martes, 18 de agosto de 2015

Accesos a San Saturio

El río Duero, que fluye aguas abajo, desde su nacimiento en los Picos de Urbión (Duruelo de la Sierra) y pasa junto a la heroica Numancia (Garray), al acercarse a la ciudad de Soria se abre paso entre acantilados formando un meandro -la “curva de ballesta” que cantara Machado- y que constituye todo un “locus amoenus” o lugar idílico. Al decir de algunos geógrafos, el territorio español se encuentra inclinado hacia Portugal, lo que provoca ese arrepentimiento del Duero, que tuerce así su intención primera de encaminarse al mar Mediterráneo, para tomar la definitiva enderezando hacia Oporto y abrazarse al océano Atlántico. Gracias a ello, y al remanso de sus aguas - propiciado por la presa de Los Rábanos-, el sendero junto a la tabla del río entre San Polo y San Saturio está considerado como uno de los paisajes más bellos de España.
Se trata de una vía sin salida -escoltada por altos chopos tatuados con mensajes de amor-, ya que concluye en la ermita en honor del patrón de Soria, su vecino primero, el noble visigodo del siglo XVI que se hizo anacoreta. El sorpresivo encanto radica en estar asentado el edificio sobre una cueva y quedar colgado del roquedal, cual nido de golondrina. Además, cobija en su capilla unas interesantes pinturas murales obra de Antonio Zapata.
Todo ello hace que San Saturio sea uno de los sitios más visitados: por los turistas, invitados a bodas y paseantes habituales. Pero es lugar para andarlo y no para acercarse deprisa en coche, verlo de mala manera y partir. Uno de los problemas en el acceso de vehículos por la margen izquierda es el paso obligado por el arco de la iglesia de San Polo. Yo soy testigo del estupor de conductores de coches de alta gama que se han visto atrapados, e incluso de una autocaravana que se las vio y deseó para salir marcha atrás. Hay un aparcamiento a la entrada y otro aún más grande en la margen derecha, cercano a la pasarela de acceso. Sería por ello bueno mejorar la información y las señalizaciones y valorar la posible peatonalización del camino limitando el acceso de vehículos por San Polo. También he visto a más de uno -despistado o listillo- circular en dirección prohibida. Y es otro milagro de San Saturio que no hayan provocado un grave accidente entre los verdes aligustres.
José María Martínez Laseca
(13 de agosto de 2015)                 

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