La ciudad es un hecho colectivo. Bajo su sustantivo entendemos un núcleo habitado que ocupa un amplio espacio, donde se prestan los servicios jurídicos, políticos, administrativos, comerciales, culturales, etc. y se desarrollan actividades profesionales diversas. En Grecia se les llamaba Polis/eis y en Roma Civitas/tis. Para los romanos tenía un doble contenido ya que por un lado se refería a una comunidad organizada y diferenciada de habitantes de pleno derecho, que vivían en un núcleo concreto, en un lugar determinado, y, por otro, remitía a un núcleo habitado que tenía al menos dos elementos definitorios fundamentales: uno el construido, el urbano: Urbs (aedificia), la ciudad material y su trazado urbano, y otro el Territorium que indicaba el espacio extraurbano que dominaba.
Y nos sirve muy bien esta breve introducción para adentrarnos en lo que vamos aquí a tratar respecto a nuestra ciudad de Soria. Calificada de natural e histórica. Lo primero por tener que adaptarse al terreno junto al tajo del Duero. E histórica, porque no en vano hay quienes afirman que se fundó ya en 1119, por Alfonso I el Batallador. Su emplazamiento inicial fue defensivo en el cerro del Castillo y luego se extendió por el collado, disponiéndose en 35 barrios o colaciones en torno a sus 35 parroquias. Una muralla de 4.100 m. enmarcaba este recinto medieval de unas 100 has. Es, pues, el arte románico lo que dejará su impronta en la ciudad, a lo que se añadirán a partir del s. XVI las casonas y palacios de las ricas familias ganaderas. Con el reinado de Carlos III saltará la muralla hacia el oeste con la calle del Arrabal, hoy de Numancia. No obstante, retrocedió con la Guerra de la Independencia, al incendiarse su arrabal y ver demolida su muralla defensiva y hasta 300 casas. El aumento demográfico de la 2ª mitad del XIX provocó su expansión por la llanura adoptando esa forma de raqueta. Si bien fue el s. XX quien le confirió su carácter plenamente urbano, ensanchándose en dirección a Madrid y Valladolid y hacia las eras de Santa Bárbara.
Curiosamente, Fernando Chueca Goitia en su libro La destrucción del legado urbanístico español de 1977, señalaba que el ambiente urbano modesto, pero entrañable y evocador con su marco paisajístico emotivo, sufrió un grado de deterioro máximo con agresivas construcciones. Sin ningún plan de rehabilitación su Casco Histórico quedó destrozado. Por lo que perdió su encanto. Importantes propietarios y constructores camparon a sus anchas en derribos y edificaciones.
Ya sabemos que son los planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) los instrumentos utilizados para planificar el crecimiento de las ciudades. Clasificando el suelo en urbano, urbanizable y no urbanizable (protegido o rústico) y fijando el tipo de uso que se va a dar al suelo (vivienda, dotacional, industrial) que se decide recalificar.
Con los Ayuntamientos democráticos y la legislación sobre el suelo se pretendió poner freno a los desmanes. El entonces PGOUvigente en Soria databa de 1961. El juego de intereses estaba ahí para dirigir la expansión urbana o para urbanizar por fases o a saltos y conseguir mayores volúmenes y alturas. Las expropiaciones para equipamientos requerían de la aprobación de la Consejería autonómica competente y la construcción de carreteras depende del Gobierno central.
Se presentaron candidaturas de constructores al Ayuntamiento de Soria. En 1992 hubo protestas de Empresas de la Construcción y Obras Públicas (AECOP) contra el avance del nuevo PGOU, que se aprobaría en 1994. Luego vendría, el 2001, en plena burbuja inmobiliaria, la revisión fallida con el Salto del Duero, que desembocaría en el actual PGOU de 10 de marzo de 2006. Ya, hasta nuestros días, solo ha habido diferentes modificaciones puntuales y también adaptaciones del Plan Especial del Casco Histórico.
El urbanismo sostenible, junto al importante sector económico de la construcción (con la promesa de acceso a una vivienda digna), siempre han constituido asuntos relevantes, de preocupación ciudadana. De aquí mi llamada de atención para pensar y debatir sobre nuestra ciudad: ¿en qué situación se encuentra? ¿hacia dónde va? La ciudad de Soria ha funcionado como un gran aspirador que ha succionado a la gente de los pueblos de la provincia, con muchas viviendas de segunda residencia o no principales.
En el marco del planeamiento y gestión urbanística municipal a corto y medio plazo que se apoya en una intervención pública activa basada en la creación y desarrollo de patrimonio público de suelo el Ayuntamiento de Soria ha adquirido 54,7 has. en los Royales Oeste, por 2,6 millones de euros. Una llamativa iniciativa, sin duda. Suele recomendarse que ello se haga a ser posible de manera concertada con la Administración Autonómica y Central cuando sea aconsejable y, en su caso, con la iniciativa privada más emprendedora. ¿Se ha obrado así? ¿Se trata tal vez de un chollo que otro nadie ha visto? ¿Tanta previsión tenemos en Soria de nuevas viviendas? ¿Acaso hemos renunciado definitivamente a dinamizar el casco histórico de nuestra ciudad?
José María Martínez Laseca
(23 de noviembre de 2020)