jueves, 31 de octubre de 2013
Nos quieren ignorantes
Querido diario: la comunidad educativa ha convocado huelga, hoy 24-O, en toda España contra la LOMCE (Ley Orgánica de Calidad Educativa), la séptima de nuestra democracia. El día 10 se votó en el Congreso, y se ha remitido al Senado, que la devolverá para su aprobación definitiva antes de fin de año. A lo que se ve, se trata de una ley agresiva y maldita. Agresiva por cuanto diremos y maldita por hacer oídos sordos al diálogo en pos del necesario pacto político y social. Legítima, sí; pero también un craso error, que el gobierno correrá en implantar.
El resto de los grupos políticos, ante la cerrazón del PP ha dicho que la derogará en cuanto cambie la actual mayoría absoluta. Si educar es empatizar, compartir y convencer: ¿Cómo creer en su validez con toda la tribu en contra? No es una modificación limitada sino radical de la LOE. Todo un corpus ideológico (neoliberal) al servicio de unos intereses ajemos a la educación y a su calidad, atentando contra la igualdad y la equidad que son la base de cualquier sistema educativo. Se le ve el plumero de su apuesta por la enseñanza privada en detrimento de la educación pública. Hace un ajuste de cuentas con la educación para la ciudadanía. Evidencia su clara alergia a la participación democrática y nos revela otra vez la cara más antipática de la religión en la escuela.
El Gobierno predica calidad, pero aplica recortes brutales de hasta 5.000 millones y se compromete ante la UE a seguir haciéndolo. Aumenta por decreto el número de estudiantes por aula. Reduce las plantillas de los centros. Suprime programas de apoyo a quienes tienen más dificultades y reduce becas y ayudas al estudio. ¿De qué calidad se habla y para quién? Tampoco se ve que quiera dignificar la FP cuando hay miles de estudiantes que se quedan sin plaza. Si se quiere acabar con el abandono escolar (35% en Valencia frente al 12% en Asturias) ¿por qué no empezar desde la primera infancia que es la mejor vacuna? Empero, el gobierno al 0-3 años no lo considera una etapa educativa. Y ¿qué decir de los profesores, tildados por altos cargos del PP de vagos y casi maleantes? No me extraña que a la LOMCE la llamen la ley Wert, la breve.
José María Martínez Laseca
(24 de octubre de 2013)
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