Veranillo de San Miguel. Los chopos del río tiñen sus hojas de amarillo y proclaman la llegada del otoño. Soria celebra las fiestas del patrón San Saturio, su vecino primero: anacoreta en la cueva de la sierra de Peñalba -que huyó del mundanal ruido buscándose a si mismo o, cual advierte la alegoría de la caverna de Platón, sabedor de cómo con el conocimiento podemos captar la existencia de los dos mundos: el sensible (sugerido por los sentidos) y el inteligible (alcanzable por la razón)-, donde ahora queda su ermita, tan visitada, colgada de los riscos.
En esas andábamos cuando nos llegan inexorables los Presupuestos Generales del Estado, frustrando nuestras expectativas de futuro provincial, originando cabreo y malestar, puesto que, visto lo visto, no gustan a nadie. Siempre que pasa igual, ocurre lo mismo. Con razón se dice que el presupuesto es el núcleo duro de la política, porque en sus cifras se reflejan las contradicciones y las ambiciones de la sociedad y contra esas cifras se estrellan, más pronto que tarde, toda la retórica y todas las falacias electorales y esto pasa con el proyecto de presupuestos del PP. Si casi siempre nos centramos en las infraestructuras, vemos como la A-15 hasta Medinaceli, con una partida de 140.000 euros, no es sino pura calderilla para el tramo Almazán-Sauquillo: la historia interminable. De la A-11 o Autovía del Duero, tan cacareada por los peperos, ni pío. El tren en vía muerta. Otros proyectos clave para la capital: hospital, depuradora, centro de fotografía, Ciedad, peatonalización, márgenes, centro de día, poco o nada. Algo sí, cómo no, para la macrocárcel. La Angulo los mira desde su ángulo. El Alcalde, en su pataleo, dice que montará un “frente rojillo” y que reclamará al maestro armero, es decir a Posada. ¡Qué tiempos aquellos en los que las prioridades presupuestarias se centraban en las políticas de solidaridad: educación, sanidad y servicios sociales, frente a las actuales de trágala: ajuste y recortes brutales, que no generan actividad alguna!
En Soria es donde más crece el paro de toda Castilla y León: un 5,28 %, sumando ya 6.096 desempleados. Hasta aquí, de lo presupuestado. Veremos lo ejecutado.
José María Martínez Laseca
(4 de octubre de 2012)
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