Ayer, hoy y siempre hubo
gentes que lucharon por la libertad. Es el caso del socialista Pedro Marrón San
Pedro. Vengo a recordarlo porque se cumple el centenario de su nacimiento.
Cuando murió, el 27 de diciembre de 1997, yo le dediqué un sentido poema elogiando
su labor de apostolado ideológico solidario frente al sometimiento a la fuerza egoísta
del gran capital. Pedro Marrón había nacido el 29 de abril de 1914. El mismo
año en que el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando
(28-6-1914), heredero del imperio austrohúngaro, propicia la crisis que condujo
al estallido de la primera guerra mundial (1914-1918), un conflicto de
trinchera, sangre y picaresca, que cambió el mundo y ante el que España se mantuvo
neutral.
Era
Pedro Marrón el mayor de seis hermanos de la familia formada por el matrimonio
de Francisco y Guillermina. Siguiendo el ejemplo de su padre, cumplidos los 18
años, se afilió a las Juventudes Socialistas del PSOE y, dada su profesión de
maestro, también a la
Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la
UGT. Su compromiso político le ocasionó
problemas durante el bienio negro de gobierno de la derecha. Pero lo peor
estaba por llegar con el golpe de los facciosos el 18 de julio, tras haber
ganado las elecciones de 1936 el Frente Popular. Pedro Marrón fue detenido y
preso en el cuartel de Santa Clara, yendo después a las cárceles de Soria y El
Burgo de Osma. Incorporado al ejército franquista, pudo escaparse al frente
republicano, donde acabó la guerra con el grado de teniente de zapadores.
Vencido,
fue represaliado y condenado a 20 años de reclusión en campos de trabajo de
Soria y Zaragoza, saliendo en libertad vigilada el 27 de julio de 1943. Hasta
1957 no recuperó sus derechos. Su academia particular sirvió de referente
durante la clandestinidad. Él hizo de puente entre el PSOE republicano de
Clemente Hernando y el hoy socialismo democrático, al liderar su refundación en
Soria el 9 de junio de 1976. Ahora, que corren tiempos de impostura y falta de
ideales como la lucha por la equidad y la justicia, contra la opresión y la
sumisión, y de incertidumbre para la izquierda, dado que prevalece el todo por
la pasta; debo decirte, Pedro Marrón, que se me agiganta tu figura.
José María Martínez Laseca
(28 diciembre 2014)