miércoles, 10 de febrero de 2016

El Instituto de las grandes esperanzas (y 2)

La Excma. Diputación Provincial de Soria, decidida impulsora del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de la Ciudad, da en recabar la ayuda y asesoramiento de la Real Sociedad Económica Numantina de Amigos del País, en aras a la consecución de tan noble objetivo. Ello por considerar a la Instrucción Pública de capital importancia por ser el primer origen de la prosperidad social de todo pueblo o nación.   
            Todavía, el 28 de septiembre se dio cuenta de un oficio de la Excma. Diputación de esta Provincia que a la letra decía: “Refundido el suprimido Colegio Universidad de esta capital en Instituto de 2ª Enseñanza por orden de la regencia del Reino de 11 de febrero último y paralizado en el Gobierno el expediente que para plantearlo dirigió la Diputación en el mes de julio próximo pasado, con el objeto de que no se retrase en la Provincia la Instrucción y enseñanza pública ha acordado su apertura provisional sobre las bases que ha creído oportunas y hecho presente al gobierno, y siendo una de ellas la creación de una Junta Directiva del referido Instituto para que se ocupe de reglamentarlo y llenar las demás atribuciones que le están señaladas en el art. 6º del nuevo proyecto, debiendo ser Individuo de ella uno de los del seno de esa corporación lo comunico a V. S. a fin de que se sirva realizar dicho nombramiento y avisarle de la persona en cuyo favor recayese para su gobierno, efectos oportunos, e instrucción del expediente.” Resultó nombrado el Sr. Julián Celorrio.
            Por fin, el 2 de noviembre se leyó otro de la Diputación Provincial anunciando la apertura del Instituto de 2ª Enseñanza y excitando a la Sociedad a la asistencia del acto de inauguración. La Sociedad acordó nombrar a dicho fin una comisión y para ello lo fueron los Sres. Arnau, Don Víctor; Capdet y Carrascosa.
            Y así fue como el Instituto de Segunda Enseñanza de Soria, creado de manera provisional por Real Orden de 11 de febrero de 1841, abrió su matrícula para el curso de 1841 a 1842 el día primero de octubre y empezó a impartir sus clases el 2 de noviembre. Esa provisionalidad se prolongaría durante los dos primeros cursos, hasta 1943. Fue la Diputación Provincial quien nombró como Director provisional del Instituto a don Blas Ranz Yagüe, “teniente cura” de Castilfrío, así como a sus profesores. Respecto a los alumnos, aunque la previsión inicial era de 80, en el curso 1841-1842 tan solo se matricularon 44, ascendiendo en el siguiente de 1842-1843 hasta los 53. Después, tras el paréntesis de dos años de cierre, vendrían de nuevo las dificultades en cuanto a la dotación de recursos para su sostenimiento y reorganización (1845-1857). Pero esa es otra historia muy bien contada por Concepción Jimeno Martínez en su libro: El Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Soria (1841-1874).
            Como entonces se dijo: “preparar al hombre en su primer edad para que llegue al apoyo de lo que un día debe ser en su posición social, es el fin y objeto del instituto público que vamos a levantar. En él pues, debemos comprender todos aquellos estudios elementales, que contribuyan a su logro defendiendo las luces en todas las clases y que al propio tiempo sirvan de vehículo para adquirir conocimientos científicos más profundos a los que se destinan al ejercicio de profesiones literarias...”.
            Y es que hubo un tiempo en que los gobernantes sabían y tenían conciencia clara de que la educación, sobre todo la pública, debía ser la auténtica bandera de sus países. Tal lo entendió Jovellanos, ya a finales del siglo XVIII, al afirmar: "Es la instrucción pública el primer origen de la prosperidad social. Sin duda. Esta es una verdad no bien reconocida todavía, o por lo menos no bien apreciada; pero es una verdad. La razón y la experiencia hablan de su apoyo. Las fuentes de la prosperidad social son muchas; pero todas nacen de un mismo origen, y este es la instrucción pública. Ella es la que las descubrió y a ella todas están subordinadas. La instrucción remueve los obstáculos que pueden obstruir o extraviar sus aguas. …Abrir todos sus senos, aumentarle, conservarle es el primer objeto de la solicitud de un buen gobierno, es el mejor camino para llegar a la prosperidad".
            Me estoy refiriendo, pues, a la importante trascendencia de aquel hermoso sueño que, en Soria, hace 175 años, pudo hacerse cumplida realidad como Instituto Provincial de Segunda Enseñanza (ahora I.E.S. “Antonio Machado”): ¡el Instituto de las grandes esperanzas!
José María Martínez Laseca ha sido alumno y profesor del I.E:S: "Antonio Machado" de Soria
(11 de febrero de 2016) 

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