Cada año, cuando llega el 22 de febrero (aniversario de la muerte del poeta español Antonio Machado, en 1939, en el exilio francés), se repite un emotivo ritual: depositar flores y leer versos en su honor, como si de un santo laico se tratara, junto a dos tumbas: la de Leonor en Soria y la de Machado en Collioure. No obstante, hay un hecho que muchos ignoran: ninguna de esas dos sepulturas es la original. Veámoslo.
Leonor Izquierdo Cuevas, que ya evidenció el 14 de julio de 1911 en París su enfermedad de tuberculosis, acabaría muriendo –“azucena tronchada”– el 1 de agosto de 1912. Tras el concurrido funeral del día siguiente, oficiado en la iglesia de Santa María La Mayor, sus restos fueron trasladados al cementerio del alto Espino y su ataúd se depositó en la sepultura nº 432, 1º Norte, que cubrió una lápida en piedra con esta inscripción: “+ D.E.P. DOÑA LEONOR IZQUIERDO DE MACHADO + 1 AGOSTO 1912 A LEONOR ANTONIO”. Y en su borde inferior: “Marmolista Corredera baja, 18, Madrid”). Y allí permaneció hasta que el día 13 de mayo de 1938 fueron exhumados los restos de Leonor y se trasladaron a la sepultura nº 812 1º 2º Norte cubierta con dicha lápida. Al morir su hermana Antonia, el 6 de diciembre de 1943, se la enterró con ella. Y una nueva lápida recogía ambos nombres: Leonor Izquierdo de Machado y Antonia Izquierdo de Cruz, con sus respectivas fechas de nacimiento y defunción. Así permaneció hasta al menos 1967. Después se recuperó la lápida original en mármol blanco, tal cual la vemos hoy en día.
De Antonio Machado Ruiz conocemos su dramática salida de España al tiempo que caía la Segunda República en manos de los facciosos. Cruzó la frontera, junto a su madre Ana, su hermano José y su cuñada Matea. Mme Quintana, dueña del hotel Bougnol Quintana del pueblecito de pescadores de Collioure, los acogió en su establecimiento. Pero Machado, tras varios días de agonía, muere el 22 de febrero de 1939. Soldados republicanos allí confinados trasladarán a hombros su féretro envuelto con la bandera tricolor hasta el cementerio local. Y se introdujo el ataúd en un nicho prestado por Mme Deboher. Rezaba su epitafio: “ICI REPOSE ANTONIO MACHADO MORT EN EXIL LE 22 FÉVRIER 1939”. Tres días después murió su madre, que fue enterrada en tumba aparte. No obstante, desde el 16 de julio de 1958 ambos comparten la misma sepultura sufragada por aportación popular.
José María Martínez Laseca
(21 de febrero de 2019)
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