“¿Dónde te has metido J. M. que no se te ha visto el pelo? ¡Te hemos echado de menos estos días!”, me dicen al unísono “El Chismoso” y “El Espabilao”, apenas aparezco por el bar “El Cielo” de la plaza de Herradores. Observo que no son muchos los bienaventurados que se encuentran dentro, pegados a la barra, esa mañana soleada que parece de verano. “Es más fácil que un camello pase antes por el ojo de una aguja a que un rico acceda al bar “El Cielo”. Bien se sabe que España es el país de la OCDE donde más ha crecido la desigualdad, en el que más se ha agrandado la brecha entre ricos y pobres durante la crisis” –añade “El Espabilao”, adivinándome el pensamiento. “Este fin de semana –les respondo– he ido a Madrid, por cambiar de aires y romper así con la rutina cotidiana. Dejar de oír el diálogo de sordos entre los chicos del Mínguez y los de la Angulo, enredados en lo suyo. Es algo que hago con relativa frecuencia. Ya sabéis que frente a la modorra y el dolor tenemos dos salidas: la queja o el arte. Yo, sin menoscabo de la primera, también opto por la segunda”
“Razón no te falta J. M., pues hasta el Rouco ese se ha ido denunciando la pobreza intelectual del debate político actual. Pero, cuéntanos algo de lo que hayas visto por la capital de España” –irrumpe “El Chismoso”. “He estado viendo exposiciones fundamentalmente –les voy contando–. La de “Picasso en su taller” y “Dibujos de Pontormo”, en las salas de la Fundación Mapfre, y que no tienen el menor desperdicio. También en el Museo del Prado he podido contemplar la belleza de la “Virgen de la leche con el Niño y ángeles” de Jean Fouquet que era la obra invitada, expuesta en la sala de El Bosco y cuyo “Jardín de las delicias” muestra el amor como principio de perdición y locura. Además vi “Las Furias. De Tiziano a Ribera”, sobre los cuatro personajes mitológicos Ticio; Sísifo, Ixión, y Tándalo, condenados por haber desafiado a los dioses. Una alegoría política con el mensaje del infierno que les espera a los rebeldes contra el orden establecido (entonces por el emperador Carlos V). Y todavía en la Biblioteca Nacional miré la muestra sobre la “Generación del 14. Ciencia y modernidad”. “Disfrutarías, sin duda, ya que el arte siempre nos ayuda a pensar, a sentir, a gozar, a saber y a ser” –cerró la charla “El Espabilao”, mientras “El Chismoso” asentía inclinando su cabeza.
José María Martínez Laseca
(20 de marzo de 2014)
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