Tras
las Fiestas de San Juan (toda fiesta es tiempo de excepción), volvemos a la
rutina de los días laborables. A nuestros desvelos cotidianos. Entre ellos el del
lugar en que vivimos. Así, cuando hablamos de Castilla y León y de nuestra
provincia de Soria coincidimos en que su porvenir está indisolublemente
vinculado a su componente rural, marcado tradicionalmente por la agricultura,
la ganadería y la selvicultura como fuentes de riqueza. Con esa preocupación asistí,
el pasado 20 de junio, al acto de Unicaja Banco y el Club de Prensa de El Mundo.Herarldo-Diario
de Soria sobre “El futuro del campo soriano: Europa y la despoblación”, que
tuvo por ponentes a los secretarios provinciales de las Organizaciones Profesionales
Agrarias de ASAJA y UPA, junto con el Director Gerente de COPISO. Resultaron
enriquecedoras sus aportaciones y a los
tres se les formularon preguntas por los asistentes.
En Soria, el sector primario tiene un
peso importante. Pues 6.500 familias viven de él. El campo soriano está
subvencionado: el 33% de sus ingresos provienen de la PAC. Su futuro depende de
Europa. Y va mal, ya que siguen bajando los precios y subiendo los costes de
producción. Hay grandes dificultades para la incorporación de agricultores
jóvenes. Y apenas queda ya gente en los pueblos. Por la alabanza de la ciudad y
el menosprecio de la aldea. Dado que todo se ha orientado a concentrar el
trabajo en las zonas urbanas. De ahí que haya que diseñar políticas que fijen
la población en el campo. Yo les pregunté sobre la importancia que daban al
papel de la mujer, dentro de ese compromiso social que reclama el mundo rural
para abordar su futuro. A tres acota el ministro de Agricultura sus grandes
desafíos: mujeres y jóvenes, digitalización y regadíos. Son deberes para los
próximos años en los que el cambio climático marcará las campañas de trabajo de
la España vaciada.
Contar
con las mujeres rurales es imprescindible a todas luces. Tienen derecho legal a
la titularidad compartida, pero todavía no es real. Y su representación
política en una institución provincial como la Diputación es ridícula. Solo 6
mujeres del total de 25 diputados. Es decir, un 24%. Por grupos: PSOE 2/12, un
16,6%; PP 3/9, un 33,3 %; PPSo 1/3, un 33,3% y C´s 0/1. Incumplen, pues, con
creces el criterio de paridad. Y no augura nada bueno que se restrinja el
protagonismo de la mujer. Sin ellas no hay vida.
José
María Martínez Laseca
(4
de julio de 2019)
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