El río Duero, que fluye aguas
abajo, desde su nacimiento en los Picos de Urbión (Duruelo de la Sierra ) y pasa junto a la
heroica Numancia (Garray), al acercarse a la ciudad de Soria se abre paso entre
acantilados formando un meandro -la “curva de ballesta” que cantara Machado- y que
constituye todo un “locus amoenus” o lugar idílico. Al decir de algunos geógrafos,
el territorio español se encuentra inclinado hacia Portugal, lo que provoca ese
arrepentimiento del Duero, que tuerce así su intención primera de encaminarse al
mar Mediterráneo, para tomar la definitiva enderezando hacia Oporto y abrazarse
al océano Atlántico. Gracias a ello, y al remanso de sus aguas - propiciado por
la presa de Los Rábanos-, el sendero junto a la tabla del río entre San Polo y
San Saturio está considerado como uno de los paisajes más bellos de España.
Se trata de una vía sin salida -escoltada
por altos chopos tatuados con mensajes de amor-, ya que concluye en la ermita
en honor del patrón de Soria, su vecino primero, el noble visigodo del siglo
XVI que se hizo anacoreta. El sorpresivo encanto radica en estar asentado el
edificio sobre una cueva y quedar colgado del roquedal, cual nido de
golondrina. Además, cobija en su capilla unas interesantes pinturas murales
obra de Antonio Zapata.
Todo ello hace que San Saturio
sea uno de los sitios más visitados: por los turistas, invitados a bodas y
paseantes habituales. Pero es lugar para andarlo y no para acercarse deprisa en
coche, verlo de mala manera y partir. Uno de los problemas en el acceso de
vehículos por la margen izquierda es el paso obligado por el arco de la iglesia
de San Polo. Yo soy testigo del estupor de conductores de coches de alta gama
que se han visto atrapados, e incluso de una autocaravana que se las vio y
deseó para salir marcha atrás. Hay un aparcamiento a la entrada y otro aún más
grande en la margen derecha, cercano a la pasarela de acceso. Sería por ello bueno
mejorar la información y las señalizaciones y valorar la posible
peatonalización del camino limitando el acceso de vehículos por San Polo.
También he visto a más de uno -despistado o listillo- circular en dirección
prohibida. Y es otro milagro de San Saturio que no hayan provocado un grave
accidente entre los verdes aligustres.José María Martínez Laseca
(13 de agosto de 2015)
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