sábado, 2 de julio de 2016

Cela, pregonero de San Juan

“Que son cinco días / de ruido y bullanga. / De monte y de toros. / De bombo y charanga.” Tal dice la canción sanjuanera de 1989, con letra de Jesús Hernández de la Iglesia y música de Francisco García Muñoz. Cinco, cual los dedos de una mano. Pero, se advierte que, desde 1956, esos 5 días pasaron a ser 6, por incorporarse al inicio de la secuencia de Jueves la Saca, Viernes de Toros, Sábado Agés, Domingo de Calderas y Lunes Las Bailas, el Miércoles El Pregón o voceado a los vientos de la fiesta. El primero en lanzarlo desde el balcón de la Casa Consistorial fue Víctor Higes Cuevas, que lo redactó a modo de bando con alusiones al “invito Caudillo”. Luego, el pregón se fue requiriendo a conocidos periodistas de la prensa local del movimiento y a otras personalidades, hasta 1979 en que pasó a pronunciarse por los Jurados de Cuadrilla.
            Entre los 22 nombres propios, despunta el escritor Camilo José Cela, académico y ya autor de “La Familia de Pascual Duarte” (1942), “Viaje a la Alcarria” (1948) y “La Colmena” (1951). Por su amigo Antonio Ruiz Ruiz, fundador del Grupo de artistas SAAS, Camilo sabía de Soria. El Ayuntamiento le encargó el pregón de las Fiestas de San Juan de 1966. Y Cela  las pregonó con entusiasmo, tildándolas de “dionisiacas y turbulentas”. Su discurso fue breve, despachado en diez párrafos. Pero en él hizo un canto vitalista y preciso, resaltando el protagonismo del toro del sacrificio e incitando a la sana y alegre diversión, mediante el baile al son de la gaita, el buen yantar y el correr de la bota de vino tinto. Este pregón fue editado por Julián Sebastián. También dejó constancia en un libro de Cuadrilla con esta dedicatoria: "A mis amigos de la Cuadrilla de Santa Bárbara, con un fuerte abrazo. Camilo José Cela". Eran sus jurados Agustín Ruiz y Mercedes de Marco. Cela tornó este mismo año a presidir el gran acontecimiento cultural que supuso el I Salón del Toro (agosto-septiembre) en el Palacio de los Condes de Gómara. Y, agradecido, volvió a los sanjuanes de 1967, siendo Emilio Ruiz Ruiz el jurado de la cuadrilla de San Esteban, para invitar a una cena a sus buenos amigos de Soria.
            Yo lo recuerdo aquí, al cumplirse el centenario del nacimiento de nuestro último Premio Nobel. Excéntrico y desbocado hasta lo soez, pero eminente cultivador del epañol y arriesgado creador de literatura.
José María Martínez Laseca
(30 de junio de 2016)

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