martes, 14 de junio de 2016

De la despoblación

¿Acaso no hace falta un proyecto nacional serio con las medidas de integración necesarias del campo en la ciudad? Aun a pesar de que la condición moderna implique lo urbano y la ciudad sea el espacio donde nos socializamos. Habrá entre mis fieles lectores quienes, en la tarde del pasado jueves 2 de junio, asistieran, como hice yo, en el Casino Amistad-Numancia, a la presentación del muy recomendable libro del escritor soriano, fallecido hace trece años, Avelino Hernández Lucas, titulado “Donde la vieja Castilla se acaba”, recién reeditado. Un libro de buena literatura, premonitorio, sin duda, dado que ya en aquél 1982 en que apareció (adelantándose así a la aprobación del Estatuto de Autonomía de Castilla y León mediante Ley Orgánica 4/1983, de 25 de febrero) se recogía con toda su crudeza el drama que supone la diáspora rural producida en la España interior a partir de los años 50 y 60. Que bien podría deducirse por ello que “donde la vieja Castilla se acababa” era en la provincia de Soria, toda vez que esta supone el paradigma de “La España vacía” (como nombra Sergio Molina a su libro subtitulado “Viaje por un país que nunca fue”), a causa de la tan galopante despoblación. Aquí, pues, pocos, envejecidos y dispersos, a lo que cabe añadirse además la fuga de nuestros jóvenes cerebros.
Difícil encrucijada, puesto que la sangría emigratoria sigue. ¿Existe alguna alternativa posible de recuperar este territorio sin convertirlo necesariamente en un mero reclamo turístico? El escritor francés Michel Houellebecq, en su novela “El mapa y el territorio”, concibe a Francia y por extensión a Europa en un gran puticlub-museo-restaurante-Michelín. A la hora de buscar salidas desde la acción política cabe preguntarse: ¿qué se hizo con la denominada Agenda de la despoblación acordada por las Cortes de Castilla y León, en la que se marcaba una estrategia para fijar la población en el territorio? ¿Qué hay de la unidad de Inversión Territorial Integrada (ITI) para Soria, a fin de gestionar los fondos europeos destinados a luchar contra la despoblación? Indudablemente que se trata de un tema interesante para el debate público, de una cuestión que debe resolverse. Y se requerirá para ello de una mayor sensibilidad social y de una actuación emprendedora mucho más decidida.
José María Martínez Laseca
(9 de junio de 2016)


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