martes, 11 de noviembre de 2014
Las huellas de Teresa
Santa Teresa era, al decir de Cioran, una esposa de la canción. Las condiciones intelectuales y materiales en que tuvo que escribir nos hacen pensar en un caso excepcional de predestinación literaria. Es una poetisa intensa y visceral. Que naciera en España, resulta anecdótico, según J. A. Mañas, ya que ni Castilla explica a Santa Teresa, ni el mundo anglosajón a Emily Dickinson, por citar a dos poetisas salvajes, de una intensidad parangonable.
Con 47 años, dice Carmen Martín Gaite, se dedicó a ponerle pisos a Dios. Hasta 17, que están en: Ávila, donde fundó el convento de San José en 1562; Medina del Campo (Valladolid, 1567); Malagón (Ciudad Real), Valladolid y Toledo (1568); Pastrana (Guadalajara, 1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (Salamanca, 1571), Segovia (1574); Beas de Segura (Jaén) y Sevilla (1575); Caravaca de la Cruz (Murcia, 1576), Villanueva de la Jara (Cuenca) y Palencia (1580); Soria (1581) y Granada y Burgos (1582). Todas ellas forman la red de Ciudades Teresianas.
Teresa llega a Soria, desde Palencia, con 7 monjas y el P. Doria, el 2 de junio de 1581. Soria era el fin del mundo; pero, a petición de su amigo el obispo de Osma Alonso Velázquez, se decidió a venir. Lo justificaba la donación de un palacete, junto a la plaza de la Fuente de Cabrejas, hecha por la piadosa y rica viuda navarra Beatriz de Beaumont, para que abriera otro hogar a sus monjitas. La visita está documentada por ella misma. En su libro “Las fundaciones” anota: “tenía en Soria una casa buena, fuerte, en harto buen puesto; y dijo que nos daría aquella con todo lo que fuese menester para fundar, y esta con quinientos ducados de juro de a 25 mil el millar. El obispo se ofreció a dar una iglesia harto buena, toda de bóveda, que era de una parroquia que estaba cerca…”
Así que el nuevo convento de la Santísima Trinidad fue inaugurado el 16 de junio. Santa Teresa permaneció en Soria hasta el 16 de agosto en que partió hacia Ávila. Hay una carta suya dirigida al P. Gracián, fechada aquí el 14 de julio de 1581, donde le escribe: “Crea que a una monja descontenta yo la temo más que a muchos demonios”.
José María Martínez Laseca
(6 de noviembre de 2014)
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