A José Napoleón Bonaparte (JNB) le
llamaban “Pepe Botella”. Así, el ciego N. quiso ponerle este epitafio: “Aquí
yace el rey Pepino / detén el paso, mortal, / no pises a ese animal, / que
puedes ahogarte en vino”. Sambenito injusto, ya que JNB era abstemio. Acertaron
con “Pepe, el plazuelas”, porque a JNB le debe la ciudad de Madrid tener más
plazas, en detrimento de conventos. Lástima que en Soria no podamos asemejarnos,
por ir menguando sus plazas públicas. Mi reflexión va sobre este tema y los
efectos de derruir el viejo mercado de abastos (del arquitecto Félix Hernández,
1914), para sustituirlo por otro de nueva planta.
Soria es una ciudad histórica,
castellana. El modo de ser de sus moradores, su arquitectura y su trama urbana la
dotan de identidad. De siempre, Soria ha mantenido un ambiente recoleto. Pese al
acoso especulativo y el despiadado derribo, intramuros, de su casco antiguo.
Recién, han soplado, dicen, vientos de modernidad, pretendiendo convertirla en una
especie de macro centro comercial, primando al turista (aparcamiento central, saturación
de veladores, etc.) y se consienten construcciones que desentonan con sus
fachadas y miradores. Empero, más agresivos aún contra su identidad resultan los excesos
cometidos con los volúmenes edificados. Es el caso del nuevo mercado municipal.
No entro yo en su arquitectura, pero sí en su aspecto mastodóntico, amazacotado,
que difiere mucho de su predecesor. Es evidente que esta obra del nuevo mercado
municipal, es desproporcionada por ocupar un espacio excesivo y superar en
altura a los edificios colindantes que se ven así opacados en su valor
histórico-artístico. Muy deseable que el proyecto de ejecución definitivo (con
sus alturas, detalles, pasarela, etc.) hubiera salido a información pública,
dada su envergadura. Además, hemos leído que el Mercado Municipal Provisional,
que ocupa la plaza de Las Concepciones desde el 17-9-2011, iba a permanecer
allí, lo que contraviene la normativa de urbanismo y el PGOU.
¿A qué se debe ese afán de destruir plazas, lugares de
encuentro y convivencia como ha sido durante tanto tiempo, entre otras, la Plaza de Bernardo Robles? Cabe
repensar el urbanismo y la arquitectura de Soria para que no se convierta en
ciudad anodina, sin identidad. Porque sea una ciudad vital, con encanto.
José María Martínez Laseca
(1 de octubre de 2015)
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