Querido diario: habla la mujer del tiempo de cielos azules, mas yo no me quito de mi cabeza los nubarrones de los problemas sociales y de la pobreza. Ello, pese a que Rajoy nos diga que ya hemos salido de la recesión, aunque no de la crisis. En Alemania gana de calle Ángela Merkel (CDU), la abanderada de la austeridad. Así que, por mucho que pacte con los socialdemócratas (SPD), poco o nada podrán hacer estos para cambiar su posición sobre la Europa que tanto incide sobre nuestras vidas cotidianas. Tendremos, pues, más reformas estructurales y más austeridad para corregir nuestro déficit público.
Pinta negro el panorama y pese a las bondades anunciadas de la reforma laboral, en el ámbito de la economía real, muchas de nuestras empresas siguen yéndose a pique y sus trabajadores ven su proyecto vital cuestionado. Si descendemos al suelo raso de nuestra provincia nuestro frágil tejido industrial está tocado: en el sector de la madera el gigante NORMA ha caído y en el de la automoción no cesan los ERES, como en FICO. Y en relación con el polígono de Valcorba “no somos optimistas en la instalación de empresas”, como declaró el alcalde de Soria.
La crisis afecta a todo y su incidencia en la provincia de Soria se constata en todos los frentes. Incumplimientos con las inversiones del Gobierno Central (autovía A-15, cárcel, Banco de España, etc.) y de la Junta de Castilla y León. Las políticas de solidaridad (Educación, Sanidad, Pensiones y Servicios Sociales) que nos han aportado una digna calidad de vida, dada su enorme incidencia, están siendo acosadas, recortadas, mutiladas. Los funcionarios públicos, además de demonizados, han perdido mucho de su poder adquisitivo. En este sexenio de crisis nuestras clases medias se han visto diluidas. El paro sube peligrosamente y los salarios bajan frente al alza de precios. Bien se puede decir que la vieja clase social del proletariado ha devenido en la nueva del “precariado”. Muchas familias están a la intemperie, sin ningún ingreso. Como sentenciaba “El Roto”: os quitaremos derechos pero os compensaremos con beneficencia. Y sin rechistar, porque esta es la historia gris del hombre sumiso de nuestro tiempo.
José María Martínez Laseca
(26 de septiembre de 2013)
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