viernes, 10 de julio de 2015

Los 10 de Beltejar

La guerra incivil española (1936-1939) es uno de los acontecimientos decisivos de nuestra historia moderna. Clave en el devenir de España, convertida, desde 1978, en un estado social y democrático de derecho. Sin duda, le debe mucho al dolor de las heridas abiertas, que han ido cicatrizando, poco a poco, más por el paso del tiempo, el miedo y el olvido, que por la justa reparación de la memoria y dignidad de las victimas causadas entre los vencidos. Porque tan españoles eran los unos como los otros. Para mejor evitar el riesgo de que se vuelvan a repetir tales errores del pasado, conviene recordarlo.
Con el alzamiento militar del 18 de julio de 1936, la provincia de Soria, se decantó del lado de los militares sublevados contra el orden republicano, legalmente establecido. Choca que, pese a quedar en la retaguardia, alejada del frente de guerra y sin ofrecer resistencia, se produjeran aquí más de 500 asesinatos de civiles. Un caso de esa violencia y brutalidad, que da que pensar sobre la verdadera condición humana, fue el fusilamiento de 10 personas acontecido en Barcones el 14 de agosto de 1936: 4  vecinos de Soria capital (Arsenio Martínez, Fermín González, Tomás Cué y Antonio Lafuente; afiliados a la CNT) y 6 de San Esteban de Gormaz (Juan Ballano Pérez (agricultor de 31 años), Juan Pablo Rica (Concejal de Cultura de 54 años), Bernabé Esteban Benito (jornalero de 37 años), Mariano González Carracedo (telefonista ferroviario de 35 años), Cándido Muyo Arranz (agricultor de 25 años) y Máximo Redondo García (guardabarreras de 37 años). Un camión los trasladó esposados por la noche y, al amanecer, fueron ejecutados a las afueras del pueblo, en presencia de un cura y un médico militar. Pero, además, hubo algún otro testigo inoportuno, que para sobrevivir tuvo que negociar constantemente entre la memoria y el olvido. Y que vivió para contarlo.
Cada vez que se produce un asesinato se genera un enorme vacío que requiere del rito del duelo para cerrar su luto. Aquí fue posible, en parte, tras excavar la fosa común de los 6, el 1 de noviembre de 2014. Gracias a la asociación soriana Recuerdo y Dignidad (con el tenaz Iván Aparicio al frente), que ahora ha visto atendida su denuncia del 12 de julio de 2013 por el juzgado de Instrucción nº 1 de Almazán. 
José María Martínez Laseca
(9 de julio de 2015) 

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