A las 5 de la madrugada del lunes
11 de diciembre de 1916 moría en Madrid, soltero, a sus 86 años, el Excmo. Sr.
Don Ramón Benito Aceña (RBA), quien, según José María Palacio, “tuvo en los
últimos años de su vida un estímulo obsesionante: el de glorificar (…) el
nombre inmortal de Numancia. Y a fe que lo consiguió…”. Dos hechos lo confirman.
El primero, la ejecución a sus expensas del severo monumento elevado en el
solar del cerro de La Muela
(Garray), donde estuvo situada la invicta ciudad celtíbera, muy semejante en su
estructura, aunque más sencillo, al del Dos de Mayo en la plaza de la Lealtad de Madrid; y que
fue inaugurado solemnemente por S.M. el Rey Don Alfonso XIII el 24 de agosto de
1905. Y el segundo, la construcción, también a sus expensas, en el paseo del
Espolón de la ciudad de Soria, y en terrenos cedidos por su Ayuntamiento, de un
edificio para Museo exclusivamente numantino, en el que reunir y exponer al
público las colecciones de objetos artísticos e históricos encontrados en las
excavaciones practicadas en Numancia. Sus planos los realizó el ilustre
arquitecto Don Manuel Aníbal Álvarez. La superficie total ocupada por el
edificio y los espacios destinados a jardines, es de 60 x 58 metros . Comenzó su
andadura por Orden de 24 de enero de 1914, pero, aunque ya acabado se entregó
al Estado el 17 de julio de 1916, hubo de esperar a ser inaugurado por S. M. el
Rey Don Alfonso XIII hasta el 18 de septiembre de 1919, con Don Blas Taracena
Aguirre como primer director, aunque ya muerto su mecenas.
Don RBA había nacido en
Valdeavellano de Tera el 14 de octubre de 1830, en el seno de una familia de
ganaderos y propietarios. Fue el primer alumno del Instituto Provincial que se
graduó bachiller y gracias a su tío, el catedrático Pedro Benito Golmayo, se
licenció en derecho en la Universidad
Central. Militante del partido conservador fue Diputado por
Soria, desde 1876 hasta 1899 en que, sustituido por Luis Marichalar, pasó al
Senado, representando a la provincia casi ininterrumpidamente hasta su muerte. RBA
es buen ejemplo de político de la
Restauración. De “buen cacique”,
conseguidor de las demandas de su distrito, como el tren Torralba-Soria, entre
otros muchos. Se le nombró hijo adoptivo de Soria y la plaza de Herradores
lleva su nombre.
José María Martínez Laseca
(6 de agosto de 2016)
No hay comentarios :
Publicar un comentario