Querido diario: la noche del 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro antifascista: la sólida barrera de 166 kms., 45 de los cuales partían la ciudad de Berlín en dos. Uno de los iconos más conocidos de la Guerra Fría y de la separación de Alemania. Se cumplen 52 años de aquella mañana del 13 de agosto de 1961 en que se levantó. Tras caer hace 24 años, los restos del muro de la opresión han devenido en símbolo de paz y libertad. Algo que al visionario trabajador de la construcción berlinés Volker Pawlowski le permitió lograr el sueño de los alquimistas medievales de convertir materiales innobles en oro, vendiendo sus solicitados fragmentos a buen precio. De entonces acá, “Todo lo que parecía sólido”, como advierte Muñoz Molina en su ensayo, ha comenzado a desmoronarse. Inestabilidad e inseguridad propiciadas por la corrupción y la mentira. Por el latrocinio y desvergüenza de ladrones y prevaricadores que no han dudado en abusar de la buena gente para dar pelotazos inmobiliarios y amasar fortunas, dinero fácil. Sin complejos y sin escrúpulos. Mientras tanto, la gente humilde se ha visto desahuciada de sus escasos derechos y servicios sociales conquistados con sudor y lucha.
Algo que parecía tan sólido como el sistema de nuestras Cajas de Ahorro también ha caído. Entre otras causas, porque se creyeron bancos y acometieron una arriesgada expansión territorial. Porque, al no tener accionistas, no eran de nadie, al mismo tiempo que eran de todos. Porque a unos, como al presidente de La Caixa o al Banco de España, les interesaba su erradicación. Porque hubo connivencia al meter al frente a políticos. Porque no se hizo el cambio de estatutos requerido. En consecuencia, se ha perdido una herramienta imprescindible ahora para que fluya el crédito a las PYMES y familias. La que fuera todopoderosa Caja de Ahorros y Préstamos de la Provincia de Soria cumpliría los 101 años de existencia. ¿Ubi sunt?. ¿Qué se hizo con sus fusiones y confusiones? ¿A nadie le consta el desastre de su gestión? Algunos miembros de sus Consejos de Administración cobraron muy generosas dietas, pero a la hora de las responsabilidades no quieren saber nada. Ni saben, ni contestan.
José María Martínez laseca
22 de agosto de 2013
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