el escritor Camilo José Cela, académico y ya autor
de “La Familia
de Pascual Duarte” (1942), “Viaje a la Alcarria ” (1948) y “La Colmena ” (1951). Por su
amigo Antonio Ruiz Ruiz, fundador del Grupo de artistas SAAS, Camilo sabía de
Soria. El Ayuntamiento le encargó el pregón de las Fiestas de San Juan de 1966.
Y Cela las pregonó con entusiasmo,
tildándolas de “dionisiacas y turbulentas”. Su discurso fue breve, despachado
en diez párrafos. Pero en él hizo un canto vitalista y preciso, resaltando el
protagonismo del toro del sacrificio e incitando a la sana y alegre diversión,
mediante el baile al son de la gaita, el buen yantar y el correr de la bota de
vino tinto. Este pregón fue editado por Julián Sebastián. También dejó
constancia en un libro de Cuadrilla con esta dedicatoria: "A mis amigos de
la Cuadrilla
de Santa Bárbara, con un fuerte abrazo. Camilo José Cela". Eran sus
jurados Agustín Ruiz y Mercedes de Marco. Cela tornó este mismo año a presidir
el gran acontecimiento cultural que supuso el I Salón del Toro (agosto-septiembre)
en el Palacio de los Condes de Gómara. Y, agradecido, volvió a los sanjuanes de
1967, siendo Emilio Ruiz Ruiz el jurado de la cuadrilla de San Esteban, para
invitar a una cena a sus buenos amigos de Soria.
Yo
lo recuerdo aquí, al cumplirse el centenario del nacimiento de nuestro último Premio
Nobel. Excéntrico y desbocado hasta lo soez, pero eminente cultivador del
epañol y arriesgado creador de literatura.
José María Martínez Laseca
(30 de junio de 2016)
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