martes, 15 de noviembre de 2016

De la despoblación

Soria está despoblada. ¿Quién la repoblará? El repoblador que la repueble, buen repoblador será. (Pues gobernar es repoblar). Parafraseo el trabalenguas infantil para poner de manifiesto nuestro problema principal: la despoblación o vaciamiento de nuestros pueblos. Eso de que “antes se había ido el médico, / también el veterinario, / y el chico de la Teresa / a estudiar al seminario. / Solos al atardecer / se han quedado los secanos.” Lo escribía yo hace ya bastantes años, a la vista de esa huida brutal de la gente más decidida desde el ámbito rural a las grandes ciudades. Tal vez atraídos por los cantos de sirenas de sus fábricas, a la búsqueda de una vida mejor. “Qué de pueblos ya canos y remotos, / qué de contento los pobló otro tiempo. / Qué de pueblos se tornan hoy escombros, / con la mirada ida… de los muertos” introducía mi poema “A los pueblos de Soria” y “Porque hay pocos obreros en Soria / y hay mucho obrero soriano”, justificaba el otro más conocido de “Al obrerito soriano”. Cierto es que las condiciones de habitabilidad en los pueblos (agua corriente en las casas, rehabilitación de viviendas, etc.) hizo posible el fenómeno de segunda residencia (luego ampliado con la oferta de alojamiento en Casas Rurales) ha maquillado su aspecto exterior y, en cierto sentido, los ha urbanizado. Pero, el verdadero problema es de gente: poca y envejecida. Desestructurados sus grupos de edad, con la pirámide poblacional invertida. Supone el derrumbamiento de una civilización milenaria, basada en lo agrícola y ganadero, que se visualiza en la película “El cielo gira” de Mercedes Álvarez.
            En la reciente declaración de Montánchez (Cáceres), firmada por la Diputación Provincial de Soria, se denunciaba que el despoblamiento rural era igualmente una consecuencia de las políticas nacionales y comunitarias que priorizan el desarrollo urbano aun sabiendo que el desarrollo humano será imposible sin el medio rural. Allí se alzaron voces a favor del apoyo presupuestario a iniciativas emprendedoras para transformar la realidad socioeconómica del medio rural, de la disponibilidad de servicios locales a la ciudadanía, de estrategias capaces de cooperar y competir en escenarios internacionales, de acciones que valoricen el medio rural. Y se acordaron de la importancia de la mujer: porque es cuestión de sembrar futuro.
José María Martínez Laseca
(3 de noviembre de 2016)             

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