Sala de juntas por escenario. Con
una larga mesa en el centro y sentados unos frente a otros. Algunos folios
sueltos por encima del tablero, como para tomar notas... Presté especial
atención a las fotos que publicó la prensa de sendas reuniones mantenidas el
pasado viernes, en sesiones de mañana y tarde, por el emergente partido de
Ciudadanos (C´s) con las dos formaciones ya clásicas del bipartidismo soriano
PSOE y PP, respondiendo su prelación al mayor respaldo electoral obtenido el
24-M. Sentía cierta curiosidad por saber quienes conformaban las diferentes
delegaciones de encuentro. Y me resultaron caras conocidas las de la mayoría de
los que salían retratados. Me pareció una especie de ritual de cortejo y de ahí
que me extrañara el hecho de que no fueran los pretendientes quienes acudieran
a la sede de los pretendidos, sino al revés. Repasé los rostros de Jesús Ciria,
José Luis Palomar, Jesús de Lózar, José Antonio de Miguel y una mujer a la que
no identifiqué. Pensé que, sin duda, entre ellos se encontraban los dos
diputados provinciales de C´s (uno por el partido judicial de Almazán y otro
por el de Soria) a los que correspondería con su voto, disciplinadamente, inclinar
el fiel de la balanza para elegir al Presidente de la Diputación.
No vi sobre ninguna de las mesas
el mapa de la provincia, que es lo que está en juego. Acaso porque no salió a
relucir el “para qué” se otorgaría el respaldo de gobierno a uno u otro
aspirante. En verdad que, por las poses, lo asocié a un tribunal de selección;
así que deberían de haber aportado “la programación para el desarrollo de la
provincia de Soria”. Aunque dudo que la tengan más allá de meras generalidades.
PSOE y PP firmaron el obligado documento de “compromiso por la regeneración”.
Los primeros: por el cambio; los segundos: por seguir. Y Jesús de Lózar, con
los suyos, “miró al soslayo, fuese y no hubo nada”.
No sabemos si
José María Martínez Laseca
(11 de junio de 2015)
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