Se acerca el “día D” de las Elecciones del 24-M, de donde saldrán
nuestros representantes municipales y autonómicos. Aquí, sin menoscabo de
ningún municipio (la Soria
rural también existe), son dos las Instituciones claves a formar: Ayuntamiento
capitalino y Diputación Provincial. Esta, a partir de los votos obtenidos en
los 3 partidos judiciales. Luego, los diputados elegirán su Presidente. Al Ayuntamiento
de Soria concurren 5 candidaturas, encabezadas por: Carlos Martínez (PSOE),
Adolfo Sainz (PP), Enrique García (IU); Jesús de Lózar (C´s) y Luis Alberto
Romero (Sorian@s). Y nos llueven sus promesas (y ocurrencias), cual pétalos de
rosas arrojados desde los balcones en un desfile nupcial. Conviene separar
grano y paja. Reflexionar. Es tan corto el amor y tan largo el olvido… Las
urnas -y no las encuestas publicadas- pondrán a cada uno en su sitio: gobierno,
oposición o excluido. En cualquier caso, los cargos electos deberían tener
siempre muy presente que son intermediarios y no protagonistas, anteponiendo el
bienestar común de los vecinos al beneficio individualmente considerado.
“Porque Soria ya no es Soria que
parece Washington”, reza un irónico cantar. Y es que hay que partir de la
realidad para transformarla. Para definir el ideal de ciudad al que se aspira.
Soria es una pequeña capital de provincia, histórica, con mucho funcionario,
sector servicios, cierta industria… Conviene, pues, obrar en consecuencia para
sacarle el mejor partido como ciudad sostenible, habitable, emprendedora y con
encanto, dentro de su poquedad. Puesto que hemos de entender nuestra ciudad
como lugar de vida, de trabajo y de encuentro; la economía, el urbanismo, la cultura
y los servicios sociales deben ser pilares esenciales del programa o contrato a
firmar con los ciudadanos. Gobernar, ¿para qué y para quién? Favorecer el
empleo es lo primero. Un urbanismo racional de los espacios en los que
convivimos. Atender a los más vulnerables, ya que si pierden su vivienda
pierden con ella sus afectos y sus sueños. Políticas serias de energía y
residuos. Integrándolo todo en el conjunto, activado por la democracia
participativa. Contra la ciega voracidad del mercado. Sin miopías
cortoplacistas. Entendiendo que el espacio público es lo que define la calidad
de nuestra ciudad.
José María Martínez Laseca
(21 de mayo de 2015)
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