Dos libros han salido este verano
sobre “los Gaya”, que así es como se conocía a la pareja formada por Juan
Antonio Gaya Nuño y Concha de Marco en los círculos culturales de la época. Los
títulos de sus portadas: “Concha de Marco. CELDA DE CASTIGO” y “Juan Antonio
Gaya Nuño y Rafael Alberti, entre la firmeza y el vuelo”. Son libros pagados
por dos instituciones: Ayuntamiento capitalino y Diputación Provincial de Soria.
Ambos se presentaron en el marco de la
Feria del Libro, Expoesía-2016, los días 9 y 10 de agosto,
entre otros por el cacereño Hilario Jiménez Gómez. El primero de ellos
oportunista en su coartada de la celebración del centenario del nacimiento de
Concha de Marco, denota precipitación. Su mérito, tratarse de la edición facsímil
de una copia a máquina de su poemario “Celda de Castigo”. Texto publicado en su
totalidad, pero no tan inédito, al haber
noticia expresa de sus versos por lo menos desde 1995. Y chirría
demasiado que dentro del “cuaderno gris” se haya incrustado “Concha de Marco,
una soriana sin sombrero”, un exceso incomprensible autocalificado de crítico,
pero con apenas estudio. Por cierto, Concha de Marco no pertenece a “Las sinsombrero”.
Del segundo libro figura como
autor el mencionado Hilario Jiménez Gómez. Se trata de una magnífica
edición, dada la calidad del papel, páginas en color sin límite, etc. Se pone
de manifiesto el buen hacer de la imprenta provincial. En cuanto a su contenido
y señas de identidad, este libro, según se dijo: “no es otra cosa que las
investigaciones de Hilario Jiménez, que le llevaron a la Fundación Rafael
Alberti, donde trabajando en uno de sus libros descubrió la riqueza de la
correspondencia entre Rafael Alberti y el escritor y crítico soriano Juan
Antonio Gaya Nuño, cuyo estudio y análisis ha dado lugar a este libro”. Para
tal viaje no hacían falta estas alforjas. Dicha tesis ya fue expuesta, negro
sobre blanco, en mi trabajo “Una vieja amistad entre Alberti y Gaya Nuño”, ver
DIARIO DE SORIA, 21, 22, 26 y 27 de febrero de 2003, por lo que está,
obviamente, plagiada. Mucha acumulación pues y poca investigación. Solo faltaba
que no se aportara algo. Pero el libro resulta todo un pastiche al reproducir
elementos varios y combinarlos de manera que el resultado parezca una creación
original. Como si antes de él nada se hubiera hecho al respecto. Sin complejos
y sin escrúpulos.
José María Martínez Laseca
(18 de agosto de 2016)
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