Ya advertía, con tino, nuestra paisana poeta Concha de Marco que no debería conmemorarse este tradicional Día internacional de la mujer mientras no se celebrara el Día internacional del hombre. Ello desde su posición feminista, defensora del principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. No se estableció este Día en recuerdo de las 129 obreras muertas en el incendio de una fábrica americana el 8 de marzo de 1908. Tampoco resonaría la huelga de trabajadoras textiles en Nueva York en tal fecha de 1857, duramente reprimida por la policía. Frente a los desacuerdos en distintos países, fueron la primera guerra mundial y la revolución bolchevique las que impusieron la declaración del 8 de marzo. En Petersburgo, obreras y esposas de soldados se manifestaron el 23 de febrero de 1917, reclamando pan para sus hijos y el regreso de sus maridos del frente. Sería la II Conferencia de las mujeres comunistas, en Moscú el 14 de junio de 1921, la que lo asentara, honrando a aquellas mujeres que se manifestaron contra el zarismo. (El ajuste de los 13 días entre el calendario juliano y el de occidente, marca la fecha actual). Aquellas mujeres iniciaron la revolución rusa.
La convocatoria de huelga feminista, para hoy, en nuestro país ha caldeado el ambiente, consiguiendo una movilización arrolladora, que algunos desde el Gobierno trataron de descalificar tildándola de política. De “elitista e insolidaria” y “excluyente”. “Precisamente en el momento en el que mejor se encuentra la situación de la mujer”, declaraba el Secretario de Estado de la mujer. Y el obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla arremetía contra el feminismo "radical o de género" asegurando que "el demonio ha metido un gol desde sus propias filas" a la causa feminista. Muy lejos quedaban aquellas importantes conquistas logradas por las mujeres españolas durante la Segunda República, relegadas después por la dictadura franquista a quedarse en casa a cuidar de su prole. Con el único horizonte de un matrimonio que las anulaba. Larga y ardua ha sido la lucha feminista en avances contra la discriminación y a favor de la igualdad real de trato y oportunidades en el empleo y en la ocupación a hombres y mujeres. Para corregir esa brecha de género. Modificando el reparto de poder y las reglas de juego. Se activa, pues, en este Día, la revolución aún pendiente.
José María Martínez Laseca
(8 de marzo de 2018)
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