Tiene el profesor amigo Juan Antonio Gómez Barrera la costumbre generosa de remitirme sus tribunas culturales publicadas con asidua regularidad en Heraldo-Diario Soria –y que yo agradezco en lo que valen por sus interesantes aportaciones fruto de sus investigaciones ya sea en archivos, en la hemeroteca o sobre el propio terreno, etc. –. La última de ellas la titulaba: “¡Manos prehistóricas en Valonsadero!”, publicada el 5 de febrero de 2021, en la página 12. Relataba aquí el hallazgo excepcional realizado por la agente medio ambiental Esther Moreno en la mañana del miércoles 29 de septiembre de 2020, en el monte sagrado cercano a la ciudad de Soria, de una nueva estación de pinturas rupestres. Sabido es que estas manifestaciones prehistóricas se caracterizan por representaciones fundamentalmente de animales y escenas de caza sobre las paredes de las cuevas y abrigos rocosos.
A este lienzo, que venía a incorporarse a los muchos antes estudiados por Gómez Barrera, los analistas decidieron bautizarlo con el nombre de “El Abrigo de las Manos”. El motivo, como se observa en la imagen que reproduce el periódico del calco hecho por Gómez Barrera del detalle central del abrigo, es que se hacen notar las palmas impresas de dos manos; y aún hay una tercera más, a su lado. Las tres son manos diestras. Cierto es que se perciben además una bella figura antropomórfica bien ataviada y con adornos, la forma de un arquero, lo que parece un lobo y algunas otras formas más que anota. Se desprende del artículo divulgativo, la vibración emocional de su narrador en ese viaje temporal hacia atrás con el fin de ir desentrañar algunas claves de nuestro patrimonio más distante.
Cuando recibí de Juan Antonio el e-mails con su artículo citado, y una vez leído, le dije que me impactaron tanto como la mano aparecida en la cueva de Maltravieso (“el santuario extremeño de las manos”), que vi en el lejano otoño de 2006 en la exposición “Nosotros” organizada por la Junta de Extremadura en la ciudad de Cáceres. “Son un ejemplo perfecto de manos en negativo”, me respondió el amigo, frente a las tres manos descubiertas en Valonsadero que son en positivo. También Gómez Barrera apuntaba que tales manos podían ser de mujeres por su pequeño tamaño. Ello abre otras posibilidades de autoría. En idéntica fecha al del hallazgo soriano (29-9-2020), se difundía una huella dactilar aparecida en Los Machos de Granada. Cambiaba, así, el arte rupestre al desvelar que las mujeres prehistóricas también pintaban.
José María Martínez Laseca
(12 de febrero de 2021)
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