martes, 18 de octubre de 2016

De los males de la patria

Dos elecciones generales en menos de un año: las del 20-D de 2015 y las del 26-J de 2016. Ninguna dio mayoría absoluta. El PP fue el más votado, mientras la izquierda se partía en dos (PSOE y Podemos), con C´s el 4º, más nacionalistas e IU. En nuestro sistema parlamentario no gobierna la lista más votada sino quien obtiene el respaldo requerido en el Congreso. Era preciso, pues, sumar apoyos. En la primera ocasión Rajoy (PP), solo, renunció ante el Rey y Sánchez (PSOE) tomó la iniciativa y, tras pactar con C´s (lo que respaldaron los militantes socialistas), afrontó su investidura, que resultó fallida por los votos en contra del PP y, además, de Podemos, que ni siquiera se abstuvo para posibilitar un Gobierno diferente. La segunda vez ocurrió algo similar, con alza del PP y pérdida de escaños del PSOE, Podemos (+ IU) y C´s. Ahora Rajoy, tras pactar con C´s y CC (total 170 escaños), se presentó a la investidura (machacando al PSOE con la gran coalición o su abstención), sin éxito, ya que  el resto de la cámara  votó en su contra. (El Comité Federal del PSOE acordó votar no a Rajoy, y fue el “No es no” de Sánchez). Los vetos de unos a otros causan el bloqueo en la gobernabilidad del país, y si no se resuelve llevaría a unas terceras elecciones en Navidad.
            Hasta aquí, la presión ejercida contra el PSOE y su líder Pedro Sánchez,  por parte de los poderes fácticos y mediáticos, fue vergonzosa y brutal: lo nunca visto. Sánchez sugirió la posibilidad de formar Gobierno, lo que el PP descalificó tildándolo de Frankenstein. En plena campaña de Elecciones Gallegas y Vascas irrumpieron los barones socialistas para evitar que Sánchez llegara al poder. Aunque la cosa ya venía de atrás. Saltó incluso Felipe Gonzáles, en vez de conciliar. Se llegó así al Comité Federal del 1 de octubre que acabó con la dimisión del Secretario General elegido por primarias y el nombramiento de una Gestora. Paradójicamente, pretendiéndose echar a Rajoy se acabó con Sánchez, quedándose el PSOE a los pies de los caballos del PP. Quienes propugnaban la abstención para que gobierne el PP no dan la cara. Otros piden consultar a la militancia socialista. Ahora el PP de la desigualdad, los recortes y las trampas, está sentado en el banquillo por amparar la corrupción. Y no se puede blanquear tanta ignominia.
José María Martínez Laseca
(13 de octubre de 2016)          

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