-Todo sube y sube, sin parar -dijo el Antonino, mientras paseábamos los tres amigos aquella tarde por las márgenes del Duero-. (Rompía la primavera, avisada por el canto madrugador del cuco y mostrada en el florido blanquear de ciruelos y cerezos del camino y en el reverdecer de los álamos esqueléticos y desnudos de la ribera, pese a la pertinaz seguía, tan letal para los labrantíos aún resecos tras las escasas lluvias). Por mucho que nos digan que baja el precio de los alimentos, para que no se desmadre el IPC y genere efectos colaterales. Aquí, la Junta de Castilla y León, nos ha gravado las gasolinas con el mal llamado céntimo sanitario (un sobrecoste de 4,8 céntimos de euro por litro). Los alcaldes nos suben tasas y recortan gastos para pagar a los proveedores y en los PGE 2012 se aplican subidas en la factura de la luz y del gas. Hasta un 7% ascenderá la tarifa eléctrica para los hogares, mientras que será del 4’1% para las pymes, del 2’7% para los industriales medios y del 0’91% para los grandes productores. Y la bombona de butano, energía de los pobres, alcanza los 15,54 euros. Todo eso y mucho más, a fin de garantizar la obtención del objetivo del déficit público del 5’3%” y conseguir salir del atolladero económico en el que nos encontramos.
-Tremendo panorama -añadí yo-. Subida de impuestos y recortes que van a generar más sufrimiento y el aumento de las desigualdades sociales. Se atenta contra los derechos sociales y el Estado de Bienestar, que tanta sangre, sudor y lágrimas nos han costado. Una situación complicada para los que están en paro y también por la Ley de Refoma Laboral que causó la huelga general del 29 M. Se chupa la sangre a los trabajadores, y se favorece a los defraudadores con amnistía para su dinero negro, puesto a buen recaudo en paraísos fiscales. Y todavía faltan las rebajas de la Autonomía y otra vuelta de tuerca más en los PGE 2013.
-Una cirugía feroz que viene de atrás. Sí, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades -cerró “el Mocha”-, máxime algunos, pero estamos pagando todos muy caro el mantener a tanto aprovechado. Menos política de terciopelo en el Congreso de los Diputados y mayor atención a las preocupaciones de la gente, de cómo podrá llegar a fin de mes. Luego se extrañan de la desafección hacia el sistema. ¡Si hasta las tortillas nos salen más caras por la subida de los huevos!
José María Martínez Laseca
(5 de abril de 2012)
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