jueves, 27 de diciembre de 2012

Atracción por Valdivia


Al indagar entre el bello desorden de mi biblioteca, me topo con un libro que me viene que ni al pelo para el ciclo que abre su puerta a los sueños, y aún más a las fantasías infantiles, con el sorteo de la lotería nacional del 22-D. Título: Cuentos de Navidad. Autor; Eduardo Valdivia. Publicado en 1968 por Ediciones Javalambre, compendia una docena de amenos relatos, precedido por un primer prólogo de Francisco Ynduráin, entonces Catedrático de Literatura de la Universidad de Zaragoza, al que sigue otro más extenso, del propio autor. Pero, no declara Ynduráin sus preferencias personales por ninguno de los doce cuentos de su antiguo alumno; antes bien, tras incidir en que en todos ellos “no falta la alegría, la expectación, la apertura al mundo de la maravilla, la fantasía, el dolor también”, invita a los lectores a que extraigan las suyas.
Del escritor Eduardo Valdivia yo he ido teniendo noticias por boca de sus vecinos sorianos de planta -Ramón Riera, José María Páez y José Luis Antón- en el edificio respingón de la plaza Tirso de Molina, frente a la Escuela de Artes y Oficios, donde residió con su familia. Otras pesquisas me han acercado a su vida breve. Hijo de militar, había nacido en Écija en 1929 y, tras una existencia itinerante, recalaba en la Zaragoza de los años 50, la del Grupo Pórtico, con la decisión de convertirse en escritor, puesto que ya tanteaba en la narrativa y en el teatro.
Se licenció en Geografía e Historia y, después, en Derecho. Aprobó las oposiciones de profesor adjunto y pasó por Ceuta, Teruel y Tenerife, llegando a Soria, en 1971, como director del Instituto Castilla. Falleció en 1972. De este mismo año data su original novela “¡Arre, Moisés!”, que fue finalista del premio Alfaguara. Valdivia recrea, con rara tropa de cojos y mancos, el grotesco Regimiento de San Martiniano y refiere sus andanzas por Aragón hasta su exterminio en plena guerra civil española. A iniciativa de su principal estudioso, Jesús Rubio Jiménez, fue reeditada en 2003. Otras obras previas son: “El espantapájaros y otros cuentos” (1960) y “Las cuatro estaciones” (1967). Todas ellas nos descubren a un fascinante narrador, bruscamente interrumpido.
José María Martínez Laseca
(27 de diciembre de 2012)

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